El pasado año terminó con buenas noticias para el empleo en Canarias. La Encuesta de Población Activa (EPA) atribuye a las Islas la mejora más significativa de todo el país en lo que a creación de puestos de trabajo se refiere, al tiempo que la tasa de paro, que desde que comenzó la recuperación económicamente se resistía a bajar del 20% -solo lo hizo, muy tímidamente, en la segunda mitad de 2018-, se ha colocado en el 18,78%. Pero aunque la mejora es bastante generalizada, persisten apreciables diferencias entre unas zonas y otras. Así, la brecha que separa las comarcas con más y menos paro -el sur de La Gomera y el norte de Lanzarote, respectivamente- roza los 8,5 puntos, según los datos de la EPA, trasladados a las pequeñas áreas del Archipiélago por el Instituto Canario de Estadística (Istac).

Siempre han existido diferencias en empleo y paro entre unos territorios y otros, pero a partir de la crisis y la posterior recuperación se han hecho más profundas. A finales de 2007 -en vísperas del estallido de la burbuja inmobiliaria-, la distancia entre las comarcas con más y menos paro -entonces el área metropolitana de Gran Canaria y el centro de Fuerteventura, respectivamente- era de poco más de cinco puntos.

El liderazgo del norte lanzaroteño -integrado, según la división realizada por el Istac, por los municipios de Haría y Teguise-, cuyo 14,62% de paro se aproxima a la media nacional (13,78%), y la última posición que ocupa la zona meridional de La Gomera -San Sebastián, Valle Gran Rey y Alajeró- , que presenta un 23,06%, se corresponden con otra brecha que tradicionalmente caracteriza el mercado laboral canario: la que divide las islas más orientales, con mejores datos, de las más occidentales, en las que el desempleo es más elevado.

Sin embargo, durante los dos últimos años Tenerife se ha puesto a la par de los territorios situados más al este del Archipiélago. Al cierre de 2019, presentaba un 17,5% de paro, ligeramente por encima de Lanzarote (17,41%), más de un punto por debajo de Fuerteventura (18,61%) y considerablemente mejor que Gran Canaria (20,11%). El área metropolitana tinerfeña (Santa Cruz, La Laguna, El Rosario y Tegueste) es la tercera comarca con menor tasa de desempleo de la región, con un 15,89% de la población activa, solo por detrás del norte de Lanzarote y del sur de Fuerteventura (Pájara y Tuineje), que registra un 15,59%. Dentro de la isla también se producen diferencias notables, como la que separa la zona metropolitana de la comarca de Daute (Buenavista, Garachico, El Tanque y Los Silos), donde el paro asciende al 20,61%.

También en el interior de Gran Canaria se observan amplias desigualdades entre comarcas. La que tiene menos paro es la centro-norte (Firgas, Teror, Valleseco, Vega de San Mateo y Valsequillo), con un 16,37% de la población activa en situación de desempleo. La zona sureste (Agüimes, Ingenio y Santa Lucía de Tirajana) se ubica en el otro extremo, con un 21,22%. Por su parte, el área metropolitana (Las Palmas de Gran Canaria, Arucas, Santa Brígida y Telde) registra un 20,17%, y sale desfavorecida de la comparación con la zona metropolitana de Tenerife. Cerca de 4,3 puntos separan los índices de paro de ambas.

En la provincia occidental se encuentran las dos únicas comarcas en las que el paro ha subido en el curso del último año. En El Hierro -considerada en su totalidad como una comarca por el Istac- ha pasado del 20,02% al 20,95%, mientras que en La Gomera ha crecido del 22,46% al 22,61%. Por su parte, La Palma lo ha recortado del 21,63% al 20,87%. Su comarca capitalina (Santa Cruz, Breña Alta, Breña Baja y Villa de Mazo) ostenta el mejor dato (19,78%) y el Valle de Aridane (El Paso, Fuencaliente, Los Llanos y Tazacorte), el peor (21,95%).

En la otra punta de Canarias, al norte de Lanzarote se contrapone el este (Arrecife, San Bartolomé y Tías), que tiene el índice más alto de la isla (18,34%). La zona con peor situación de Fuerteventura es el norte (La Oliva y Puerto del Rosario), con un 20,36%.