El caos y la desinformación reinaron ayer, día en que, como estaba anunciado, la aerolínea irlandesa de bajo coste Ryanair concretó el cierre de las tres bases que mantenía en Canarias. Los empleados afectados por el expediente de regulación de empleo (ERE) se encontraron con la exigencia de entregar los uniformes y la sorpresa de que sus finiquitos se abonarán "en diferido", es decir, a final de mes con la última nómina que cobrarán, según relataron los representantes de los trabajadores. No fue sino hasta las cinco de la tarde cuando comenzaron a llegar las cartas de despido.

Los sindicatos no daban abasto para atender todas las dudas que se les planteaban. Jairo Gonzalo, secretario de Organización del sindicato USO (Unión Sindical Obrera) en la low cost, señaló que a última hora del lunes recibieron desde la empresa un comunicado en el que se les daba hasta las cinco de la tarde de ayer como plazo máximo para devolver la ropa, credenciales y el resto de elementos necesarios para desempeñar su labor.

"Nos preguntan qué hacer. No tenemos las cartas de despido, nadie nos ha hecho llegar un finiquito, ¿cómo vamos a entregar los uniformes si no estamos despedidos?", lamentó Gonzalo por la mañana. Además, con la amenaza de que se les descontaría de la liquidación el coste del material si no lo devolvían. A esa misma hora de las cinco de la tarde que tenían como límite, empezaron a recibir las cartas de despido. La empresa dio entonces un nuevo plazo para la entrega del material -hasta las 15.00 horas de hoy- y habilitó para ello las oficinas de handling de que dispone en los aeródromos de los que se marcha.

Esta nueva irregularidad pasará a engrosar la demanda que USO, junto al sindicato de pilotos (Sepla) y el de tripulantes de cabina (Sitcpla), interpuso el mes pasado en la Audiencia Nacional contra el despido colectivo. En Canarias hay 325 afectados repartidos entre Tenerife Sur, Gran Canaria y Lanzarote.

La influencia del Boeing Max

Por su parte, la empresa emitió un escueto comunicado en el que volvió a responsabilizar a la tardanza en la llegada de los aviones Boeing Max de su marcha de las Islas. "Debido al continuo retraso en la entrega del avión Boeing Max, varias bases de Ryanair, incluidas algunas en España, se reducirán o cerrarán en 2020. Hemos estado trabajando duro para minimizar el impacto en el personal en toda Europa".

Desde el Sepla señalaron que esta es "la excusa más repetida por Ryanair". Sin embargo, el sindicato de pilotos incidió en que esta cuestión, que en principio podría entenderse como "una causa organizativa" en la que basar el despido colectivo, no lo es "a ojos del inspector. De hecho, la escasez e imprecisión de la documentación de Ryanair no permitía determinar de forma alguna que las aeronaves cuya entrega está paralizada por Boeing fuesen a operar en las bases de Canarias o Gerona".

Aclaración de Ryanair

De ese modo, el sindicato hace referencia al "informe preceptivo de la Inspección de Trabajo" que acompaña a cualquier despido colectivo. Dicho documento "concluye que la aerolínea no ha acreditado las causas que esgrimió para dar inicio" al ERE. "El documento deja patente que, a juicio de la Inspección de Trabajo, Ryanair aportó un informe técnico y una memoria explicativa sesgados y con información vaga en lo referido a las causas productivas", con datos que solo se remontan a los últimos cinco meses.

En medio del desbarajuste, durante la mañana aparecieron en las cuentas de varios de los despedidos ingresos, "sin ninguna explicación", afirmó Gonzalo, de 3.000 y 5.000 euros. "Son cifras redondas que no se corresponden con las cantidades que deben percibirse por el despido", explicó el sindicalista.

En 2016, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) puso a disposición del público una herramienta que calcula la suma que corresponde a cada trabajador "y es esa la que todos los implicados tienen que utilizar. La empresa no puede errar, eso es motivo de despido improcedente", aseguró el representante de los trabajadores.

Cuando, por la tarde, comenzaron a recibirse las comunicaciones de despido, siguió sin haber noticias de los finiquitos. "En la carta nos dicen que nos lo pagarán el día 28, como si fuese una nómina, pero no lo es, el despido y el finiquito deben producirse de manera simultánea", señaló el secretario de Organización de USO en la compañía de bajo coste.

De este modo, la propia compañía habría reconocido por escrito que está cometiendo una irregularidad, otra que engrosará la demanda presentada en la Audiencia Nacional. "Están aplicando la legislación española y la desconocen por completo. Yo mismo tuve que decir al personal que han desplazado a Tenerife Sur que tenían que entregarnos una carta de despido, ni eso sabían", expuso Gonzalo.

Admite un incumplimiento

Eso sí, la aerolínea reconoce que ha incumplido los 15 días de plazo con los que debe avisar de estas situaciones, con lo que abonará también ese periodo a los trabajadores. "Pero cuidado, porque nuestros contratos señalan que ese periodo se extiende hasta un mes, con lo que estarían dejando fuera otros 15 días que también nos corresponden", advirtió el representante de la plantilla.

Además del propio despido, los afectados tienen que lidiar con una serie de obstáculos que no terminan aquí. Tampoco cuentan con el certificado de empresa, uno de los documentos necesarios para inscribirse en el paro y acceder a la correspondiente prestación. "Yo tengo 15 días para inscribirme y no puedo hacerlo sin ese documento", explica Jairo Gonzalo.

La respuesta obtenida por parte de la empresa externa que se encarga de los recursos humanos es que no pueden emitirlo porque les faltan los datos de estos últimos días. Desde la compañía aérea, siempre según el integrante de USO, señalaron que los harán llegar a la mitad o el final de este mes; tarde por tanto.

"Nos ofrecen emitirlos con la base mínima de cotización, pero eso afecta a la cuantía [de prestación por desempleo] que luego percibiremos", lamentó Jairo Gonzalo. "No es de recibo en una empresa con 1.024 millones de euros de beneficio", concluyó.