En el oscuro episodio que está suponiendo la pandemia del coronavirus "Nos sentimos engañados y abandonados", se queja el presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) Canarias, Juan Carlos Arricivita. Los 129.143 empleados por cuenta propia que existen en las Islas (65.244 en la provincia de Las Palmas y 63.898 en la de Santa Cruz de Tenerife) tendrán que seguir pagando religiosamente su cuota a pesar de que la casi totalidad de ellos no ingresará ni un solo euro debido a las restricciones del Estado de Alarma, que mantiene cerrados a cal y canto la mayor parte de los negocios.

Arricivita critica que la única opción que les da el Gobierno de Pedro Sánchez sea la de cesar la actividad para poder optar al paro, una alternativa que ni siquiera es novedosa. "Entre las medidas anunciadas no hay nada para los autónomos porque éste era un derecho que ya teníamos concedido y que, encima, muchos no van a poder llevar a cabo aunque quieran". El presidente de ATA Canarias se refiere, por ejemplo, a profesionales como los taxistas o los vendedores de lotería, que si no están dados de alta pueden perder su licencia al tratarse de una concesión temporal que les otorga la Administración.

Tampoco quienes tributen por módulos podrán acogerse a esta posibilidad, ya que al llevar una contabilidad poco detallada no podrán demostrar las pérdidas ocasionadas por la crisis del Covid-19. En el caso de los trabajadores por cuenta propia que hayan recibido una subvención, si cesan su actividad se verán obligados a devolver total o parcialmente el dinero ya que uno de los requisitos para percibir las ayudas consiste en permanecer de alta durante un determinado periodo temporal, que puede alcanzar los dos años para las prestaciones destinadas a la modernización del establecimiento, por ejemplo.

Además, acogerse al paro para un autónomo que tenga trabajadores a su cargo le obligará a tomar la drástica decisión de despedirlos de manera definitiva. Es decir, no podrá optar por ejecutar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), la fórmula que están empleando las empresas como solución intermedia puesto que los empleados siguen perteneciendo a la compañía y ésta puede reincorporarlos cuando regrese la ansiada normalidad.

Supresión de la cuota

Ante la ausencia de opciones, los autónomos se sienten "estafados" y, además, terriblemente envidiosos de sus colegas franceses ante las medidas aprobadas por el Ejecutivo de Emmanuel Macron (entre las que se encuentran la suspensión del pago de impuestos y cotizaciones sociales, de las facturas de agua, luz y gas, así como los alquileres). Este país "sí defiende al tejido empresarial", se lamenta Arricivita, que defiende que la iniciativa más útil para los trabajadores por cuenta propia sería la de cumplir a rajatabla el lema esgrimido por la asociación, a ingresos cero, cuota cero. Librarles de este pago supondría, según los cálculos de ATA, sólo un 1% de los 200.000 millones de euros que ha puesto sobre la mesa Pedro Sánchez para aliviar a la economía española.

Sin embargo, también en este anuncio encuentran un pero los autónomos. "Que nadie se crea que el Gobierno pone 100.000 millones en efectivo para el sector privado porque no es así, hablamos de préstamos al 0% de interés que al final tendrán que devolver los empresarios, así como de flexibilizar el pago de impuestos, pero pagar se van a pagar. No se condona nada, es descorazonador", se queja Arricivita.

Todavía es pronto para saber cuántos autónomos se verán obligados a echar el cierre durante estos meses de nula actividad económica, pero lo que el presidente de ATA Canarias tiene claro es que con medidas "tan pobres" serán muchas las empresas que se queden por el camino puesto que ya venían tocadas por la quiebra de Thomas Cook y el descenso paulatino de la conectividad y la llegada de turistas. "El Ejecutivo central no ha entendido la problemática del empresariado, aquí sólo se ha sopesado proteger al trabajador, pero si no protegen al autónomo, al empresario y al emprendedor no habrá empleo después de que pase esta crisis". Aún hay tiempo para rectificar, considera Arricivita, que también confía en que el Gobierno canario sea más valiente que el español a la hora de proponer soluciones.