Canarias no ha sido capaz de sacar provecho de la expansión que ha experimentado la economía china desde la llegada al poder de Xi Jinping. Las inversiones del gigante asiático en países extranjeros se han disparado desde que Jinping se hizo con el control del Partido Comunista Chino en noviembre de 2012, el paso anterior e indispensable para ejercer la presidencia de la República Popular, a la que llegó cuatro meses después. Los pasos que se han dado hacia la integración de China en la economía de mercado han supuesto un flujo de capitales con origen en Pekín y destino en España de miles de millones de euros. Sin embargo, el Archipiélago ha permanecido totalmente al margen, hasta el punto de que no ha captado ni un solo euro, o más bien ni un solo yuan (la moneda china), en los últimos cinco años.

Xi Jinping ya ha visitado dos veces la Comunidad Autónoma. La primera vez fue en 2016, cuando la entonces vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, lo recibió en el aeropuerto de Gran Canaria, isla en la que permaneció dos días. La segunda fue el viernes de la semana pasada, en Tenerife, donde estuvo menos de 24 horas pero le dio tiempo para conocer el Parque Nacional del Teide. Una excursión que el presidente del Ejecutivo regional, Ángel Víctor Torres, valoró como una oportunidad histórica para que el enorme mercado chino (son 1.386 millones de habitantes) tenga conocimiento de Canarias. El conocimiento que al menos hasta el momento no tiene el empresariado de la República Popular. Los inversores chinos han desdeñado las posibilidades de las Islas como destino de su dinero a pesar de la cercanía del continente africano, en el que el gigante centroasiático ha planeado una suerte de Plan Marshall que supondrá un desembolso de 52.000 millones de euros en los próximos tres años en forma de préstamos blandos, fondos al desarrollo, apoyo a las exportaciones y fomento de la inversión de sus empresas en África. En Marruecos y Mauritania, justo enfrente de Canarias, los préstamos chinos se han orientado hacia los sectores del transporte y la energía, una oportunidad que está por ver si las Islas son capaces de aprovechar. El Plan Marshall de Pekín para África, o Plan Jinping, se anunció en septiembre del año pasado, y aún no ha ayudado al Archipiélago a captar capital chino y mejorar unas cifras irrisorias si se tiene en cuenta la dimensión de la economía del dragón.

En 2012, el año en que Jinping llegó al poder, la superpotencia invirtió en España 141,7 millones de euros. Una pequeña suma (representaba el 0,98% del total de la inversión extranjera) que, no obstante, ya mostraba el interés creciente de Pekín por España. Fue la primera vez que los inversores chinos colocaron más de cien millones en proyectos en nuestro país. La cuantía duplicó la de 2011 y quintuplicó la de 2010 y supuso el despegue definitivo del flujo de capitales de Beijing a Madrid. Antes de 2010, las inversiones de la planificada economía china en España sencillamente no existían. Entre 1993, desde donde abarcan las estadísticas oficiales del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, y 2009, la inversión china solamente superó los dos millones de euros (una cuantía insignificante) en tres años (1993, 2007 y 2009). Pero la situación dio un vuelco a partir de 2012. Un vuelco del que, eso sí, Canarias no ha sacado tajada.

El primer año de Xi Jinping en la presidencia de la República Popular, la inversión del país asiático en España se cuadruplicó, pero a Canarias apenas llegaron unos exiguos 300.000 euros. En 2014 continuó incrementándose el flujo de capital chino hacia España, hasta más de 600 millones, de los que la Comunidad Autónoma tuvo que conformarse con 1,8 millones de euros. Desde ese momento, es decir, entre 2015 y el pasado 31 de diciembre, la inversión del país del dragón en España superó los 4.000 millones, una media anual de más de mil millones de euros. ¿Cuánto de ese montante vino a parar al Archipiélago? Cero euros. O más exactamente 3.000 euros, la anecdótica suma que la Hacienda estatal registró el año pasado y que corresponde al capital que se desembolsó para constituir una sociedad limitada que no ha tenido efecto alguno en términos de riqueza y empleo en la economía regional. 3.000 euros de un total exacto de 4.053 millones.

En total, durante la presidencia del secretario general del Partido Comunista ha llegado capital chino a España por un montante de 5.331,2 millones de euros. La Comunidad Autónoma ha arañado poco más de 2,1 millones, un 0,04%, lo que es tanto como quedarse con una miga de pan en el reparto de una tarta de tres pisos.