¿Cómo están llevando esta situación en el sector industrial?

Este es un sector esencial y estratégico en cualquier economía. En el caso actual ha demostrado su capacidad para mantener la cadena de suministro, lo que no oculta que claro que está afectado por el parón del turismo.

¿Muchos cierres?

No, la práctica totalidad del sector está abierto, pero en absoluto es ajeno a los problemas que ha generado esta pandemia. Esperemos que la desescalada permita la apertura de todos los puntos de venta que hasta el día de hoy están cerrados.

¿Cabe esperar que la industria canaria en su conjunto salga indemne de este episodio?

Estamos muy afectados. Canarias tiene cada día en torno a 300.000 turistas diarios en una población de 2.100.000 habitantes. La demanda del sector alojativo no existe ahora, los bares y restaurantes están cerrados y mucha población confinada en sus casas y con ERTE.

En números redondos, ¿cómo está afectando?

Depende de la exposición al turismo será mayor o menor el golpe para la empresa analizada. Las más expuestas pueden estar perdiendo un 50% de actividad y las menos, un 15%. Las más enfocadas al canal de la alimentación han sufrido un impacto menor o incluso han incrementado su volumen de negocio. De manera directa o indirecta, todos estamos afectados.

Con la que está cayendo, toca una revisión del Arbitrio a la Importación y Entrega de Mercancías (AIEM). ¿Mal momento?

Ni malo ni bueno, es cuando toca. El AIEM es un elemento del REF (Régimen Económico y Fiscal). Canarias es una región ultraperiférica (RUP), tiene unas desventajas estructurales con respecto al resto del continente, y la Unión Europea (UE) reconoce en el articulo 349 de su Tratado de Constitución que estas áreas geográficas alejadas deben tener un trato específico que compense sus sobrecostes.

¿Por qué justo renovarlo en este momento?

Ha coincidido así. Es una figura que tiene más de veinte años y su nuevo periodo de aplicación es 2021-2027. Es decir, tiene que renovarse este 2020 para que entre en vigor el primer día del año próximo. Hace 18 meses, el Gobierno de Canarias puso en marcha un proceso transparente y participativo en el que han tenido voz todos los sectores. Hace menos de un mes, el Ejecutivo hizo su propuesta y vimos un AIEM más flexible que recoge los cambios que se han producido durante los últimos siete años. Como cada vez que toca renovarlo, se ha producido un revuelo, pero no tiene nada que ver con el Covid, sino que el proceso normal de renovación ha coincidido con este momento de crisis.

¿Qué cambios hay? ¿Qué productos dejan de estar gravados por el arancel o al contrario?

El AIEM pretende hacer más competitiva a la producción local industrial, agrícola y ganadera. Es una defensa ante precios dumping que vienen del continente. La crítica principal que ha generado este arbitrio viene por gravar bienes que no se producen en Canarias. Los industriales también estamos interesados en que se excluyan esos productos. Una de las mejoras del nuevo AIEM radica ahí, como también que se incluyan bienes que antes no se producían en las Islas y ahora sí. Por citar algún producto, se excluyen las conservas de pescado, porque antes había producción local y ya no, y lo mismo ocurre, por ejemplo, con las cubiertas para vehículos. Hay 23 exclusiones en total.

¿Y entran?

Por poner otro ejemplo, los quesos frescos.

¿Y quién decide todo esto?

Nada se hace sin la autorización de Bruselas, que es quien tiene la potestad para revisar el uso y la proporcionalidad en la aplicación de esta figura. Ha habido procesos intermedios, una consultoría italiana ha venido al Archipiélago y se ha entrevistado con todos los sectores para analizar pros y contras. Una encuesta del Istac también ha arrojado luz, porque queremos un AIEM más flexible y que no haya que esperar ese ciclo de siete años para renovarlo.

El sector importador no está de acuerdo con este arancel.

El AIEM grava el 10% de las importaciones y el tipo medio impositivo está entre el 7% y el 8%. En consecuencia, el impacto del valor en aduanas del total de las importaciones es del 0,8%.

¿Solo eso es lo que paga de más el consumidor final?

Hablo de la aduana. Luego están los márgenes que implementa la cadena de distribución, que al final pueden dejar el producto con un valor que duplica el que tenía en la aduana si lo considera oportuno. Se demoniza el AIEM, hay muchas fake news y bulos alrededor de él. Su filosofía no es otra que la de potenciar la diversificación de la industria y el sector primario. Se repite el mantra y se acepta como válido, pero este arbitrio es solo un factor para el precio final, no el definitivo. Este mes se dice que los precios han subido en los supermercados, y eso nada tiene que ver con el AIEM; del que se asegura que incide directamente en la cesta de la compra y muchos de los productos que la integran no están gravados.

¿Está afectado el arbitrio por los vaivenes políticos?

Está escrito en el pacto de las Flores y lo incluyó en su discurso de investidura el presidente de Canarias. Además, la renovación cuenta con el apoyo de todos los grupos políticos. El Gobierno ha trabajado de manera intensa con todos los sectores, incluidos los que no están a favor de esta figura.

El signo de este Gobierno es distinto al de los últimos decenios. ¿Cambia eso en algo el proceso de renovación?

Empezó con el anterior y siguió con el actual. En realidad, el trabajo ha sido técnico más que político y eso ayuda. Cuestiones como la que estamos viviendo ahora demuestran la necesidad de contar con un tejido industrial y un sector primario fuertes. Más allá de las ayudas que necesariamente han de llegar al turismo o el comercio, por ejemplo, para remontar el vuelo, las Islas tienen que contar con una industria fuerte que dé espacio a la diversificación de la economía. Mire, Europa vigila estrechamente cualquier distorsión de los mercados, estamos sometidos a una revisión permanente del uso de esta figura y hace un año la propia UE la avaló. Siempre que hay un instrumento fiscal hay una parte a favor y otra contra, nada más.

¿No temen tener que enfrentarse a un futuro sin AIEM?

Ahora menos que nunca. Se está imponiendo el consumo local, el llamado kilómetro cero, incluso dentro del discurso del propio Ejecutivo regional. Además, la industria paga los mejores salarios en las Islas y genera el empleo más estable. Hablamos de 40.000 trabajadores directos y casi el triple indirectos. Y no olvide que parte de la recaudación del AIEM termina en las corporaciones locales, y los cabildos también son administraciones que están profundamente interesadas en que se consuma la producción local.

Al turismo no le gusta.

Todo parte de ese mantra del que le hablaba de que genera un sobrecoste en el consumidor, pero hasta el propio sector turístico está virando hacía la sostenibilidad en el consumo. Es cierto que no todas las cadenas hoteleras van aún en ese sentido, pero es una tendencia que se acabará imponiendo de manera lógica.