La apertura gradual del comercio y la restauración a partir de la próxima semana puede parecer a priori una buena noticia para iniciar la reactivación de la economía, pero desde el empresariado se ve con incógnitas e incertidumbres hasta que no se concreten las condiciones. Los principales representantes del sector comercial demandan un protocolo claro de actuación y directrices tanto para los empleados como para los usuarios. Los costes, la rentabilidad con aforos limitados y las inversiones que hay que realizar para adaptarse a la nueva situación infunden el temor a incurrir en más pérdidas de las acumuladas con el cierre y terminar con la ruina de muchos negocios.

El presidente de la Confederación Canaria de la Pequeña y Mediana Empresa (Cecapyme), José Juan Socas, advierte que no tiene sentido tener un horario diario de dos turnos para abrir toda la jornada porque no hay demanda suficiente y seguirán existiendo restricciones en la libre circulación de las personas, por lo que se pide que se estipule una jornada máxima de ocho horas con personal reducido para no aumentar los costes laborales. Por ello desde el pequeño y mediano comercio se ha solicitado a la Administración que, al igual que en el sector turístico, se amplíe el periodo de duración de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) hasta que se normalice la situación de las tiendas y las áreas comerciales.

"El Gobierno tiene que explicarnos qué procesos se implementan para garantizar la seguridad e higiene por ejemplo en las tiendas de tejidos o calzado", advierte Socas. Lo habitual en este tipo de comercios era que el cliente se probara la ropa o el calzado antes de adquirirlo, pero a partir de ahora esta situación cambia y hay que establecer limitaciones y medidas de desinfección que aún no están claras. Los empresarios temen que tengan que realizar inversiones para contar con productos y sistemas que garanticen más seguridad e higiene a las compras, pero si no reciben ayudas o apoyo serán difíciles de asumir por los comercios y pueden resultar ruinosas cuando hay restricciones a la hora de adquirir productos o consumir en los restaurantes.

En esta línea el secretario general de la Federación de Áreas Urbanas de Canarias (Fauca), Abbas Moujir, advierte a los comerciantes que es preferible esperar a que se dicten las instrucciones y el protocolo de actuación antes de realizar inversiones o abrir sin certezas sobre la seguridad y la protección. "La incertidumbre a día de hoy es total, esperamos que el Gobierno en los próximos días concrete las medidas y si hay que esperar unos días es preferible hacerlo", añade.

Prisas contraproducentes

Los representantes del sector comercial canario se reunieron hace unos días con la Dirección General de Comercio del Ejecutivo regional para trasladarles sus inquietudes ante el plan de desescalada elaborado por la Comunidad Autónoma, ahora ampliado por la planificación del Estado. Para los empresarios las prisas de la Administración para iniciar la apertura de los comercios pueden resultar contraproducentes si no hay protocolos de actuación, medidas de desinfección y suficiente material de protección para los empleados con un mínimo estocaje en las tiendas que eviten riesgos.

Para Moujir también es necesario aclarar las lagunas que se abren con la pretensión del Gobierno de que haya un horario específico para los mayores de 65 años. Por ello, el sector analizará la experiencia que se desarrolle a partir del próximo lunes en La Gomera, El Hierro y La Graciosa -islas que se adelantan al resto- y la normativa que publique el BOE al respecto para después tomar las medidas en el resto de las islas, sobre todo las mayores.

Por otro lado, la responsable de la sectorial de Comercio del sindicato CC OO, Tenaida Medina, considera que el plan de desescalada anunciado por el Gobierno central es "ambiguo" en la parte correspondiente al comercio minorista porque quedan cuestiones sin concretar. Medina defiende un modelo parecido al de Alemania, país donde se han abierto los comercios en función de los metros cuadrados de superficie con medidas adecuadas de protección e higiene en la adquisición de productos.

La dirigente sindical recuerda que el 25,8% de los trabajadores afectados por ERTE en Canarias proceden del sector comercial y por eso es necesario iniciar la apertura, pero siempre con medidas para proteger la salud de los empleados y garantizar la viabilidad del sector. Desde la central sindical se han ido trasladando propuestas a la Administración, entre ellas una guía práctica para las tiendas de ropa y textil.

Por su parte, el sector alojativo turístico tampoco ha recibido con agrado el plan de desescalada del Gobierno central. El presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat) y de la patronal turística de Tenerife (Ashotel), Jorge Marichal, advierte que no resuelve en absoluto el cómo proceder a la apertura de negocios de alojamiento turístico, que no cuentan aún con medidas previas fundamentales como el protocolo único nacional, validado por Europa; la ampliación a seis meses del periodo de vigencia de los ERTE por fuerza mayor tras la derogación del estado de alarma; la realización de test masivos a plantillas, clientes y proveedores; o el apoyo de la Administración pública al sector con una nueva legislación financiera.