Acudir al supermercado se ha convertido en una de las pocas opciones para poder abandonar el encierro domiciliario decretado desde que el presidente Sánchez activara el estado de alerta. Eso, y salir a la calle amarrado a una mascota, posibilita abandonar las cuatro paredes en la que estos días se está desarrollando nuestras vidas por culpa del coronavirus, salvo para los que no pueden realizar teletrabajo y están obligados a desplazarse. Nunca antes se habían visto a tantos hombres tirando de un carrito de la compra, pero está claro que en tiempos difíciles hay que ser solidario, o buscar una rendija para oxigenar los pulmones. Esta información se construyó a partir de las respuestas ofrecidas por 32 mujeres y 18 hombres encuestados junto a supermercados repartidos por los cuatro puntos cardinales de Tenerife.

¿Cuándo sale a comprar? Solo cuatro del medio centenar de personas consultadas se atrevieron a confesar que salen de sus casas todos los días a hacer la compra. Curiosamente el 75% (3) reside en la capital tinerfeña y el otro 25% (1) en La Laguna. En otros puntos del área metropolitana -Bajamar, Tegueste y Valle de Guerra- el 100% (30) de los entrevistados dijo que no salía de casa a diario para hacer cola en el súper.

¿Hombres o mujeres? En cuatro de los cinco bloques ganan las mujeres. Solo en San Cristóbal de La Laguna, ellos (6) ganaron el pulso. En las respuestas obtenidas en Santa Cruz y en la zona metropolitana se produjo un empate: seis mujeres y cuatro hombres. Fue en las vertientes norte y sur de Tenerife donde ellas (8) superaron con rotundidad a los varones (2). "A veces no compro nada, o me llevo el pan por si me para la Policía, pero esta es la única manera de salir a la calle. ¡No tengo perro!", señala un ciudadano que asaltamos en una vía solitaria y que, lógicamente, se mueve en el anonimato... A pesar de los datos que se desprenden de este sondeo, en la calle se ven muchos ejemplos de empleados que tienen que salir de casa y aprovechan ese momento para realizar la compra mientras su esposa o pareja cuida de los niños.

A la "venta de la esquina". En el pasado, mucho antes de que las grandes superficies conquistaran las principales zonas comerciales de la Isla, lo más habitual cuando en una casa faltaba algún producto era acudir a la tienda de la esquina. Esa idea de cercanía está volviendo en medio de esta pandemia. Cuarenta y dos de los interrogados afirman que suelen acudir al establecimiento más próximo a su domicilio; solo ocho no tienen inconveniente en declarar que en ocasiones realizan un desplazamiento mayor, incluso fuera de su municipio de residencia, para llenar la nevera. De nuevo son las comarcas norte y sur las que completan un pleno: de las 20 personas que se prestaron a colaborar con este periódico, todas subrayaron que siempre van al súper que tienen al lado de casa.

Gana el "dinero de plástico". Aunque los informes que apuntan que el uso de las tarjetas bancarias ganan el pulso a las compras con dinero en efectivo son muy anteriores al estallido de la crisis del Covid-19, una de las recomendaciones en este periodo tiene que ver con el uso preferencia de las primeras a la hora de abonar las compras: en algunas comunidades autónomas es obligado utilizar unos guantes para manipular los datáfonos, o incluso los bancos ya han decidido elevar a 50 euros el importe máximo por operación para no obligar a su cliente a tener que introducir la clave personal. Únicamente en el norte tinerfeño se dio un empate a cinco entre los usuarios que recurren a una tarjeta y los que tiran de billetes y monedas. En el área metropolitana, por ejemplo, de las 30 personas que participaron en este muestreo, solo cuatro desvelaron que suelen pagar la cuenta en efectivo.

Salir "a tiro hecho". Las colas y el miedo a estar expuestos más de la cuenta en la calle son dos de las razones de mayor peso a la hora de explicar el contenido de la cuarta pregunta de este estudio. Y es que 35 de los participantes manifiesta que "está comprando lo justo y necesario", frente a los 15 que cuentan que no han dejado de darse un pequeño "capricho". Entre los cinco productos más perseguidos en los lineales de un supermercado están la aceite, el agua, el arroz, la pasta y todo tipo de conservas, preferentemente sardinas y atún... Lo del papel higiénico, por supuesto, merece un capítulo especial. En el otro lado, en el que están los productos que ahora mismo no son una prioridad, aparecen el vino, los helados y la bollería: el consumo de pan se ha disparado -la gente está recurriendo a los bocadillos- y en la charcutería las colas son gigantescas.

