Domingo López Arvelo es otra vez pionero. Lo fue hace décadas, cuando decidió invertir en un hotel en el sur de Tenerife en unos años en los que el negocio y los turistas eran patrimonio casi exclusivo del Puerto de la Cruz, en el otro extremo de la Isla. Y lo es ahora, tanto tiempo después, con la empresa Dreamplace Hotels & Resorts, la firma heredera del Grupo Dofela que ha comprado el señero Hotel Cristina de Las Palmas de Gran Canaria. La entidad tinerfeña, que ya había dado el salto a la provincia oriental con un establecimiento en Lanzarote, desembarca ahora en la otra isla capitalina gracias a una operación atípica. Las hoteleras de capital canario concentran su actividad en la isla y provincia en que nacieron, pero Dreamplace ha ganado en la pugna por hacerse con el establecimiento ubicado en pleno corazón de la capital grancanaria, en la playa de Las Canteras. Así pues, el ensueño (Dreamplace) de Tenerife ya es también de Gran Canaria.

Con la incorporación del Hotel Cristina a su cartera de establecimientos, la sociedad limitada que tiene a Domingo López Arvelo como patriarca consolida el proceso de expansión regional que inició con el Gran Castillo Tagoro. El hotel situado en la localidad lanzaroteña de Playa Blanca, un cinco estrellas orientado hacia el segmento del turismo familiar, se convirtió en 2005 en el primer establecimiento de la cadena fuera de Tenerife. En la isla del Teide gestiona los hoteles Gran Tacande, otro cinco estrellas ubicado en Adeje; Tigotan, un cuatro estrellas exclusivo para adultos en la localidad de Playa de las Américas; y Tagoro, que como el Gran Tacande también está en Costa Adeje y que es un cuatro estrellas especializado en el segmento familiar.

La compra del lujoso establecimiento del Paseo de Las Canteras, que Inmuebles Tarajal Grande (la empresa de la familia Marrero) había adquirido en 2005 a la cadena Sol Meliá, se cerró por un montante de entre 40 y 50 millones de euros. La operación, no obstante, no resultó sencilla, primero porque los ya antiguos propietarios pedían una cifra superior y segundo, y sobre todo, porque la competencia por hacerse con el emblemático cinco estrellas de la capital grancanaria no fue precisamente pequeña. Varias firmas, algunas de capital extranjero y cuyo número exacto no ha trascendido, mostraron interés por comprar el establecimiento que se inauguró en abril de 1971, hace ya cerca de medio siglo. Finalmente fue Dreamplace la que se llevó el gato al agua, reforzando así la principal pata de su negocio.

Alrededor del 90% de la facturación de Dreamplace-Dofela procede del negocio hotelero, pero esta no es la única actividad del grupo empresarial. De hecho, el restante 10% de la cifra de ventas global de la entidad, cuya sede social está, como dos de sus hoteles, en el municipio de Adeje, sale de la explotación de centros comerciales y supermercados, de una lavandería industrial y de la bodega Presas Ocampo, que quienes lo conocen bien dicen que es la gran pasión de Domingo López Arvelo. No en vano, el patriarca de Dreamplace, en la que su hijo Marco López ejerce de director general, es un ferviente amante del vino y el campo, dos pasiones que el empresario tinerfeño logró aunar en Presas Ocampo, que comercializa sus caldos bajo la denominación de origen Tacoronte-Acentejo. Arvelo es, de hecho, descendiente de una saga de vitivinicultores del norte de Tenerife.

Domingo López es hermano del también empresario Fernando López Arvelo, con quien comparte orígenes en el mundo de los negocios y a su vez presidente de honor del Grupo Fedola. Fedola, como Dreamplace Hotels & Resorts (Dofela), también tiene en la industria hotelera una pata importante de su actividad con GF Hoteles.