Las aerolíneas se preparan para una guerra comercial a menos de un mes de la reapertura de fronteras. Con la incógnita de cómo reaccionarán los potenciales viajeros a la reactivación del turismo cuando el coronavirus aún no está bajo control, las estrategias de la mayor parte de las compañías coinciden en lo fundamental, esto es, en que a corto plazo no queda más remedio que bajar precios. Air Europa anunció el lunes que ofertará vuelos a Canarias por 29 euros, y desde Iberia Express, la aerolínea de bajo coste de Iberia, adelantaron ayer que tienen intención de perseverar en una política de precios "cada vez más competitivos". Se trata, en definitiva, de estimular la demanda, una lógica estrategia comercial que en las Islas será más agresiva si cabe por el dominio que Ryanair ejerce sobre el sector. No en vano, la low cost ya ha dicho que prepara rebajas del 50% y que incluso está dispuesta a vender a pérdida, un hundimiento deliberado de los precios que arrastrará en mayor o menor medida a las restantes compañías. "Es eso o quedarnos fuera del mercado", reconocían ayer desde la competencia del gigante irlandés.

Ryanair trajo el año pasado al Archipiélago a casi 3,4 millones de personas, liderando así el ranking de llegadas de turistas extranjeros con holgada diferencia sobre su más inmediato perseguidor: el grupo TUI. El consejero delegado de la compañía irlandesa, el siempre controvertido Michael O'Leary, ya venía avisando que se avecina una guerra de precios bajos, y que pensaba ganarla. Y ahora ha ido un paso más allá. En una entrevista con el medio británico ThisIsMoney, ha asegurado que Ryanair está dispuesta a tirar la casa por la ventana para intentar que sus aviones aterricen en las Islas llenos hasta la bandera. "Venderemos a cualquier precio para llenar tantas plazas como podamos", reconoció el magnate, que apuntó una tarifa media de entre 25 y 30 euros para volar del Reino Unido a España y Canarias los próximos julio y agosto, meses para los que los billetes costaron el año pasado entre 60 y 70 euros. Es más, hizo hincapié en que la compañía tiene el músculo suficiente para aguantar "un año o dos" en pérdidas. Pero eso sí, despedirá a unos 3.000 empleados y plantea recortes de sueldos de un 20%.

La agresiva política de Ryanair obliga así al resto de aerolíneas a tomar posiciones. La irlandesa no es una firma más, sino la líder en los aeropuertos de la Comunidad Autónoma, con lo que TUI, Jet2, Lufthansa o easyJet, como también las nacionales Iberia (dentro del grupo IAG) o Air Europa, se ven así forzadas a tirar también precios para no perder cuota de mercado una vez se reabran las fronteras el próximo 1 de julio. EasyJet, por ejemplo, ya ha anunciado la mayor oferta promocional de su historia, con un millón de asientos para volar a destinos europeos entre el 1 de julio y el 31 de octubre por menos de 34 euros y con Canarias y Baleares como grandes reclamos.

En definitiva, y como ya ocurrió tras el estallido de la crisis de 2008, las compañías de bajo coste, con Ryanair a la cabeza, marcarán el rumbo de los precios y del sector; mientras que el resto no tendrá más remedio que pelear en el terreno de las low cost. No hay que olvidar que de la anterior crisis surgió Iberia Express, justamente para copiar el modelo de bajo coste que ahora se generaliza.

Esta guerra de tarifas en ciernes ha cobrado impulso con la decisión de la Agencia Europea de Seguridad Aérea y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades de no limitar el número de pasajeros en los aviones. De ahí la preocupación en la Consejería de Turismo, que dirige Yaiza Castilla, por convencer a las aerolíneas de la necesidad de que hagan análisis PCR a los viajeros para detectar posibles casos de coronavirus antes de embarcarlos. Castilla mantiene contactos y reuniones constantes con la mayor parte de compañías que vuelan a las Islas, donde está presionando para que las empresas asuman que deben hacer PCR. "Lo ideal", apuntan desde el Ejecutivo, sería una orden de Bruselas para garantizar el control.