El proceso de secularización en el que está inmersa la sociedad española, y con ella la canaria, no afecta a las cifras de declaraciones de la renta Todas las comunidades autónomas experimentaron en 2018, último periodo fiscal, un incremento de las asignaciones a la Iglesia y, con él, de la cantidad recaudada, tanto que las arcas de la Conferencia Episcopal Española (CEE) se encaminan hacia un récord en este sentido, 284,4 millones de euros, según datos de la Agencia Tributaria -todavía provisionales- difundidos por los obispos.

En el caso del Archipiélago el número de asignaciones a la Iglesia creció en 4.370 entre los ejercicios fiscales de 2017 y 2018, casi un 1,2% más. Este aumento de los declarantes que marcan la casilla de la CEE se traduce en una recaudación de 494.910 euros más que en el año anterior, un alza que, en términos relativos, asciende al 6,8%, por encima de la media nacional en este periodo, que se situó en el 6,2%. Lo recaudado en las Islas supera, de esta manera, los 7,75 millones de euros.

Pese a esta subida, Canarias figura entre las regiones en las que una menor proporción de los contribuyentes se inclinan por destinar el 0,7% de su impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) a las actividades de la Iglesia Católica. Lo hace el 25,9% -230.315 asignaciones en total-, una cifra solo superior a las que presentan Galicia (24,9%) y, sobre todo Cataluña, que con un 17,4% es, con una sensible diferencia, la comunidad en la que son más minoritarios los contribuyentes que optan por hacer su aportación fiscal a la institución religiosa. En el otro extremo figuran Castilla-La Mancha (45%), La Rioja (44,9%) y Extremadura (44%).

Los 284,4 millones de euros recaudados en todo el país son 16,6 millones más que en 2017. El aumento se produce después de la disminución del 3,3% experimentada en 2017. Esta contribución récord responde a las casi 7,2 millones de declaraciones -8,5 millones, si se tiene en cuenta las declaraciones conjuntas- que marcaron esta opción en la campaña que se desarrolló entre abril y junio del año pasado. El 32% de los contribuyentes asignó el 0,7% de su IRPF al sostenimiento de la Iglesia.

"El ciudadano de a pie es capaz de valorar la tarea que realiza la Iglesia en todos los campos, sobre todo en los lugares más vulnerables", afirma el vicario de la Diócesis Canariense, Hipólito Marrero, quien destaca la labor de atención a los inmigrantes, el voluntariado en las cárceles o los pisos de acogida, muchas veces realizada a través de Cáritas. A juicio del vicario, "esa presencia sencilla, de acompañamiento, puerta a puerta, da confianza a la gente en un mundo secularizado".

El actual sistema de asignación tributaria a la Iglesia Católica -la única confesión que disfruta de esta opción- comenzó en 2007. El que las cifras de recaudación hayan subido hasta alcanzar el récord que auguran los datos de la Agencia Tributaria demuestra -indicó la CEE a través de un comunicado- "el respaldo social y personal a la labor desarrollada por las instituciones religiosas". "En general, no solo el que marca la casilla repite año a año, sino que cada año nuevos contribuyente lo hacen por primera vez", añaden los obispos.

Pero, ¿qué es lo que financia la Iglesia Católica con el dinero que le aportan los contribuyentes? Según la última memoria anual de actividades de la Conferencia Episcopal, referida al ejercicio 2017, tres de cada cuatro euros recaudados -un 76,2%- se destinan al sostenimiento de las diócesis. Ese año fueron 202 millones de los 264,5 que ingresó la Iglesia Católica en España por el impuesto sobre la renta. La segunda partida en importancia -16,7 millones de euros, el 6,3%- fue para cubrir los costes de Seguridad Social del clero. Algo más de 6,2 millones -un 2,3% de todo lo recaudado- alcanzó la contribución extraordinaria a Cáritas Diocesana, que se nutre de forma muy minoritaria a través de esta partida, mientras que el grueso de sus actividades se sufraga mediante otras fuentes, incluida la casilla de fines sociales del IRPF. El resto de los ingresos procedentes de la equis de la Iglesia se dirige a distintos fines, entre ellos centros de formación, retribuciones de los obispos y actividades pastorales.

El crecimiento de la recaudación tributaria de la Iglesia contrasta con el retroceso de la práctica religiosa y de los usos y costumbres asociadas a ella. Es el caso de los matrimonios oficiados por el rito católico, que en el Archipiélago han pasado de representar el 32% del total en 2010 -1.743 de 5.457- al 18,4% en 2018 -1.365 de 7.398-, según los datos del Instituto Canario de Estadística (Istac), obtenidos a su vez de los registros civiles.