De las decisiones a tomar a lo largo de la vida, la de cobrar el máximo posible de pensión de jubilación se cuenta entre las fundamentales. La multinacional irlandesa Willis Towers Watson, tercera aseguradora del mundo además de gestora de riesgos, ha elaborado un trabajo que determina que en la actualidad es necesario pasar de los 66 años en España para llegar al techo de ingresos. Además, el estudio concluye con que el actual sistema de pensiones penaliza a las mujeres.

En concreto, a un hombre o una mujer de 63 años, con 33 cotizados al inicio de este año, pasar a la situación de retiro a los 66 años y dos meses le supondrá el cobro de 23.968 euros anuales y un total (riqueza bruta por pensiones) de 393.941 euros hasta la edad del fallecimiento. Esa es la mayor cantidad a la que pueden aspirar. Colgar las botas más tarde les garantiza unos ingresos más elevados cada año -24.364 euros-, pero menores en su conjunto -376.415 euros- porque restará menos tiempo hasta el momento de su deceso.

Las simulaciones elaboradas por los autores del documento toman la edad de los sujetos y los años que estos habían cotizado hasta enero de 2019 como variables principales. A ellas les añaden dos hijos y la esperanza de vida estimada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) con el fin de aplicar, a partir de 2023, el factor de sostenibilidad de la pensiones; ese que debe garantizar la pervivencia del sistema con ajustes continuos de, precisamente, la edad máxima que alcanzará la población.

"Los resultados muestran el aumento de la pensión inicial a medida que se incrementa la edad de jubilación", explica el trabajo. Una situación que se puede tener por previsible incluso antes de sentarse a calcular, pero que tiene su análisis de detalle y, sobre todo, su cuantificación.

Retrasar el retiro

En buena lógica, retrasar el momento de dejar de trabajar conlleva "la aplicación de menores penalizaciones", a lo que se suman "mayores bonificaciones por edad". Sin embargo, la riqueza bruta de pensiones sigue el mismo camino, pero solo en los primeros años, luego comienza a decrecer a medida que la edad de retiro se acerca a la de esperanza de vida.

"En este caso, tanto el hombre como la mujer representativos alcanzan la máxima riqueza bruta a los 66 años y dos meses, que es la edad óptima de jubilación y que coincide con la edad legal en ese momento (marzo de 2022)", señala el estudio, para una vida laboral de 36 años y dos meses.

Lo que el estudio presentado por Willis Towers Watson no duda en afirmar es el carácter absolutamente individual de la decisión sobre la edad de jubilación, "teniendo en cuenta el criterio de la riqueza bruta por pensiones, pero también todas aquellas circunstancias personales que sean valoradas por el individuo".

Una cosa es el dinero y otra diferente la circunstancia de cada individuo. El deseo de dar por terminada de forma temprana o prolongar la carrera laboral puede topar en ocasiones con coyunturas que lo impidan: estado de salud, situación familiar... Del trabajo se desprende que, en general, anticipar la edad de jubilación no resulta nunca "óptimo debido a los excesivos coeficientes reductores". En cambio, sí lo es demorarla, "especialmente en mujeres y en carreras laborales cortas". Es decir, las mujeres han de trabajar durante más años para acceder a un cantidad con la que vivir dignamente.

El debate sobre las pensiones está continuamente en la calle, sobre todo ante la duda de que el sistema cuente con los ingresos suficientes para sostenerlo. Precisamente ayer, y al margen del estudio de Willis Towers Watson, UGT dio a conocer un informe en el que detalla que las cotizaciones sociales a la Seguridad Social serían un 10% menores sin la población inmigrante. De ese modo, el sindicato quiere eliminar el "rechazo" que sufre dicho colectivo.