La celeridad y el grado de recuperación de la economía europea dependerán del control de un virus para el que todavía no hay vacuna. De ahí la importancia que da Bruselas a tres prioridades urgentes: invertir en sanidad, proteger el empleo y apoyar a las empresas. Tres sugerencias que también dirige a España en sus recomendaciones por país adoptadas ayer y en las que alerta del posible repunte de la pobreza y la exclusión social así como de "deficiencias" estructurales del sistema de salud. Según la Comisión Europea, el Gobierno español debe tomar "todas las medidas necesarias" para responder con eficacia a la pandemia, apoyar la recuperación, reforzar las medidas contra el paro y a favor del empleo y garantizar liquidez para las pymes.

Se trata de las primeras recomendaciones que presenta Bruselas desde el estallido de la crisis del coronavirus y la activación de la cláusula de escape del Pacto de Estabilidad y Crecimiento que ha dejado en suspenso la aplicación de los dos criterios que deben cumplir los gobiernos de la Eurozona: un déficit público por debajo del 3% del PIB y una deuda pública inferior al 60%. Por ello, por primera vez no se exige ningún ajuste presupuestario concreto ni se abre ningún procedimiento de infracción pese al galopante déficit y deuda pública en la UE y que en el caso español, según las últimas previsiones de la Comisión Europea, se disparará hasta el 10,1% del PIB y el 115,6% en 2020.

"Estas recomendaciones reflejan una situación sin precedentes. Las prioridades hoy deben ser reforzar la sanidad, aportar a los trabajadores y salvar nuestras empresas", defiende el comisario de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni, que subraya que en estas circunstancias es imposible plantear la apertura de ningún procedimiento de infracción contra ningún Estado miembro y que lo que deben hacer los gobiernos ahora es gastar para apoyar una recuperación sostenida.

En el caso de España, Bruselas pone el acento en que tendrá que tomar "todas las medidas necesarias para abordar eficazmente la pandemia, sostener la economía y apoyar la recuperación posterior" ya que "las medidas adoptadas para detener la propagación del virus" podrían resultar "en una pérdida del 9,4% del PIB este año" con un impacto desigual entre las regiones, en función de su dependencia sobre el turismo, como por ejemplo Canarias. Aún así, "cuando las condiciones lo permitan", el Gobierno deberá empezar a aplicar de nuevo "políticas fiscales" dirigidas a lograr "posiciones prudentes a medio plazo".