Bastaron dos semanas de confinamiento para hundir la recaudación pública de la Comunidad Autónoma. Los primeros datos oficiales muestran hasta qué punto la paralización de la economía hizo añicos las previsiones de ingresos de la Hacienda regional en apenas 17 días. Entre el 15 de marzo, cuando comenzó el estado de alarma decretado un día antes por el Gobierno central, y el 31 de marzo, que es hasta donde abarcan los datos de la Agencia Tributaria Canaria, la recaudación se frenó en seco. Los ingresos por los tributos del Régimen Económico y Fiscal (REF) se desplomaron a un ritmo inusitado y el Archipiélago cerró el mes con una pérdida de 177,7 millones de euros.

Hasta entonces, es decir, hasta el 14 de marzo, la recaudación arrojaba la segunda cifra más alta de la historia, entre otras cosas por la subida de medio punto del tipo general del IGIC, que está en vigor desde el 1 de enero. Sin embargo, desde ese momento, desde el inicio de la cuarentena, las arcas públicas pierden a diario cerca de 10,5 millones.

El presidente del Gobierno autonómico, Ángel Víctor Torres, le recordó el pasado domingo a Pedro Sánchez que los ingresos propios representan entre un 20 y un 30% del presupuesto de la región, frente al 8% que de media suponen en el resto de España. No en vano, las Islas cuentan con el llamado Bloque de Financiación Canario, esto es, con unos ingresos singulares y específicos amparados por el REF, el particular fuero del Archipiélago. La paralización de la mayor parte de la actividad productiva en la pelea contra el coronavirus ha hundido la recaudación pública en todo el país, pero la Comunidad Autónoma lo está sufriendo especialmente por ese mayor margen de ingresos propios. "Y esto hay que tenerlo en cuenta", avisó Torres tras la reunión con Sánchez del pasado fin de semana, en la que repitió que Canarias necesita un plan "específico, extraordinario e inmediato" para paliar las consecuencias del parón económico.

Así pues, para entender la reclamación del presidente isleño y la prisa del Gobierno regional por reiniciar la actividad económica basta con apuntar que la pérdida de recaudación en marzo equivale a un tercio del presupuesto con que la Consejería de Derechos Sociales cuenta para todo el año, que es de unos 517 millones.

En los dos primeros meses del año, la Agencia Tributaria Canaria recaudó poco más de 338 millones de euros, prácticamente 125 millones más que entre enero y febrero de 2019. Los ingresos propios derivados del REF, o lo que es lo mismo, lo cobrado por el Impuesto General Indirecto Canario (IGIC), el Arbitrio sobre las Importaciones y Entregas de Mercancías (AIEM) y los impuestos especiales, estaban así en la segunda mayor cuantía de la historia, solo por detrás de los casi 390 millones de 2018. Un incremento recaudatorio en el que subyace esa subida del tipo general del IGIC (el principal impuesto del REF) del 6,5 al 7%.

Pero llegó marzo. En el tercer mes del año, la recaudación sumó 102,4 millones, la friolera de un 63,4% menos que en marzo de 2019, cuando los ingresos fueron de 280,1 millones de euros. Cerca de 178 millones menos en apenas un mes, o más bien en los 17 primeros días del estado de alarma. En definitiva, una pérdida media de algo más de 10,4 millones por cada 24 horas de cuarentena. Una merma que en el caso del IGIC, que grava el consumo, es incluso mayor, ya que en marzo se recaudaron por este impuesto 86,4 millones, un 68% menos que en el mismo mes de 2019. No obstante, los otros tributos perdieron mucho menos (-6%) y compensaron levemente la ruina del IGIC.