El Covid-19 no solo ha abierto una crisis sanitaria y socieconómica que aún genera múltiples interrogantes, sino que también ha instalado una nueva cotidianidad a la que la sociedad aún tiene que adaptarse. Nadie, a estas alturas, pone en duda que la pandemia del coronavirus ha cambiado las formas de vida y costumbres. En la calle, en las playas o en el campo, pero también en el interior de restaurantes, comercios o aeropuertos. En este último caso el virus también ha robado el último beso de despedida o el primer abrazo de bienvenida.

El protocolo de seguridad sanitaria publicado por la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA, por sus siglas en inglés), junto con el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades, limita la entrada a los aeródromos a pasajeros, tripulantes y personal, establece el uso obligatorio de mascarillas durante el todo viaje -que tendrán que cambiarse en caso de que el vuelo dure más de 4 horas-, recomienda mantener 1,5 metros de distancia siempre que sea posible, no obliga a mantener asientos vacíos en los aviones y extrema las medidas de higiene y limpieza.

La guía de la Agencia Europea de Seguridad Aérea establece una serie de medidas, pautas y recomendaciones a seguir antes de llegar al aeropuerto de salida, una vez que el pasajero se encuentra en el aeródromo correspondiente, a bordo del avión y en el aeropuerto de llegada.

Equipos de protección. El protocolo de la EASA para hacer frente al Covid-19 establece que el personal que interactúe de forma directa con los pasajeros -como en el caso de agentes de control de seguridad, personal de limpieza o asistentes de los pasajeros con movilidad reducida- deben usar mascarilla, guantes y uniformes. Estos deben cambiarse diariamente y, en caso de que no fuera posible, sustituirse por un equipo de protección. También insta a la colocación de mamparas en mostradores y control de pasaportes.

Mascarillas obligatorias. Las mascarillas formarán parte indispensable del equipaje. Son obligatorias antes de subirse al avión, en el vuelo y a la llegada en el aeropuerto. Los pasajeros están obligados a disponer de estos elementos de protección, pero igualmente la EASA llama a instalar dispensadores de mascarillas en los aeropuertos y a las aerolíneas a disponer de una cantidad suficiente de las mismas durante los vuelos.

Uso y retirada. Las mascarillas son obligatorias durante todo el viaje y los pasajeros tendrá que cambiarlas cada cuatro horas en los vuelos de larga duración. En caso de que un paciente con síntomas compatibles con el coronavirus tosa o estornude, también deberá reemplazar su mascarilla. Para la eliminación segura de mascarillas, los aeropuertos tendrán que colocar "contenedores sin contacto" y las aerolíneas disponer de bolsas de basura de un solo uso para que los viajeros introduzcan en ellas las mascarillas antes de tirarlas.

Alfombras con desinfectante. La Agencia Europea de Seguridad Aérea recomienda también colocar en la parte final de la plataforma que conduce al avión un dispensador con gel de desinfección para que los pasajeros se limpien las manos y una bandeja donde los viajeros pisen una alfombra empapada de desinfectante. La limpieza de los aeropuertos deberá intensificarse, en especial en aquellas superficies que se tocan con frecuencia como los manillas de las puertas, barandillas o botones. Dado que las bandejas de plásticos que se utilizan para pasar los controles de seguridad suelen estar muy contaminadas, la EASA hace hincapié en un desinfectado más frecuente y en la necesidad de colocar desinfectante de manos tras superar el control de acceso. El protocolo también establece que los operadores de los aeropuertos deben garantizar una ventilación de aire adecuada y favorecer el uso de aire fresco.

Sin asientos libres. La imagen de un avión lleno de pasajeros con destino a Canarias generó hace unos quince días un enorme revuelo. Sin embargo, la guía elaborada por la EASA y el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) no obliga a las aerolíneas, en la línea ya marcada por la Comisión Europea, a dejar asientos libres entre pasajeros para cumplir con el distanciamiento social que sí recomienda en los aeropuertos. El protocolo destaca la eficacia del sistema de filtrado HEPA, por lo que recomienda que el flujo de ventilación no esté detenido más de media hora y que tanto el embarque como el desembarque se realice lo más rápido posible.

Áreas de encuentro. El acceso a los aeropuertos estará limitado a los pasajeros, tripulantes y personal del propio recinto. Sin embargo, para las personas que necesiten asistencia se tendrá que habilitar un espacio de encuentro y bienvenida lejos de las puertas de salida del área restringida y flujo principal de pasajeros para reducir el riesgo de que los viajeros que llegan se crucen con otras personas.

Cabinas de control. La guía establece que solo será necesario el control de temperatura si las autoridades locales y nacionales así lo establecen. En ese caso, dicho control tendrá lugar antes de que el pasajero facture su equipaje y haga el check-in. Los aeropuertos deberán disponer, asimismo, de cabinas separadas para tratar los casos que resulten dudosos o sospechosos.

Sanciones. Los pasajeros que se salten los protocolos establecidos, mientan en el informe respecto al Covid-19 que tendrán que rellenar antes de viajar, así como aquellos que presenten síntomas sospechosos, no podrán volar. Los viajeros que infrinjan las normas podrán ser sancionados conforme a las normas establecidas por las autoridades donde se encuentre el aeropuerto de salida o de llegada, en función de los casos.

Límite de los servicios a bordo. El servicio a bordo queda minimizado. La EASA limita el servicio de alimentos y bebidas, en los que recomienda la oferta de productos preenvasados y sellados, y elimina la venta de duty free. Recomienda, igualmente, el pago preferente con tarjeta para evitar el contagio a través del manejo de dinero en efectivo.