La economía española se despeñó un 5,3% en el primer trimestre del año por el parón de la actividad al que ha obligado la pandemia global del coronavirus. Nunca antes desde 1970, cuando arranca la serie histórica, se había registrado una retracción de este tamaño, habría que remontarse a la Guerra Civil. Es más, la que se produjo entre los meses de enero y marzo duplica el 2,6% de hace justo once años -inicio de 2009- cuando la Gran Recesión mostraba la parte más afilada de sus colmillos. Los datos, que sitúan la mayor tasa de pérdida en el gasto de los no residentes -los turistas están en este grupo-, revelan que el desplome en Canarias fue mayor, de hasta el 7%.

Las cifras son hoy una mera especulación, pero no ocultan que a las Islas se le va a caer de golpe, en el mejor de los casos, un 6% largo del producto interior bruto (PIB). Para hacernos una idea, si el batacazo alcanza el 7% supondrá que en solo las dos últimas semanas de marzo se volatilizaron 3.360 millones que hasta entonces integraban la economía del Archipiélago.

"Desde el punto de vista de la oferta, la caída es mayor en los sectores de comercio, hostelería y transporte. Desde el punto de vista de la demanda, la corrección es mayor en el consumo de no residentes, el consumo de los hogares y la inversión en vivienda", señaló BBVA Research. En la enumeración son mayoría los conceptos que forman parte del core de la economía isleña.

A la vista de los números, al servicio de estudios de la entidad financiera no le queda otra que apuntar a que, "las zonas turísticas podrían estar experimentando una mayor caída". Parte de ese trabajo ya lo tenía hecho mediante la observación del mercado laboral, en el que constata en marzo pérdidas de afiliados a la Seguridad Social -destrucción de empleo- de, por ejemplo, el 9% en el Sur de Gran Canaria o el 8,1% en la isla de Lanzarote.

En línea con otros países

A pesar del dramatismo del desplome, el de España no es un comportamiento que se aparte del común a todos los países de su entorno. La patronal CEOE expone que es similar a los mostrados por Alemania (-4,2%), Francia (-5,8%) o Italia (-5%). A esos decrecimientos, el catedrático de Economía Aplicada de la ULL, José Ángel Rodríguez, suma los de "Estados Unidos (-4,8%) y la estimación de Reino Unido, que también superará el 5% de caída". La Unión Europea se dejó un 3,5% y la Eurozona, un 3,8%. Dentro del desastre, el desplome general "es una buena señal, porque obliga a establecer planes conjuntos".

La Confederación Canaria de Empresarios (CCE) apunta al 18,6% que perdió "el consumo de los no residentes" -extranjeros- para establecer una "primera medida aproximada del efecto de la pandemia sobre los ingresos de la actividad turística, y eso contabilizando solo los primeros quince días del estado de alarma". El secretario general de la organización empresarial, José Cristóbal García, demanda "más velocidad" a la Administración para adoptar medidas que salven de la quema un elevado número de empleos. Comercio, transporte y hostelería fue la familia de sectores más afectada -perdió un 10,9% de su valor añadido bruto- por esa brusca retracción de la actividad.

El catedrático Rodríguez recurre a La Gomera, que de "4.000 pasajeros diarios en sus puertos ha pasado a entre 50 y 60", para describir el tamaño del golpe. Un impacto que tampoco escapa al análisis del decano del Colegio de Economistas de Santa Cruz de Tenerife, Miguel Ángel Sánchez, que recomienda "intensificar el consumo de productos canarios" para salvar los negocios locales.

El Índice de Precios de Consumo (IPC) se situó en abril en el -0,7% en tasa interanual, niveles no vistos desde el verano de 2016, por el descenso de los carburantes mientras que repuntaron con fuerza los precios de los alimentos. Estos subieron en tasa anual del 2,5% al 4% y dentro de ella es mayor el incremento de los productios frescos, su tasa anual sube tres puntos, hasta el 6,9%. Los gastos relacionados con el hogar se sitan en un -4,3%.