Más que un viernes negro, es un fin de semana negro que, a poco que nos descuidemos, se convertirá en todo un mes. El comercio canario confía en que el Black Friday reactive las ventas en un año marcado por la tibieza. El contexto económico -de franca desaceleración e incertidumbre- ha mantenido al sector en una situación de estancamiento de la que espera salir a partir de hoy, cuando la jornada de descuentos importada de Estados Unidos dé el pistoletazo de salida extraoficial a la campaña navideña. Tal es la importancia del este largo fin de semana -que se prolonga hasta el lunes con el Cyber Monday- que en él se concentra el 20% de las compras de Navidad, una proporción que algunas estimaciones elevan al 25%, es decir, a la cuarta parte de las compras para estas fechas.

Abbas Moujir, secretario general de la Federación de Áreas Urbanas de Canarias (Fauca), prevé que las ventas se mantengan en registros similares a los del año pasado. Su homólogo en la Asociación Canaria de Medianas y Grandes Empresas de Distribución (Asodiscan), Alfredo Medina, contempla incluso que puedan incrementarse en un 3%, un resultado más que satisfactorio, ya que el Black Friday de 2018 "fue extraordinario".

La tradición llegada de Norteamérica en 2012 "tuvo un auge muy importante en los primeros años, y luego se ha ido estabilizando en cuanto a ventas", explica Moujir. A esta moderación han contribuido varios factores, entre ellos que "el consumidor analiza un poco más las ofertas antes de la compra" y también que la situación económica ha ido empeorando tras alcanzarse el pico de la recuperación. La ralentización de la economía es la causa de la moderación que ha sufrido el sector comercial en lo que va de año -pese al repunte de los meses de verano- y que ayer mismo confirmaba el índice de ventas elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que se ha mantenido invariable, en contraposición al avance que había experimentado hasta este ejercicio.

Con el Black Friday arrancan algo más de dos semanas de intensas compras. Según el representante de Fauca, hasta un 60% de las ventas se llevan a cabo entre la jornada de hoy y mediados del próximo mes, y de ellas alrededor de un 20% -y hasta un 25%- en el fin de semana del viernes negro.

"Esperamos que sea un buen arranque de la campaña de Navidad. Hay indicadores que invitan a pensar que así será, como la contratación de empleo eventual, que ha subido", señala Alfredo Medina, que coincide en que "el año ha sido difícil, con altos y bajos". A juicio del secretario general de Asodiscan, las convulsiones económicas -guerra comercial entre China y EEUU, brexit, ralentización europea-, la inestabilidad política en España y un clima que "ya no responde a las pautas de las estaciones" -con veranos frescos e inviernos cálidos que no se corresponden con los productos de cada momento- han propiciado esta marcha irregular del comercio.

Que las ventas se disparen estos días no implica que exista unanimidad sobre la conveniencia del Black Friday, puesto que las rebajas obligan a reducir márgenes. Sin embargo, Medina tiene claro que esta jornada "ha venido para quedarse". "Es un nuevo escenario al que no te puedes sustraer. Resulta imposible no participar en una promoción que el consumidor requiere", apunta. Abbas Moujir, por su parte, reconoce que en el seno de la Confederación Española de Comercio hay distintas posturas sobre los descuentos continuos, pero tiene claro que "lo que un comercio deja de vender lo vende otro". Eso sí, alerta sobre las rebajas "desproporcionadas": por encima del 50%, asegura, el descuento no repercute en un aumento de la clientela. Aun así, algunas tiendas han llegado al 70%.