El impulso que ha cobrado en los últimos años la introducción de energías renovables en Canarias se encuentra con los obstáculos que supone la antigüedad de algunas instalaciones que ya se aproximan al final de su ciclo, que en principio concluye cuando transcurren veinte años desde su puesta en marcha. Once parques eólicos del Archipiélago han entrado en sus últimos cinco años de vida útil. Entre ellos suman una potencia de 45.165 kilovatios (kW), alrededor del 11% de la que acumula el conjunto de los aerogeneradores que funcionan en la Comunidad Autónoma, según los datos facilitados por la Dirección General de Energía del Gobierno regional.

Ante esta situación, se abren varias opciones para los promotores. Una de ellas es la repotenciación -la sustitución de aerogeneradores viejos por otros más modernos-, una fórmula que no solo permite prolongar la actividad de los parques sino también producir más energía en menos espacio. Para favorecer esta posibilidad, el Ejecutivo mantiene conversaciones con el Ministerio para la Transición Ecológica, en el que residen ahora las competencias en energía, destinadas a preparar una nueva convocatoria de ayudas a la inversión para instalaciones renovables de origen eólico y fotovoltaico que, a diferencia de la lanzada en 2019, incluya la repotenciación de los parques.

El desarrollo del viento

El progreso que han experimentado las tecnologías de renovables basadas en el viento durante las dos últimas décadas explica que la potencia de los parques eólicos instalados más recientemente sea, en líneas generales, muy superior a la de los primeros. Los más antiguos tienen una potencia inferior a los 600 kW, mientras que los que se han puesto en funcionamiento en los últimos años suelen ofrecer una potencia que puede superar los 2.000 kW.

Eso no quiere decir que todos los parques que se acercan al término de su vida útil tengan baja potencia. De hecho, algunos de ellos han repotenciado parte de sus instalaciones y han sustituido aerogeneradores antiguos por otros que alcanzan los citados 2.000 kilovatios, de manera que no todos sus molinos se encuentran en fase de obsolescencia.

Aunque las competencias para emitir las autorizaciones administrativas que amparan la repotenciación están atribuidas a la Dirección General de Energía del Gobierno canario, las necesarias para incentivar estas políticas mediante retribuciones específicas corresponden al Estado (ahora, al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico).

Al margen de la repotenciación, a los promotores de los parques eólicos que han entrado en sus últimos cincos años les quedan dos alternativas: solicitar el cierre de la instalación -total o parcial- para los molinos cuya vida útil haya terminado o pedir una prórroga de funcionamiento a la Dirección General de Energía -órgano adscrito a la Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial- que, en el caso de ser concedida, se prolongaría hasta los 25 años. En este último caso, el mantenimiento de la actividad se produciría, en principio, en condiciones menos rentables. Durante la prórroga, los propietarios de los aerogeneradores solo tienen derecho a percibir la retribución por la venta de la energía producida, pero no las correspondientes a la inversión y a la operación que tuvieran reconocidas.

Hibridación

La estrategia canaria para garantizar el avance de las renovables en el Archipiélago incluye también la solicitud de poder hibridar instalaciones de origen eólico y fotovoltaico, de forma que ambas puedan convivir. La escasez de suelo es uno de los problemas con los que se topa la aspiración de multiplicar la producción de energías limpias. El alto porcentaje del territorio que se encuentra protegido y las dificultades que plantean las servidumbres aeronáuticas, entre otros aspectos, obligan a buscar fórmulas que permitan optimizar el espacio y que se suman a la apuesta por la instalación de aerogeneradores en el mar, como el que, con carácter de proyecto piloto, se ha ubicado frente a las costas de Telde.

Un proyecto que viene de atrás

Los intentos de repotenciar la planta eólica más envejecida no son nuevos. Ya en la legislatura anterior, y ante la evidencia de que los mejores suelos para la generación de electricidad a través del viento se encontraban ocupados por los parques más antiguos, el Gobierno de Canarias expresó la necesidad de que las convocatorias de concurrencia competitiva impulsadas por el Ministerio incluyeran la repotenciación. Además, se encargó un estudio al Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) para analizar las condiciones de cada uno de los parques para ser repotenciados.

El Estudio macroeconómico del impacto del sector eólico en España, elaborado en 2018 por la consultora Deloitte para la Asociación Empresarial Eólica (AEE), advierte de que "la repotenciación de parques existentes puede resultar más atractiva que la búsqueda de nuevas localizaciones". Según el informe encargado por la patronal del sector, esta actuación puede mejorar el aprovechamiento de las zonas que presentan mejores condiciones de viento, representa un coste más bajo que construir un parque nuevo y rebaja el impacto paisajístico al reducir el número de aerogeneradores instalados.

Si el promotor se inclina por la repotenciación, esta puede ser parcial -reemplazando los elementos principales de la turbina, como las palas- o total -sustituyéndola completa, torre y cimentación incluidas-. También puede optarse por la extensión de la vida útil, a través del cambio de los equipos más importantes de la instalación, una operación que conlleva un coste económico más reducido. Canarias cuenta en la actualidad con aproximadamente 470 aerogeneradores que suman una potencia total ligeramente superior a los 418.000 kW (o 418 megavatios), menos del 2% de la que suman todas las instalaciones eólicas de España, que es el quinto país del mundo en potencia eólica instalada.