La deuda externa bruta de los distintos agentes que operan en la economía española volvió a aumentar en el tercer trimestre del año, renovando así su máximo histórico con una cifra de 2,125 billones de euros, equivalentes al 172,1% del PIB. Estos datos supone un ligero aumento respecto al segundo trimestre (2,105 billones de euros, equivalentes al 172% del PIB).

Los datos sobre posición de inversión internacional y balanza de pagos publicados este jueves por el Banco de España vienen a confirmar la vulnerabilidad que sufre la economía española por su dependencia de la financiación exterior. Por sectores, excluyendo Banco de España, se observa un aumento en la deuda exterior de las administraciones públicas que alcanzó en el tercer trimestre los 696.000 millones frente a los 672.000 del trimestre anterior. La deuda de las instituciones financieras monetarias y la de los otros sectores residentes (empresas y familias) también aumentó en el mismo periodo.

De los 2,125 billones de deuda exterior bruta, el 32% corresponde a las administraciones públicas. El 20% se debe a las entidades financieras y el 22% al propio Banco de España, en su relación con el Banco Central Europeo (BCE). También, existe un saldo de 293.766 millones de deuda con el exterior (el 13,8% del total) que corresponde a empresas españolas y familias. Además computan como deuda externa bruta los 228.514 millones (10,7% del total) de inversión directa de extranjeros en empresas españolas.

Saldo deudor

Si se ponen en relación los activos en el extranjero en manos de residentes españoles (inversiones directas y en cartera, sobre todo), en comparación con los pasivos españoles en manos de inversores extranjeros, la llamada 'posición de inversión financiera neta' de España da como resultado un saldo deudor (negativo) de 982.000 millones de euros equivalentes al 79,5% del PIB que, aunque es algo inferior a la del mismo periodo del año anterior, denota, de nuevo, la fuerte dependencia del exterior de la economia española.

"Nuestro país ha mantenido una posición neta deudora desde 1992, aunque ha venido reduciéndose desde el 98% del PIB alcanzado en 2014 hasta el 77% de 2018. Esta mejora se debe a la generación de capacidad de financiación de la economía en estos años. No obstante, la dependencia financiera frente al exterior continúa siendo muy elevada si la comparamos con los de otras grandes economías europeas", subraya el Banco de España en su nota explicativa sobre esta estadística.