Los 940.300 ocupados con que la Comunidad Autónoma despidió 2019 son la cifra más alta de la historia. A finales de 2007, justamente cuando comenzó la gran crisis económica con aquel primer capítulo de las hipotecas subprime o basura en los Estados Unidos, el tejido productivo canario contaba con 889.700 trabajadores. Es decir, ni siquiera en la cresta de la ola de la burbuja inmobiliaria y con el grifo del crédito bancario chorreando a borbotones había llegado el Archipiélago a emplear a tantas personas. Eran entonces casi 51.000 menos que en la actualidad, y ello aun cuando esos cerca de 890.000 ocupados marcaban por entonces el récord a cierre de ejercicio. Fue a finales de 2018, ya en plena recuperación, cuando se batió una nueva plusmarca con 913.400 ocupados, siempre incluyendo tanto a los trabajadores autónomos o por cuenta propia como a los asalariados o trabajadores por cuenta ajena. El récord se batió de nuevo el año pasado y todo parece que volverá a superarse también en 2020 y 2021.