La brecha de género en las pensiones de jubilación sigue siendo enorme y así continuará al menos durante los próximos 15 años. También en Canarias. En las Islas, la diferencia entre lo que cobran las mujeres y los hombres tras abandonar la vida laboral se ha reducido en más de seis puntos a lo largo de la década, pero aún supera ampliamente el 20%. Las jubiladas canarias perciben menos de 317.000 euros durante su retiro, mientras que los hombres ingresan casi 347.000. Es decir, cobran unos 30.000 euros menos, y ello a pesar de que viven aproximadamente cuatro años más.

El análisis de los datos suministrados por el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social pone de manifiesto hasta qué punto es grande la diferencia entre lo que ganan los y las pensionistas. Los canarios cobran una media de 1.051 euros mensuales por prestaciones contributivas, incluidas las de jubilación, viudedad, incapacidad y orfandad. Las canarias, sin embargo, perciben 772 euros. Una diferencia de 279 euros al mes que se traduce en 3.906 euros menos al año (los pensionistas reciben 14 pagas anuales). Alrededor de nueve de cada diez prestaciones de viudedad tienen a mujeres como beneficiarias, y este tipo de pensión es considerablemente más baja que la de jubilación. Sin embargo, no es esta la razón, al menos no la única y tampoco la más importante, de la brecha de género. Es más, si se pone la lupa únicamente sobre los datos de la pensión de jubilación, la brecha es prácticamente la misma. Los jubilados canarios cobran mensualmente una media de 1.152 euros, 258 euros más que los 894 que ingresan las jubiladas isleñas. Así pues, el desfase anual es de 3.612 euros.

Pero los números son incluso más reveladores si se tiene en cuenta toda la vida de los jubilados. La brecha en detrimento de las mujeres canarias es extraordinaria aun cuando reciben su pensión de jubilación durante tres años y diez meses más que los hombres por su mayor esperanza de vida. Las féminas cobran la jubilación durante 25 años y cuatro meses, por los 21 años y seis meses que viven los varones jubilados, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). En consecuencia, ellos ganan exactamente 346.752 euros de media durante 21,5 años, a razón de 16.128 euros anuales, mientras que ellas perciben 316.655 euros a lo largo de 25,3 años, esto es, 12.516 euros anuales. Justamente 30.097 euros menos a lo largo de una carrera de jubilación considerablemente mayor, una brecha demasiado profunda como para poder cicatrizar a corto plazo. Ellas son quienes cargan a sus espaldas el mayor peso de la conciliación laboral y familiar, en casos incluso sacrificando años de carrera, lo que en definitiva se traduce en menos años cotizados. Y ello sin mencionar que la otra gran brecha, la salarial, sigue persistiendo en determinados sectores y que hay puestos que parecen continuar siendo exclusivos para mujeres, en el caso de Canarias con el ejemplo claro de las camareras de piso, las kellys. En última instancia, las jubiladas isleñas ingresan mensualmente un 22,4% menos que los jubilados hombres. Pero ¿se ha reducido la distancia?

Lo cierto es que las medidas de conciliación que se han puesto en práctica en las últimas décadas y la casi total integración de las mujeres en todos los sectores han dado sus frutos, pero el ritmo al que se reduce esa brecha es lento. Es previsible que la progresiva jubilación de mujeres que han disfrutado en mayor medida de esos avances socioeconómicos tienda a aminorar esa gran diferencia, aunque no antes de 2035. En el Gobierno central confían en que para entonces, dentro de 15 años, la brecha se haya cerrado por sí sola. De momento, la diferencia de un 22,4% que separa las ganancias de las jubiladas de las de los jubilados era a inicios de la actual década de un 29%, con lo que al menos en el Archipiélago se ha reducido en 6,6 puntos, dos puntos y medio más de lo que lo ha hecho a nivel nacional. No obstante, esta lectura positiva encierra también un hecho no tan positivo, y es que la brecha se acorta más en las Islas porque la pensión media de jubilación es de las más bajas del país. Ellas tienen pagas más altas por la evolución misma de la sociedad; pero ellos, que en general nunca sufrieron esos problemas de conciliación y de integración laboral, ganan algo más por el incremento de los sueldos y las cotizaciones, pero no mucho más en comparación con otras regiones del país, por lo general con salarios más altos y más oportunidades laborales. Al final, la tendencia a largo plazo en la Comunidad Autónoma es a un mayor equilibrio pero con sueldos bajos.