"Ninguno". Esta es la primera palabra con que responde el hotelero José María Mañaricua a la pregunta de cuántos establecimientos abrirán sus puertas en Canarias durante la fase 1 del paulatino desconfinamiento. Más allá de excepciones puntuales y en absoluto representativas de la coyuntura que atraviesa el sector, como podrían ser los casos de algún pequeño hotel urbano o de algún otro hotel- boutique, la fase 1 no implica ningún cambio para el negocio del alojamiento turístico. Con las piscinas, las zonas comunes y los bufés cerrados, ¿qué se le podría ofrecer a un residente para convencerlo de dejar su casa por unos días? Es más, incluso sin todas esas limitaciones que el Gobierno central ha impuesto en la actividad, ¿qué sentido tendría reabrir un resort que en ningún caso puede llegar a ser rentable sin turistas extranjeros? Son solo algunas de las preguntas con que Mañaricua, presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo (FEHT) de la provincia de Las Palmas, ilustra su explicación de por qué los hoteles y apartamentos del Archipiélago siguen en la fase 1 tan en cuarentena como en pleno pico de la pandemia.

Así pues, mientras que alrededor de un 90% de los comercios ha recuperado hoy su actividad, aunque sea a pedales y no precisamente con pocas dificultades, los únicos huéspedes de la gran mayoría de los hoteles de la región seguirán siendo los guardas de seguridad. En la patronal no hay constancia de que este lunes, cuando Canarias ha entrado en la fase 1 de la desescalada entre el reconocimiento unánime a su gestión de la crisis sanitaria, se haya producido reapertura alguna. Y no porque los establecimientos no estén preparados, sino sencillamente porque ni hay clientes ni hay posibilidad de que los haya. "El problema es que la movilidad de las personas se ha cortado; no va a haber gente para tanta cama", resume el presidente de la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel), Jorge Marichal.

Marichal, que también está al frente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat), hace hincapié en que resulta "muy difícil" imaginar que un canario decida hospedarse en un establecimiento vacacional de su misma isla (el turismo interinsular sigue prohibido) cuando, para más inri, ni siquiera va a poder darse un chapuzón en la piscina. De modo que dar la posibilidad de abrir en las actuales circunstancias no deja de ser un "brindis al sol", agrega el director corporativo de F&B ( Food and Beverage) del Grupo Lopesan, Ignacio Bernaldo de Quirós.

El directivo de Lopesan, una de las cadenas hoteleras más prestigiosas de Canarias y España, ahonda en lo dicho por el presidente de la Cehat y expone que las habitaciones, básicamente el único espacio que podrían disfrutar los potenciales huéspedes, son justamente el lugar donde menos tiempo pasan los clientes de los establecimientos de Lopesan, exceptuando, claro está, las horas de sueño. Y no se trata de una mera impresión, sino que la firma hotelera así lo ha calculado. Por eso no ha habido hoy aperturas ni las habrá en los siguientes días, porque lo que se busca en la inmensa mayoría de los hoteles y apartamentos del Archipiélago es sol, piscina, jardines, paseos, gastronomía..., y no quedarse en la habitación. Las únicas posibles excepciones son, como citó José María Mañaricua, los pequeños hoteles urbanos, hoteles- boutiques u hoteles-dormitorios, sobre todo en las dos capitales autonómicas, Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria, que son las dos ciudades con más tránsito por, por ejemplo, motivos laborales. Para el resto de establecimientos, es decir, para la grandísima mayoría, es "casi imposible" reabrir sin que muchas empresas se queden por el camino, enfatiza Marichal.

De hecho, hay cadenas de tanto peso como Barceló Hotel Group que no solo no abrirán en esta primera fase de la desescalada, sino que tampoco prevén hacerlo ni en la fase 2 ni en la fase 3. En el caso concreto de Barceló, tal como adelantó en una sesión online organizada por el IESE su consejero delegado para la zona EMEA (Europa, África y Oriente Próximo), Raúl González, la reapertura de sus hoteles no se producirá hasta que se haya alcanzado la nueva normalidad. Es decir, al menos hasta que haya movilidad interprovincial en todo el territorio nacional.

Tres cuartos de lo mismo ocurre en el caso de los establecimientos y cadenas de la región. "Claro que no", contesta el director comercial de Dreamplace Hotels, Jordi Estalella, en respuesta a si los hoteles del grupo tinerfeño (al que a comienzos de año se incorporó el señero hotel Cristina de Las Palmas de Gran Canaria, en plena playa de Las Canteras) recuperarían hoy su actividad. "Estamos valorando todas las posibilidades y manejamos fechas, pero no hay seguridad al cien por cien de cuándo podremos reabrir", apunta el representante de Dreamplace, que es otra de las firmas más importantes del sector en la Comunidad Autónoma.

En la misma línea, el director general de Ginestar Hotels, del Grupo Ginestar, Enrique González Hernández, expone que en estos momentos no hay ninguna intención de abrir con independencia de lo que diga el Boletín Oficial del Estado: "De hecho, la propiedad no tiene ninguna prisa". El portavoz de Ginestar, que tiene en el vanguardista hotel rural La Casona del Patio, ubicado en el municipio tinerfeño de Santiago del Teide, su particular joya de la corona, recalca que con los aeropuertos bajo mínimos, no tiene sentido alguno apresurarse en abrir. No en vano, y es algo en lo que todos los empresarios coinciden, sería poco menos que abrir por abrir.

En consecuencia, todo parece que el pulmón del sector turístico, esto es, los hoteles y apartamentos, seguirá sin aire en tanto no se levanten las restricciones al uso de los espacios comunes y al menos los turistas locales y peninsulares tengan permiso para moverse dentro del país. El problema para Canarias es, por tanto, mayúsculo y solo comparable con el que afronta el otro archipiélago del país, Baleares, cuya economía también es extremadamente dependiente del negocio turístico. Entre un 35 y un 40% del Producto Interior Bruto (PIB) de ambos territorios, es decir, entre un 35 y un 40% de toda la riqueza que cada año se genera en los dos archipiélagos, es resultado directo o indirecto de la actividad turística.

Hay que recordar que los hoteles y apartamentos de Canarias no solo están soportando meses sin ingresar un solo euro, sino que, por si fuera poco, siguen sin cobrar los más de 200 millones de euros que les adeudan los turoperadores. Una suma que podría estar más próxima a los 250 que a los 200 millones y que no parece que los establecimientos vayan a percibir de inmediato, ya que hay turoperadores sin liquidez y otros, como TUI, que han ofrecido planes de pago inaceptables para el sector.