Cinco municipios tinerfeños -Adeje, Arona, Granadilla, Guía de Isora y Santiago del Teide-, tres majoreros -La Oliva, Pájara y Tuineje- y uno lanzaroteño -Yaiza-, además de una isla en su conjunto -Fuerteventura-, tienen ahora más parados en busca de un empleo que nunca desde que se lleva el registro. Han bastado 45 días, los transcurridos entre la declaración del estado de alarma y finales de abril, para llevar a estos territorios a cotas históricas de población desempleada, según los datos de paro registrado del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) elaborados por el Instituto Canario de Estadística (Istac).

Una característica une a estas localidades: una economía estrechamente vinculada a la actividad turística. El dato se enmarca en una tendencia general, la de que los territorios y regiones más afectados en España por la virulenta crisis desencadenada por la epidemia del nuevo coronavirus son los más centrados en el sector servicios y dependientes de la demanda externa y, por ello, de los movimientos de personas, paralizados por las medidas aplicadas para poner coto a la Covid-19: Baleares, el Levante y, por supuesto, Canarias.

Esta mayor afección de las zonas turísticas se aprecia con especial claridad en los nueve municipios en los que el volumen de población parada se situaba en abril en máximos, pero también en otros cuyos anteriores picos de desempleo se produjeron en lo peor de la crisis económica iniciada en 2008 y que se prolongó durante seis años. Es el caso de San Bartolomé de Tirajana y Mogán, en Gran Canaria, que han escalado a niveles de paro registrado que no experimentaban desde septiembre de 2013, en el primer caso, y junio del mismo año, en el segundo. Ocurre lo mismo con Antigua y Puerto del Rosario, en Fuerteventura, municipios en los que la cifra de residentes en situación de desempleo es la mayor desde, respectivamente, abril de 2013 y noviembre de ese año. También la muy turística localidad de Tías, en Lanzarote, acumulaba en abril un volumen de población parada que no tenía desde mayo de 2013.

Fuerteventura es, de forma muy destacada, la que ha sufrido un mayor impacto en términos de empleo. El shock que han representado el virus y las medidas adoptadas para frenarlo se suman al hecho de que la isla majorera ya era el territorio insular que sentía con más intensidad la desaceleración económica anterior a la crisis y el retroceso de las cifras de visitantes, producto, entre otros factores, de su fuerte dependencia del mercado alemán, el que más había caído en el Archipiélago en vísperas de que toda la Comunidad Autónoma entrase forzosamente en la actual etapa de turismo cero.

Las islas verdes resisten

Ninguna isla ni ningún municipio se encuentran a salvo de los devastadores efectos de la pandemia sobre el empleo, pero los territorios que hasta el momento menos los están notando son los más rurales y, en concreto, las islas no capitalinas de la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Por una vez, la menor vinculación al turismo de La Palma, La Gomera y El Hierro ha servido, en estos primeros momentos de la crisis, para amortiguar el impacto de las medidas asociadas al estado de alarma. No obstante, se trata solo de eso, de la fase inicial de un ciclo que se prevé largo y cuyas peores consecuencias aún no han empezado a manifestarse. Cabe recordar que las cifras de paro registrado no incluyen a los trabajadores sujetos a expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). Es así porque su relación contractual se encuentra suspendida solo provisionalmente, pero lo cierto es que los temores de que estos ERTE se conviertan luego en ERE (expedientes de regulación definitivos) cunden entre los empresarios de la región.

En toda La Gomera, por ejemplo, había más parados en enero que en abril (1.797 frente a 1.791), en tanto que La Palma registra la mayor cifra desde una fecha relativamente cercana, julio de 2016 (9.009 ahora y 9.065 entonces). Los 857 desempleados inscritos en El Hierro en abril son, finalmente, el dato más elevado desde diciembre de 2018 (888).

En cuanto a las localidades canarias que han roto en los últimos dos meses su récord de paro, Arona es la que registra un volumen más alto: 10.879, un 37% más que en febrero, justo en la antesala de la crisis, cuando la cifra se situaba en 7.926. El otro gran polo turístico del sur de Tenerife, Adeje, acumula 4.856 personas en paro, un 55% más que en el segundo mes del año (3.123). En Granadilla de Abona residen 6.617 parados, cifra que supera en un 40,5% la de febrero, que ascendía a 4.709. Los 1.999 desempleados inscritos en San Miguel de Abona, por su parte, suponen un 42% más que los registrados antes de que estallara la crisis (1.409). El incremento experimentado por Santiago del Teide en este periodo ha sido del 50% (969 frente a 646).

En La Oliva, el número de parados ha pasado de 1.911 a 2.725 en dos meses, un aumento del 42,5%. El crecimiento registrado por Pájara es superior: un 53,4%% (2.343 desempleados en abril y 1.527 en febrero). Pero la subida más significativa en Fuerteventura corresponde a Tuineje, casi un 54,5% (2.043 personas en paro frente a 1.323). La cifra de residentes en la isla que demandan un puesto de trabajo desde las filas del paro asciende a 13.444, cuando en febrero era de 9.559. El incremento en el conjunto del territorio insular es del 40,6%.

Los 1.713 parados registrados en Yaiza, finalmente, suponen el mayor aumento en términos relativos de este grupo de municipios que han batido su récord de paro. En febrero, la localidad lanzaroteña contaba con 1.015 desempleados, con lo que el alza en estos dos meses ha sido del 68,8%.