En todo abril solo se vendieron 82 coches en Canarias, una cantidad inferior a la media diaria que se registró en el mismo mes de 2019. El cierre de los concesionarios como consecuencia del estado de alarma ha hecho desaparecer el negocio, que la próxima semana reanudará de forma paulatina su actividad, siempre y cuando el Archipiélago en su conjunto esté en condiciones de entrar en la fase 1 de la desescalada. Si la recuperación del sector español del automóvil se presenta lenta, su ritmo en las Islas puede ser todavía más bajo debido a su dependencia del turismo. Para afrontar esta situación, los empresarios reclaman un plan de renovación de ámbito autonómico, al estilo de los Renove o PIVE, con los que el Gobierno central intentó en momentos recientes estimular el consumo en el sector y favorecer la sustitución de los vehículos más antiguos.

La propuesta no es nueva. La patronal de los importadores y concesionarios en Canarias, Fredica, ya la defendió ante el Gobierno a principios de este año esgrimiendo el grado de envejecimiento que sufre el parque automovilístico en la región -uno de los más altos del país, con una media superior a los doce años- y la relevancia del sector para la economía, pero ahora la cree todavía más necesaria. "El sector del automóvil es uno de los cinco primeros de Canarias y tiene un efecto tractor sobre otros", afirma el presidente de la federación empresarial, Rafael Pombriego. El plan que demanda Fredica busca incentivar las ventas para amortiguar el impacto que supondrá la crisis del nuevo coronavirus. Según las previsiones de la patronal, el año puede cerrarse con una caída de las ventas que oscilará entre el 60% y el 70% en relación a 2019, lo que supone recorrer en tan solo unos meses un camino que en la crisis iniciada en 2008 tardó cuatro años en completar, puesto que ese fue el descenso que se registró en 2012 respecto a los momentos anteriores al ciclo recesivo. "Jamás se había producido una caída como esta en un solo mes", destaca Pombriego.

La idea de los importadores y concesionarios es que el Gobierno canario articule un plan de incentivos y ayudas públicas similar al Renove o al PIVE. Si el Ejecutivo central decidiese luego poner en marcha una iniciativa parecida, ambas podrían "complementarse", apunta el presidente de Fredica. "Damos mucha importancia a la renovación del parque móvil y queremos el respaldo de la Administración al sector, que por ahora no lo está teniendo", añade Pombriego. Además de estimular el consumo, la actividad económica y el empleo durante los próximos meses -que, a su juicio, serán "críticos"-, la medida persigue mejorar la seguridad vial y reducir las emisiones contaminantes.

La patronal demanda también que se apliquen políticas fiscales que incentiven las compras -modificaciones de tipos del IGIC, rebaja de tasas de tráfico, reducción de tributos locales- y que se revise el concepto de pequeña y mediana empresa (pyme), de manera que los negocios del sector se beneficien de medidas fiscales y sociales de los que hasta ahora han estado excluidos por sus niveles de facturación. Al igual que otras organizaciones empresariales, Fredica pide que se mantengan y prorroguen los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) y que los trabajadores sujetos a estas suspensiones transitorias de contrato puedan incorporarse de forma progresiva a sus empresas.

Los datos de matriculación de abril, no por esperados menos demoledores, recogen un desplome del 97,7% en relación a marzo, que ya fue un periodo "muy negativo", marcado por la paralización de la actividad desde mediados de mes, cuando se declaró el estado de alarma. Se vendieron 82 coches -en el canal de compras particulares-, frente a los 3.616 de abril de 2019. Los próximos meses, augura Rafael Pombriego, la tendencia será parecida. Los escasos concesionarios que tienen menos de 400 metros cuadrados están autorizados a abrir desde el pasado lunes, siempre con cita previa y atención individual, los requisitos que rigen para el comercio en su conjunto. Será el 11 de mayo, previsiblemente, cuando se ponga en marcha el resto de los establecimientos, también sujetos a las mismas condiciones.

Reapertura

Los empresarios encaran la reapertura con pesimismo. La destrucción de empleo y los ERTE habrán pasado factura a la capacidad adquisitiva de los ciudadanos. Canarias, además, se enfrenta a un problema añadido: el elevado peso que para el sector representa el rent a car. Las firmas de alquiler de vehículos, ligadas estrechamente a un turismo que se ha evaporado y que solo volverá poco a poco, aportan el 25% del negocio de los vendedores, según datos de Fredica. "En la última crisis fue el turismo el que tiró de las ventas. Ahora ese 25% nos falla también", apunta el presidente de la federación.

También las patronales nacionales han planteado sus demandas. Exigen al Gobierno central un plan de ayudas a la compra dotado con 400 millones de euros y que no distinga entre unos vehículos y otros, de forma que beneficie tanto a los vehículos que se mueven con combustibles fósiles como a los eléctricos o híbridos.