Un mal sueño, La probable realidad y Aislamiento y decadencia. No son los títulos de una trilogía literaria, sino los nombres con los que CEOE-Tenerife ha bautizado los tres posibles escenarios en que puede materializarse en Canarias la ya palpable crisis económica originada por la epidemia de Covid-19 y las medidas adoptadas para combatirla. La primera de esas hipótesis -que la economía retome su ritmo en cuanto se levante el estado de alarma- ya está descartada. La tercera -que la parálisis productiva dure diez meses- se antoja en exceso pesimista. Queda, pues, la segunda, la que, como su propio nombre indica, parece más probable: que el marasmo económico se prolongue durante seis meses y se traduzca en una cifra de paro cercana al 40% y en una caída de la riqueza regional de en torno al 25%.

Estas previsiones están incluidas en el Informe de Coyuntura Económica sobre el primer trimestre de este año, elaborado por Corporación 5 para la patronal tinerfeña y patrocinado por Cajamar. Este documento, el número cien de una publicación que comenzó hace 25 años, ha coincidido con el desplome social y económico al que ha dado lugar la pandemia, que cristalizará, advierte la CEOE, en una crisis "sin precedentes". Cada uno de los escenarios que dibuja el estudio se mueve en un rango de afección a la economía que oscila entre el 40% y el 60% de la actividad, por lo que dentro de ellos hay también perspectivas más y menos desfavorables. En el caso del que la confederación empresarial considera más realista, la pérdida del producto interior bruto (PIB) de las Islas se movería entre el 20% y el 30%, mientras que el índice de desempleo se situaría entre el 35% y el 43%.

El escenario más optimista -ya rebatido por los hechos- contempla reducciones del PIB que van del 6,7% al 10% y una tasa de paro de entre el 24% y el 27%. Por su parte, el más negativo prevé un derrumbe de la riqueza de al menos un 33,7% pero que, en su extremo más pesimista, rozaría el 50%, mientras que la proporción de población desempleada podría ubicarse entre el 46% y nada menos que el 60%. Todas las proyecciones efectuadas por CEOE-Tenerife toman como punto de partida una situación en la que no variaría la población activa -la que puede y quiere trabajar- y en la que no se produciría ningún tipo de intervención pública o privada dirigida a variar el rumbo de los acontecimientos.

Deuda suplementaria

Los cálculos de la patronal incluyen también el descenso que sufriría la recaudación de la Comunidad Autónoma -la imposición indirecta que le concede el Régimen Económico y Fiscal de Canarias, en especial el IGIC- como consecuencia del frenazo económico. En el escenario más probable, la disminución de ingresos por este motivo iría desde los 350 a los 526 millones de euros. A estas cifras se remitió ayer el presidente de la CEOE provincial, José Carlos Francisco, cuando expuso la necesidad de contar con 500 millones de deuda "suplementaria" solo para mantener los ingresos.

Una cosa es la duración de la parálisis que atenaza la economía y otra la de la recuperación posterior, que será prolongada. Francisco descarta que la salida a la crisis sea rápida ni potente -la recuperación "en uve" a la que se refieren algunas estimaciones- y no prevé que la "normalidad" llegue a las cifras macroeconómicas antes de 2022. "Durante dos años vamos a estar claramente peor de lo que estábamos en 2019", advirtió. En cambio, no considera "descabellado" que en 2023 se consiga mejorar la situación previa a la crisis.

Al depender en gran medida del consumo exterior, sobre todo del turismo, Canarias será más vulnerable a este "terremoto económico" que la media de España, que a su vez estará más expuesta que la mayoría de Europa. Sobre la posible reapertura del Archipiélago al turismo, el presidente de la confederación empresarial no confía en que se produzca antes o durante el verano. Será en "septiembre u octubre" cuando la principal actividad económica de la región pueda empezar a recobrar las fuerzas, puesto que, previsiblemente, la movilidad aérea internacional se activará de nuevo en esas fechas.

La desescalada económica tras el confinamiento y la restricción de la actividad y los movimientos debe desarrollarse, a juicio de José Carlos Francisco, de acuerdo con los propios empresarios, que "son los que mejor conocen sus negocios" y además están "intentando pactar protocolos seguros desde el punto de vista sanitario y razonables desde el punto de vista económico". "Eso es lo que tenemos que conjugar", apuntó. El dirigente empresarial reconoció que "no es sencillo". Esta dificultad explica que se haya recurrido al método "prueba y error" para decidir las medidas, puesto que las primeras que lanzó el Gobierno central eran "inviables".

La gravedad de los diferentes panoramas que, según el informe, puede crear la crisis obliga a adoptar soluciones que nazcan del "consenso" y la coordinación de agentes públicos y privados, sostiene CEOE-Tenerife. "Las políticas anticíclicas tienen más sentido que nunca", indica el documento, que insiste en la necesidad de utilizar el superávit de las administraciones y de recurrir al "endeudamiento mutualizado", con el fin de "evitar la polarización económica y social de las diferentes regiones y más en la situación de Canarias", cuya exposición a los impactos externos es mayor.

Medidas que no cuestan dinero

La patronal reclama medidas "paliativas" de carácter social y otras que permitan inyectar liquidez en las empresas o que sencillamente contribuyan a la supervivencia de estas, como la prolongación de los ERTE por causa de fuerza mayor "al menos hasta final de año". También propone otras que "no cuestan dinero", como la posibilidad de ampliar al 100% la materialización de la Reserva de Inversiones de Canarias (RIC) a cambio de que las firmas que participen en esta figura del REF compren deuda de la Comunidad Autónoma a interés cero. "Es volver a un instrumento que ya teníamos", recordó Francisco.

Sobre el riesgo de un rebrote de la epidemia a la vuelta del verano, la CEOE duda de que pueda suponer que se hagan realidad las peores previsiones de su informe, las descritas en el escenario 3. En todo caso, puntualizó José Carlos Francisco, se pueden dar las cifras del "rango alto" del segundo escenario, que supondrían tasas de paro próximas al 43% y una caída del PIB que se acercaría al 50%. La experiencia acumulada en las últimas semanas, junto a la posibilidad de contar con algún antiviral eficaz, hace pensar a la patronal tinerfeña que los efectos de esta segunda oleada no serían tan demoledores como lo han sido los de la primera.

La extrema fragilidad de Canarias en esta crisis ha reavivado el debate sobre el cambio su modelo productivo, pero la CEOE avisa de que esto no resulta sencillo y entiende que el turismo no debe perder su condición de "pivote" alrededor del que gire la economía. Sí ve "sensato", no obstante, buscar nuevos nichos -la economía del conocimiento, la logística orientada a África-, pero sin que el turismo, en el que las Islas son una potencia, deje de ser su "sostén".