Los miles y miles de contenedores apilados en los puertos y retenidos en los buques atracados en China están obligando a las navieras, consignatarios, exportadores e importadores de medio mundo a jugar a un singular tetris. Se trata de calcular cuántos recipientes llegarán a Rotterdam, por ejemplo, y cuántos podrán ir a Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de Tenerife o Liverpool. Hay que distribuirlos con precisión hasta que vuelvan a la circulación los contenedores retenidos en China, así que no todos tendrán todo el espacio que desearían, al menos por ahora. Hay que tener en cuenta que hasta el 90% del comercio mundial se lleva a cabo por vía marítima, y China es precisamente uno de los países que mayor cuota de mercado concentra. De momento no hay cifras sobre la cantidad exacta de contenedores parados en los puertos del gigante asiático, pero es la suficiente para complicar la actividad.