El elevado precio del suelo agrario en Canarias -debido a su escasez y a la competencia con los usos residencial y turístico- constituye la principal dificultad con la que se encuentran los jóvenes para convertirse en profesionales del sector primario. Aunque esos costes son "difícilmente solucionables", advirtió ayer la consejera de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno regional, Alicia Vanoostende, la Comunidad Autónoma tiene en su mano herramientas que pueden favorecer el acceso de este colectivo a las tierras y propiciar así el tan ansiado relevo generacional. El Plan de Soberanía Alimentaria, que el Ejecutivo comenzará a ejecutar el próximo año, contempla poner a disposición de los jóvenes terrenos que han quedado en desuso, "eriales" que pertenecían a personas que han abandonado la actividad sin transmitirlos a sus descendientes o a otros agricultores.

"Son medidas que no suponen inversiones fuertes, sino solo coordinar y poner a los agentes en la misma mesa", señaló Vanoostende durante su intervención en la comisión de Agricultura del Parlamento canario. En respuesta a una pregunta planteada por la diputada de Nueva Canarias Sandra Domínguez, la consejera destacó que algunos cabildos ya tienen "pequeños planes" para crear bancos de tierras que puedan ser ofrecidos a los jóvenes para facilitar su incorporación a las actividades del sector primario.

El Plan de Soberanía Alimentaria cuenta con una dotación de 250.000 euros en los presupuestos generales de la Comunidad Autónoma para 2020. Entre los objetivos de esta iniciativa figura -además de promover un modelo agrario de proximidad, la competitividad de las explotaciones y la lucha contra el cambio climático- la renovación generacional del campo isleño.

Al margen de las medidas que pueden arbitrarse en el ámbito autonómico, Alicia Vanoostende recordó que los altos precios del suelo agrario en el Archipiélago son objeto de compensaciones a través de los instrumentos de la Unión Europea, que en el Programa de Desarrollo Rural (PDR) y en la Política Agrícola Común (PAC) concede a Canarias -como región ultraperiférica y fragmentada- un tratamiento diferenciado en relación a territorios donde las tierras destinadas a la agricultura y la ganadería abundan y además son de grandes dimensiones. No obstante, la Consejería reclama al Ministerio de Agricultura que en los planes estratégicos nacionales también tenga en cuenta que las condiciones de las Islas son "completamente diferentes" a las de otras comunidades autónomas. También forma parte de esa diferencia la "mezcla entre zonas rurales y urbanas" que se aprecia en Canarias y que, a juicio de Vanoostende, "debe reflejarse en los programas de subvenciones".

La autora de la pregunta incidió en que el precio del suelo agrario en el Archipiélago multiplica por más de ocho la media nacional y explica, junto a otros factores, los cuantiosos costes de producción que deben afrontar los agricultores canarios. "Es uno de los principales obstáculos para que se produzca la renovación generacional en el sector", advirtió.

Minutos antes, la consejera de Agricultura había contestado una pregunta -en este caso formulada por Jana María González, de CC-PNC- sobre el apoyo a los sectores del tomate de exportación y el aloe vera. "La deriva que sufren exige medidas inmediatas si no queremos que sean historia", aseguró la diputada nacionalista.

Vanoostende informó de que el nuevo plan estratégico del tomate, en fase de diseño, se propone buscar mercados alternativos para este producto. Este trabajo se suma a la negociación con la Unión Europea para mantener las ayudas. En cuanto al aloe, abogó por unificar la labor inspectora junto a la Consejería de Industria.