Con los hoteles a cero, los hoteleros cuentan ya las pérdidas por miles de millones. Serán más cuanto más tiempo se mantengan cerrados los establecimientos. El PIB canario, dependiente en un 35% del sector, podría caer una porcentaje similar si este parón se prolonga hasta un año -hasta la próxima temporada alta- y se destruirían 270.540 empleos, 135.270 si dura seis meses -hasta final de año-, con lo que la contracción sería del 17,5%, según un estudio interno del Ejecutivo regional. Con todo, semejante batacazo es mejor que reabrir sin contar con todas las garantías de seguridad sanitaria, para los residentes y visitantes. Y en ese sentido, las patronales turísticas del Archipiélago respaldaron ayer el plan que impulsa la Consejería de Turismo de convertir a Canarias en centro de rediseño de procesos de toda la cadena de valor de la actividad turística. Un observatorio internacional que establezca pautas para otros destinos internacionales.

La propuesta se pretende llevar a cabo con la coordinación con el sector empresarial y la participación de todos los profesionales de los servicios prestados a los turistas desde su llegada al aeropuerto: recogida, transporte hasta el hotel (taxis y guaguas), recepción e identificación en el hotel, estado de las habitaciones y procesos de limpieza de las mismas, control de alimentación y bebidas, medidas de distanciamiento social (aforos en restaurantes, bares, etc...), uso de hamacas, excursiones, ocio nocturno o alquiler de coches.

"Hay que implantar nuevas formas de hacer las cosas transmitiendo higiene, seguridad y calidad", subrayó la consejera Yaiza Castilla en una videoconferencia con los titulares de la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel), la Asociación Insular de Empresarios de Hoteles y Apartamentos de Lanzarote (Asolan) y la Asociación de Empresarios Turísticos de Fuerteventura (Asofuer) y la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas (FEHT), que mostraron su convencimiento de que reabrir el destino sin estas garantías sería, a juicio del sector, volver a poner en peligro a la población frente al Covid-19, por lo que prefiere "no correr" y mantener la "prudencia".

Entre otras medidas, los representantes empresariales manifestaron su apuesta por una coordinación total entre ellos, turoperadores, aerolíneas y la Administración para garantizar la seguridad, "uno de los principales valores que ha caracterizado hasta el momento el destino Islas Canarias. La opinión de las patronales parece compartida por los titulares de los establecimientos. En una encuesta realizada a través del Observatorio Turístico de Canarias, a la que han contestado de momento 239 establecimientos hoteleros y extrahoteleros de todas las islas, con una oferta conjunta de unas 56.000 plazas, mayoritariamente se decantan por no abrir por lo menos en los meses inmediatos al desconfinamiento.

Castilla avanzó que el Gobierno prevé poder empezar a aplicar en junio los protocolos que se están configurando para cada servicio, en los que se minimizará cualquier riesgo para transmitir seguridad sanitaria. No obstante, advirtió de "la absoluta necesidad de la trazabilidad del cliente, de forma que se garantice que haya pruebas y test en destino y en origen". "Es una acción recíproca y, una vez que esto esté garantizado podremos abrir, porque ya se habrán implementado los nuevos procesos de seguridad en toda nuestra cadena de valor", precisó.

Paralelamente, los representantes empresariales solicitaron la intermediación del Gobierno con los turoperadores para agilizar los pagos pendientes desde el inicio del año, que están restando liquidez al sector. También consideran urgente que los ayuntamientos agilicen los permisos para poder acometer obras de rehabilitación y mejora aprovechando el cierre turístico.