Papel higiénico. Todo el que haya acudido a un supermercado gran superficie en las tres últimas semanas, al menos ha vuelto una vez a su casa con papel higiénico, rollos de cocina o toallitas húmedas. Más difícil ha resultado encontrar geles hidroalcohólicos y, a veces, botellas de lejía. Otro de los productos estrellas están siendo las colonias con altos porcentajes de alcohol... En algunos negocios ha sido complicado encontrarlas.

Las únicas "tablas". Entre los años 1985 y 1995 el mundo de la ajedrez giraba en torno a la estrategia que evidenciaban en el tablero Anatoli Kárpov y Garri Kaspárov. Muchas de aquellas partidas morían en tablas. Pues bien, 25 de las personas a las que preguntamos si han dejado de comprar algún producto contestaron sí y las otras 25, no. El equilibrio es absoluto. En los núcleos centrales de Santa Cruz y La Laguna, diez reconocieron que se llevaban a casa lo justo y necesario y 10 que solían incorporar algún producto que no fuera básico. La única victoria que se apuntó el no en este bloque se logró en el extrarradio de Aguere (4 síes y 6 noes).

Faltan marcas. Algunos de los ciudadanos que forman parte de esta información contestaron que no siempre encuentran en el súper la marca que están buscando -los casos más llamativos los asocian con el arroz y la pasta-, pero en ningún caso han transmitido la idea de que se haya producido un desabastecimiento... Veintinueve consumidores aseguran que más de una vez "no hallaron el producto deseado". Veintiuno nunca han tenido dificultad para volver a casa con el artículo deseado, aunque muchos no ocultan que "tampoco buscaban una marca específica".

Carne y pescado. Ya hay voces cercanas a los productores cárnicos y de pescado, sobre todos los vinculados con la pesca artesanal, que hablan de pérdidas generosas en el sector. Aunque aún son menos los que han decidido eliminar de la lista de la compra la carne y el pescado (19) que los que siguen apostando por estos dos segmentos de la cadena alimenticia. No ocultan que en ocasiones se decantan por los congelados o preparados. Resulta curioso, no obstante, que en el sur de la Isla haya igualdad entre los que ahora compran menos carne y pescado (5).

Toca madrugar. Los que prefieren hacer la compra por la mañana (37) no solo superan con holgura a los que dejan esa tarea para la tarde (13), sino que en muchos casos acuden a los comercios antes de que estos abran sus puertas. El hecho de que algunas cadenas de supermercados adelanten su horario de cierre condiciona el margen de maniobra de las personas: en todos los apartados la mañana se apuntó el triunfo final aunque en ningún caso con un cien por cien: el margen más amplio se sumó en Bajamar, Tegueste y Valle de Guerra (nueve de mañana y sólo uno por la tarde).

Los precios. La percepción que tiene la ciudadanía sobre un posible aumento de los precios varía en función de la zona en la que se realice la compra. En el sur de Tenerife, por ejemplo, nueve de diez personas encuestadas dijeron que sí habían percibido una subida. Esa visión se mueve en el lado opuesto cuando las preguntas se hacen en Santa Cruz (dos síes y ocho noes) o en La Laguna (tres síes y siete noes). En los puntos de ventas consultados en Bajamar, Tegueste y Valle de Guerra, el 50% estima que algunos están aprovechando la actual coyuntura para obtener más beneficios y la otra mitad observa que los precios se están moviendo en una franja parecida a la de hace un mes.

Vivir en una cola. A Pedro Cairós lo "asaltamos", informativamente hablando, a las puertas de un supermercado localizado en la calle Prebendado Pacheco de Tegueste. En las bolsas lleva "pan de molde y de bocadillos, chacina, compotas para la niña, varios paquetes de pipas y unas cervecitas para pasar el fin de semana". Este es uno de los muchos testimonios que se están recogiendo estos días a las puertas de la tienda en la que antes tocó hacer la cola. En el último punto de la este análisis no se dio un empate técnico pero la distancia entre los que creen que tardan más de la cuenta antes de empezar a llenar el carrito de la compra (22) y los que consideran que no (28) es bastante corta. Sobre las largas hileras que se forman en los exteriores de negocios de alimentos, los empleados consultados indican que "hay un pico en las horas del mediodía en el que las colas crecen más de la cuenta". Lo mejor, sin duda, es tomárselo con mucha calma y paciencia.