Un kilo de calabaza, de bubango o calabacín, de zanahorias, de habichuelas y de piña de millo. Más el kilo de papas King Edward (o quineguas) y de costillas de cerdo. Son los habituales productos con que las familias canarias hacen el potaje semanal, que este año saldrá algo más caro. Las hortalizas frescas bajaron de precio en 2019, pero las papas y sobre todo la carne de cochino se encarecieron en mayor medida, con lo que el potaje de la semana cuesta hoy unos 20 céntimos más. Es decir, que el potajito saldrá al cabo de 2020 casi diez euros más caro que el año pasado, exactamente 9,6 euros más. Y también hay que pagar más por el transporte y por comer en bares y restaurantes, exactamente un 2% más. En cambio, los recibos de la luz, el agua y la casa bajan de media más de un 4%, con lo que se equilibra algo la balanza.

Los precios subieron un 0,4% en el Archipiélago a lo largo de 2019. Ese es el incremento medio de todos los productos y servicios: los alimentos, las bebidas, la ropa, el calzado, los restaurantes, los bares, la entrada del cine o del teatro, los muebles, el recibo de la luz, la factura del agua... Pues bien, el aumento del 0,4% supone que lo que el año pasado costaba cien euros este año cuesta cien euros y 40 céntimos. Es la menor subida de las 17 comunidades autónomas (junto con Asturias) y queda sensiblemente por debajo del incremento medio en el conjunto del país. El Índice de Precios de Consumo (IPC) aumentó en 2019 un 0,8% en cifras nacionales, esto es, el doble que en las Islas. De hecho, ese 0,4% que creció el IPC en la región es la menor subida del coste de vida en los últimos cuatro años. Durante el trienio 2016-2018, los precios se incrementaron en Canarias a un ritmo superior al 1% anual, con lo que el pequeño aumento en 2019 bien puede interpretarse como un respiro para la economía de los hogares del Archipiélago. Máxime si se tiene en cuenta que los salarios crecieron el año pasado en las Islas muy por encima de lo que lo hicieron los precios, con lo que los canarios ganan poder adquisitivo. Según el INE, los sueldos subieron hasta el tercer trimestre de 2019 una media de un 2,5%, seis veces más (en términos porcentuales) que el coste de vida. Si se toma como referencia la estadística del Ministerio de Trabajo, el aumento de los salarios es algo menor, del 2,07%, pero también muy superior al de los precios. No obstante, el IPC tiene mucha letra pequeña, de modo que el comportamiento de los precios varía en función del producto o del servicio de que se trate. En otras palabras: ni todo es más caro ni todo lo que es más caro ha subido exactamente un 0,4%.

Lo que más se encareció el año pasado en Canarias son las bebidas alcohólicas y el tabaco, que hoy cuestan un 5,3% más, mientras que lo que más bajó de precio, una media de un 4,4%, son los recibos de la casa, la luz, el agua y la bombona. En 2020 también son más asequibles las actividades de ocio y culturales, como el cine, el teatro, las ferias o los conciertos, ya que el precio de las entradas se redujo un 1,1%. Bajó también el coste de la sanidad. Ir al dentista o a la óptica sale un 0,3% más barato, una pequeña reducción pero reducción al fin y al cabo. Y hasta ahí. Todos los demás productos y servicios se encarecieron.

Es más caro ir a bares, restaurantes y hoteles. La factura que el año pasado era de 50 euros ahora es de 51 euros, un 2% más. La guagua y el taxi cuestan un 1,6% más, y un vestido o unos tenis de 120 euros salen ahora 121 euros con 80 céntimos (+0,9%). También se han encarecido los muebles y artículos del hogar, las comunicaciones y la enseñanza, en los tres casos muy por debajo del 1%. Y sobre todo se ha encarecido la cesta de la compra, es decir, los alimentos y las bebidas no alcohólicas, en concreto un 1,4%. Ahí entran el pan, un 0,4% más caro; las carnes de cochino y de vaca, que suben un 5 y un 1,9% respectivamente; la carne de pollo, la más consumida y por la que se paga un 3,9% más; o las papas, que cuestan un 3,2% más y que encarecen el potaje a pesar de que las legumbres y hortalizas sí se han abaratado, justo un 1,4%. Los aceites, tras caer un 11,3%, son los productos alimenticios que más bajaron de precio el último año.