La pelota sobre la respuesta del Estado a la crisis económica en Canarias y la necesidad de un plan de rescate sigue en el tejado del Gobierno central, y más concretamente en el ámbito de su presidente, Pedro Sánchez, donde la colocó el pasado sábado el jefe del Ejecutivo regional, Ángel Víctor Torres, al remitirle una carta solicitando una comisión bilateral en toda regla en la que estarían implicados todos los ministerios afectados por las medidas que solicita el Archipiélago. El gabinete de Torres confiaba ayer en recibir esa respuesta a la carta a lo largo de esta semana pero sin atreverse a dar un plazo para la cumbre, consciente de que lo que se pide ahora exige algo más de margen de preparación que una reunión con el Ministerio de Hacienda y con su titular, María Jesús Montero, como la que se celebró el día 13.

En todo caso, la misma contestación que se espera de La Moncloa se entenderá, si se acepta la creación de esa comisión bilateral, como el paso decisivo para que se pueda abrir el proceso de negociación y puesta en común de las medidas que se reclaman desde Canarias. El Ejecutivo regional quiere una cumbre que sea operativa y tenga capacidad de acordar y trasladar esos acuerdos a los ámbitos administrativos correspondientes para su ejecución inmediata. Aunque inicialmente se entendía que el marco para esa negociación podría ser la bilateral con el Ministerio de Hacienda, ahora se considera que la variedad, importancia y alcance de las medidas a adoptar requiere de un foro más amplio y del mayor perfil político posible.

Así, junto a las demanda del uso del superávit por parte de las administraciones canarias, que suman casi 300 millones en el caso de la comunidad autónoma y supera los 3.000 en el de ayuntamientos y cabildos, y de la autorización para un mayor endeudamiento en los mercados financieros internacionales, Canarias considera imprescindible un plan de rescate del sector turístico canario, que pasa, entre otras cosas, por asegurar y concretar ya que los ERTE de las empresas afectadas se alargarán hasta que se normalice la llegada de viajeros internacionales, lo que se entiende que no sucederá al menos hasta después de diciembre. Torres, en su carta a Sánchez, amplía la agenda a la cuestión migratoria por el repunte de llegada de cayucos a las costas canarias, pero seguramente también se extenderá a la necesidad de actualizar los convenios de infraestructuras pendientes y en particular el de carreteras, del que pende aún una deuda de 1.000 millones por parte del Estado que sería vital para impulsar la construcción pública como salvavidas de la economía canaria ante el cero turístico que se avecina.

La polémica desatada la semana pasada por el acuerdo del Gobierno central con Bildu para autorizar más endeudamiento al País Vasco y a Navarra es lo que ha acelerado esta demanda de Torres a Sánchez sobre el rescate a Canarias, azuzado por la desconfianza expresada por los socios del Gobierno regional, especialmente por parte de NC, ante las vaguedades e inconcreciones con las que se han saldado hasta ahora todos los contactos entre ambas administraciones, incluido el del día 13 con Montero.

Comparan esta actitud con la mostrada por el Ejecutivo con la formación abertzale para garantizarse su abstención a la prórroga del estado de alarma, y por ello reclaman ahora ya, y sin demora, una reunión de alto nivel que traiga certidumbre a una comunidad que pierde el 20 % de su PIB, que puede alcanzar este año el 40 % de paro, y cuyas administraciones están viendo ya un recorte importante en sus ingresos fiscales.

El Gobierno regional y en particular el propio presidente se centraron ayer en gestionar la crisis interna por la dimisión de la consejera de Educación, María José Guerra, y no se produjeron movimientos concretos en torno a la convocatoria de la comisión bilateral con el Estado, pero se da por hecho que la respuesta de Sánchez llegará en los próximos días. No se descartaba que una primera llamada se produjera desde el gabinete de la ministra Montero al vicepresidente y consejero de Hacienda, Román Rodríguez, pero desde este departamento del Ejecutivo regional se entiende que es al propio Sánchez, como destinatario de la carta de Torres, al que corresponde ahora tomar la iniciativa y aclarar si acepta o no esa comisión bilateral. El ámbito de los departamentos de Hacienda de ambos gobiernos ha quedado superado por la entrada en juego del presidente de Canarias y por el nivel de interlocución y negociación que él plantea a Sánchez, señalan desde el entorno del vicepresidente canario.

Cartas boca arriba

"Las cartas están boca arriba. Ya se las mostramos en la reunión del día 13 sobre la situación en que nos encontramos y se nos contestó con vaguedades, mientras a otros se les garantiza lo que nosotros llevamos pidiendo, sin éxito, desde hace mucho tiempo y con argumentos serios y rigurosos. Salvo si creen que tenemos mal los datos, no se entiende que a otros les firmen compromisos que a nosotros nos niegan", señalan fuentes cercanas al vicepresidente en referencia al acuerdo con Bildu para el País Vasco y Navarra. Según estas fuentes, el Gobierno canario sigue manteniendo su apuesta por crear un comisión bilateral entre el Ministerio de Hacienda y los cabildos y ayuntamientos, al margen de la cumbre entre ambos gobiernos, para abordar en ella de forma específica la situación financiera de las entidades locales e insulares, y la aplicación en cada caso del uso del superávit. "Para que no se interprete que el Gobierno suplanta a otras administraciones, lo natural es que sean ellas las que hablen directamente con el Ministerio a través de una comisión bilateral complementaria y paralela a la intergubernamental, porque son ellas las que van a recibir un palo muy severo por la caída de los ingresos tributarios. La bilateralidad tiene que ser doble ", señalan las fuentes consultadas. En todo caso, insisten desde el entorno de Rodríguez que cualquier nueva reunión con el Gobierno central necesitará ya de una dinámica muy distinta. "Estamos ya en fase de respuestas y actuaciones. No vamos a permitir más generalizaciones", aseveran. Una nueva frustración en ese sentido, llevaría a NC, el partido que lidera Rodríguez, a mantener el distanciamiento del Gobierno central y su abstención a una nueva prórroga del estado de alarma, incluso en el caso de que esa abstención significara la derrota del Ejecutivo. "Si el Gobierno quiere recuperar apoyos, tendrá que actuar porque la próxima semana estaremos en las mismas circunstancias", señalan desde el entorno del líder de NC.