Ryanair sigue dispuesta a cerrar sus bases en Canarias pese a que ha salvado otras que inicialmente también pensaba clausurar. Primero fue la de Faro, en Portugal, la que evitó el cierre, aunque no una disminución de su actividad. Ahora ha sido la base de Girona la que ha conseguido una amnistía casi in extremis, y lo ha hecho en virtud de un acuerdo entre la empresa y los trabajadores mediante el que estos últimos acceden a recortar sus condiciones laborales a cambio de mantener el empleo.

Sin embargo, las bases de las Islas -Tenerife Sur, Gran Canaria y Lanzarote- no se beneficiarán de estas medidas de gracia y serán desmanteladas el 8 de enero, tal y como estaba previsto desde un principio. "Canarias cierra", confirmaron ayer fuentes del sindicato USO, mayoritario entre los tripulantes de cabina de la aerolínea de bajo coste en España.

La plantilla de Ryanair en los tres aeródromos canarios está compuesta por 348 personas: 156 en Tenerife Sur, 110 en Gran Canaria y 82 en Lanzarote. En Girona trabajan 164, que ahora pasarán a tener la condición de fijos discontinuos en lugar de permanentes. "Hubo una reunión a finales de noviembre y se dijo a los trabajadores que si se quería mantener la base, la mayoría de empleados debía firmar esta modificación de sus contratos", explicó a Europa Press la portavoz de USOC Lidia Arasanz.

Los empleados que no hayan firmado esta modificación del contrato, cuyo límite finalizaba el 5 de diciembre, estarán despedidos en el marco del expediente de regulación de empleo (ERE) anunciado por la compañía aérea irlandesa.

Arasanz detalló que los nuevos contratos entrarán en vigor el 1 de enero y denunció que contienen "cláusulas superabusivas", ya que, dijo, no mantienen la antigüedad del trabajador y tampoco reconocen la categoría de tripulante de cabina, sino que se les define como agentes de servicio al cliente.

El proceso de despido colectivo anunciado por Ryanair afectaba a inicialmente a 512 tripulantes de cabina y pilotos, incluyendo el cierre de las bases canarias y también la gerundense. La situación de Girona siempre ha sido ligeramente diferente a la del Archipiélago, puesto que la empresa no precisó desde el primer momento su cierre -sí que habló de que se encontraba "en riesgo"-, algo que no ocurrió con las bases canarias, sobre cuyo desmantelamiento no ha dejado lugar a dudas.

La aerolínea justificó el cierre o reducción de varias de sus bases a causa de la incertidumbre provocada por el brexit, así como de la entrega tardía de hasta 30 aviones 737 MAX este invierno, si bien aseguró que ninguna ruta se vería afectada, ya que serían atendidas por vuelos desde otras bases. Sin embargo, estas buenas intenciones no se han mantenido, y ya se da por hecho la desaparición de varias conexiones con Canarias, alguna de las cuales han sido asumidas por otras compañías.

De hecho, la aerolínea británica Jet2 ha abierto una base en el aeropuerto de Tenerife Sur para atender el crecimiento de su oferta con las Islas. Coincidiendo con la quiebra de Thomas Cook, el turoperador y también compañía aérea ha incorporado más de 200.000 nuevas plazas para la temporada de invierno.