El turismo es la actividad más duramente golpeada por la crisis del coronavirus, y no solo por las pérdidas a corto plazo, sino también porque muchas empresas y promotores se han visto obligados a cambiar sus planes. No es lo mismo invertir en un lugar que visitan cada año 15 millones de personas que en otro donde está por ver cuándo podrán venir los primeros turistas extranjeros. Es la diferencia entre la Canarias pre y pospandemia. Lo peor para el negocio es que la Covid-19 ha irrumpido justo a las puertas de que se materializaran inversiones en el sector hotelero por un montante de 1.019,5 millones de euros. Una serie de proyectos que suman cerca de 8.000 nuevas habitaciones repartidas entre Tenerife y las tres islas de la provincia de Las Palmas y que quedan ahora en stand by por el parón de la primera industria regional.

La oficina española de CBRE, una de las mayores consultorías inmobiliarias del mundo, acaba de publicar un informe en el que alerta sobre el retraso masivo de las fechas previstas para las aperturas de nuevos hoteles. Eso en el mejor de los casos, porque en el peor habrá proyectos que no sobrevivan a la crisis económica en que ha desembocado el coronavirus. Entre lo que queda de año y el próximo 2021, los promotores tenían previsto sumar al mercado turístico español un total de 26.634 habitaciones, de las que un 29,4%, prácticamente tres de cada diez, corresponde a nuevos establecimientos en el Archipiélago. Así pues, los planes son incrementar la oferta hotelera de las Islas en, exactamente, 7.842 habitaciones y 15.684 camas, en algunos casos con proyectos a la vanguardia del negocio, como el ecorresort que la firma MP Hotels prevé construir en Fuerteventura. Sin embargo, en la ambiciosa hoja de ruta de los inversores se cruza ahora la incertidumbre que atraviesa la actividad turística, lo que en el caso de Canarias se traduce en que los primeros británicos, alemanes, franceses, italianos o neerlandeses no aterrizarán hasta octubre como muy pronto.

Los analistas de CBRE ahondan así en que la política de turismo cero a la que ha obligado la pandemia está dando lugar a que se retrasen proyectos, como también es previsible que lo haga el calendario de inauguraciones, al menos hasta que la actividad vuelva a estar en unos niveles aceptables. "Las empresas están posponiendo la apertura de nuevos hoteles", explican desde la consultoría, donde dan por descontado que no habrá movimientos en la oferta de camas muy probablemente hasta el próximo año. Por su peso en el sector turístico nacional, las Islas son, además, la región más afectada.

Si se tiene en cuenta que el precio medio por habitación es de unos 130.000 euros (el valor de mercado en los últimos años), los proyectos paralizados en el conjunto del país suman la friolera de 3.462 millones. Y casi una tercera parte de ese montante, los susodichos 1.020 millones, corresponde a las aperturas previstas en el Archipiélago. Fuerteventura y Tenerife son las islas más perjudicadas.

En el caso de Fuerteventura, según el informe de la multinacional con sede en la ciudad californiana de Los Ángeles, está previsto que se incorporen a la oferta hotelera insular un total de 2.610 habitaciones y 5.220 camas. El montante de las inversiones pendientes de materializarse llega así a 339,3 millones de euros. Hay que recordar que el turoperador alemán FTI, a través de su filial española Meeting Point Hotels Spain, tiene previsto invertir 120 millones en la construcción del Stella Canaris, un complejo hotelero con seis establecimientos de cinco y cuatro estrellas que sumarán 1.800 habitaciones.

En cuanto a Tenerife, son 4.764 nuevas camas y 2.382 nuevas habitaciones las que debían ponerse en el mercado a lo largo del próximo año y medio gracias a una inversión global de 309,7 millones de euros. En la Isla son cerca de una veintena los proyectos que se ejecutarán a lo largo del próximo lustro, si bien es previsible que los retrasos a consecuencia de la pandemia no vayan más allá de 2021. Entre estos proyectos figura el de La Tejita Beach Club Resort, ya en ejecución en el municipio de Granadilla de Abona y que colectivos ecologistas quieren paralizar por ocupar una zona "protegida", dicen, muy próxima al litoral.

Las otras dos islas con aperturas de nuevos hoteles previstas a corto plazo son Lanzarote y Gran Canaria, aunque en ambos casos por debajo de las 1.800 habitaciones. En Lanzarote, según el informe de CBRE, la crisis amenaza con retrasar inversiones que ascenderían a 210,2 millones de euros. Se trata de proyectos para sacar al mercado 1.617 habitaciones con 3.233 camas. Y en Gran Canaria, los promotores deberían estar ultimando la inauguración de 1.233 habitaciones para un total de 2.466 plazas. En esta isla está en suspenso una inversión de 160,3 millones de euros. Sin ir más lejos, la cadena Room Mate de Kike Sarasola tiene o tenía prevista la apertura en la capital de un hotel de 41 habitaciones para finales de este año o inicios de 2021.