Canarias y Baleares tienen para sí que las buenas cifras que muestra la evolución del coronavirus en ambos archipiélagos en comparación con otras comunidades autónomas tienen relación directa con la capacidad para aislarse del exterior de la que gozan. Por ello, el presidente de las Islas, Ángel Víctor Torres, y su homóloga balear, Francina Armengol, solicitaron ayer al Ejecutivo central que sus puertos y aeropuertos sean las últimas infraestructuras, en cada uno de los territorios, en recuperar la actividad normal.

Ambos líderes regionales mantuvieron ayer un encuentro por videoconferencia en el que pusieron en común las especiales circunstancias a las que se enfrentan por el daño que la pandemia ha causado en la actividad turística, pilar básico para la economía de las dos comunidades autónomas. No obstante, el retorno a la normalidad pasa en primer lugar por el control de la enfermedad. Ningún visitante va a llegar al Archipiélago si no tiene la seguridad de que es una zona en la que el Covid-19 está acorralado. Es el mismo caso al que se enfrenta Baleares. De ahí que ambos mandatarios autonómicos coincidieran en que el final de la desescalada, y no antes, es el momento preciso para recuperar aviones y barcos.

"De esa manera se mantendría más tiempo el aislamiento hacia el exterior, que ha dado buenos resultados", apuntó Torres, según el comunicado que hizo público tras el encuentro bilateral. Esa prolongación del cierre, explicó, no impide que "mientras tanto se vaya recuperando la paulatina actividad". Precisamente ayer, la portavoz del Gobierno central y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, detalló que habrá un grupo de "desescalada" a nivel europeo para abordar "los escenarios en los que progresivamente la población pueda ir recuperando la actividad normal", informa Europa Press. Dentro de ello se enmarca la apertura internacional del tráfico aéreo, ante la que, recalcó, "probablemente haya que ser especialmente cautelosos".

A esa reivindicación unieron otra que persigue el mismo objetivo. Se centra en constatar el estado de salud de quienes llegan. Si bien no trascendió tras el encuentro, la intención es colocar en los ochos aeropuertos y todos los puertos aparatos medidores de la temperatura para descartar la propagación de un nuevo brote en el Archipiélago.

Desde la declaración del estado de alarma, todos los domingos -cinco ya- Torres y Armengol han tenido ocasión de hacer llegar al presidente de España y secretario general del partido en el que ambos militan, el PSOE, la especial casuística a la que se enfrentarán el día después. Es decir, cuando la industria o el comercio inicien el lento y controlado retorno a la actividad, los hoteles seguirán vacíos, porque no habrá clientes. Con el añadido, en el caso de Canarias, de que el histórico parón absoluto de la actividad alojativa ha llegado "en plena temporada alta turística". En ello incidió Ángel Víctor Torres para hacer constar el golpe que esta situación ha supuesto para la economía canaria y la recaudación de impuestos.

De ahí que en las sucesivas reuniones dominicales, el presidente de las Islas haya insistido en que el Archipiélago es "la comunidad más afectada en lo económico por esta crisis". Estima que en la actualidad Canarias ha sido solidaria con otras regiones mucho más afectadas por la pandemia y luego les tocará a estas devolver el esfuerzo. Torres y Armengol coincidieron también en generar un frente común a la hora de demandar una prolongación de la duración de los ERTE.