La brecha entre islas centrales y periféricas en el coste que supone llenar el carro de la compra no se cierra. El Instituto Canario de Estadística (Istac) ha publicado recientemente los datos sobre paridades del poder adquisitivo en el Archipiélago, que constatan que son los territorios insulares situados más al oeste y al este de la región los que presentan los precios más elevados de los productos básicos.

La estadística, correspondiente al pasado octubre, revela que El Hierro, La Gomera y Lanzarote registran un coste superior a la media de la comunidad autónoma a la hora de hacer la compra, mientras que Fuerteventura se sitúa ligeramente por debajo de este promedio. La situación es análoga a la que experimenta Canarias en relación al resto del país. Pese a los diferentes instrumentos que buscan equiparar las condiciones de vida de los isleños con las de los residentes en la Península -empezando por el propio Régimen Económico y Fiscal (REF)-, la cesta de la compra continúa siendo más cara en el Archipiélago.

El Hierro es la isla que encabeza los índices de carestía, con unos productos básicos un 6,15% más caros que la media regional. La sigue La Gomera, que registra un sobrecoste del 5,23%, en tanto que en Lanzarote la diferencia roza el 1,5%. En el extremo contrario figuran Gran Canaria, la isla con los precios más bajos -un 4,7% inferiores al promedio autonómico-, y Tenerife -donde son un 4,2% más baratos-. La Palma, por su parte, mantiene la tendencia que sigue desde inicios de este siglo, con una cesta de la compra más asequible que la del conjunto de la Comunidad Autónoma; en este caso, se sitúa un 3,7% por debajo. A Fuerteventura, finalmente, solo la separan tres décimas de la media.

La doble insularidad y la fragmentación y escasa entidad de los mercados son los factores que explican el sobrecoste que deben soportar los habitantes de las islas periféricas para adquirir los productos que forman parte de su día a día (alimentación, bebidas, artículos de higiene y para el cuidado personal y productos del hogar no duraderos). El secretario técnico del Colegio de Economistas de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, Juan José Hernández Castro, destaca que es el transporte el que "marca muchos de esos costes". "Transportar un contáiner de Alemania a Tenerife cuesta equis, pero luego llevarlo a La Gomera cuesta equis multiplicado por dos". A eso hay que añadir que, una vez en la Isla, hay que moverlo hacia núcleos que no siempre resultan de fácil acceso. "El rendimiento de poner en marcha un negocio en una zona más fragmentada implica hacer frente a unos costes que no tienes en las más habitadas. En los lugares con más población el entramado logístico está más engrasado y te hace ganar dinero", expone el economista.

Los mayores precios, en ocasiones, son casi una necesidad para la supervivencia de la empresa. El menor tamaño de los mercados da lugar a una menor rentabilidad de los negocios, de manera que sus responsables "se ven en el callejón sin salida de tirar de lo último de lo que deberían tirar: los precios", argumenta Hernández Castro. Pero si no lo hicieran, añade, "probablemente no podrían ejercer esa actividad" y se verían obligados al cierre.

La persistencia de esta situación, tanto entre islas como entre Canarias y el territorio peninsular, demuestra, a juicio del secretario técnico del Colegio de Economistas, que "las herramientas no funcionan". Hernández Castro hace referencia a instrumentos como el REF o el Régimen Específico de Abastecimiento (REA), orientados a compensar los sobrecostes de la insularidad y la ultraperiferia y a garantizar el suministro a precios adecuados. Una de las últimas medidas al amparo del fuero canario es, precisamente, la ayuda al 100% del transporte de mercancías entre islas, que no se ha correspondido con una mitigación generalizada de la brecha en los precios de los productos. En relación al anterior estudio del Istac -fechado en junio de 2018, antes de la aprobación del nuevo REF-, El Hierro y La Gomera han mejorado sus registros de forma muy ligera, en tanto que Lanzarote, Fuerteventura y La Palma han experimentado subidas, asimismo leves, de los costes. La diferencia entre la isla más cara -El Hierro- y la más barata -Gran Canaria- se ha recortado en apenas cuatro décimas desde mediados de 2018, al pasar de 11,8 a 11,4 puntos.

"Se subvenciona hasta las trancas hasta a las empresas ineficientes", lamenta el representante del Colegio, que propone que la eficiencia se convierta en el "criterio básico" a la hora de aplicar las ayudas, sea la de los operadores del REA o la de los transportistas. Si no es así, advierte, esa ineficiencia se seguirá "trasladando al precio" final que paga el consumidor.