¿Qué lleva a Just Eat a adquirir Canary Flash?

Teníamos presencia en Canarias, pero había ganas por hacer una apuesta más firme. Es un mercado con un potencial muy interesante tanto por el número de residentes como por el turismo. La duda era si nos decantábamos por crecer por nuestros propios medios o lo hacíamos junto a otra empresa con presencia en este mercado.

¿Porqué se decantaron por la segunda de las opciones?

Conocimos a Canary Flash y nos encantó el proyecto. Vimos que era una excelente oportunidad de ir de la mano de un conocedor de la idiosincrasia isleña.

¿La idiosincrasia es un factor importante para una multinacional como Just Eat?

Siempre digo que no es que estemos en España, sino en 1.000 municipios. Las diferencias existen entre un vasco y un canario, entre este y un catalán... De ahí la importancia de ir junto a un jugador que conoce los códigos de las Islas. Luis Hernáiz, fundador de Canary Flash, es una persona con la que compartimos valores, compromisos y visión de negocio.

¿Por qué mantienen la marca de Canary Flash?

Solo hasta el final de este año. De momento coexisten las dos opciones, pero caminamos hacia una integración total.

¿Qué explicación tiene decantarse por esta fórmula?

Principalmente porque tenemos una experiencia de usuario en app y web más potente. Entiéndame, Luis ha hecho un trabajo excelente, pero nosotros contamos con un equipo de más de 300 ingenieros repartidos por todo el mundo.

¿Llegará un nuevo equipo o se aprovechará el conocimiento del que había en Canary Flash?

Sin duda se va a utilizar el equipo que venía funcionando. Luis Hernáiz ya se ha incorporado al equipo y queremos aprovechar todo el conocimiento que tiene y potenciarlo para lo que le brindaremos todo el apoyo posible.

¿Crea empleo esta operación?

Nuestro objetivo es hacer crecer este negocio y valoraremos los incrementos de plantilla que sean necesarios para llevar a buen puerto el proyecto.

Hablando de trabajadores, ¿dónde se sitúan en la polémica por las sentencias que están obligando a las empresas a contratar a los repartidores?

Una de las claves para esta adquisición es que la empresa que hacía el reparto para Canary Flash, que pertenece a la misma matriz, tiene a todos los repartidores en plantilla. Todos cotizan a la Seguridad Social y nuestro crecimiento aquí va por ese mismo camino. Ya hemos adoptado en la Península este modelo y así se lo exigimos a las empresas logísticas con las que colaboramos. No hacemos concesiones, el marco regulatorio es claro y el riesgo reputacional en este caso es enorme. No queremos poner en riesgo la construcción de esta marca. Lo que menos deseamos es que alguien pueda venir a decirnos que lo que estamos haciendo es ilegal.

¿Cuánto han invertido?

Es confidencial.

¿Qué cuota de mercado alcanzan en el Archipiélago?

Somos líderes, pero la entrada de la competencia, sobre todo en los últimos dos años, es exponencial y muy agresiva. Se trata de jugadores muy bien financiados que no tienen el compromiso de rentabilidad que podemos tener nosotros. Tienen un acceso a capital sin antecedentes en el entorno de la tecnología, por lo que no podemos quedarnos sentados y esperar que sigamos siendo líderes. Es un sector al alza, no hace falta ser un genio para darse cuenta, tanto clientes como restaurantes se benefician del servicio.

¿Por qué, sin embargo, en el primer semestre y a pesar de que aumentaron los ingresos, tanto Just Eat como su gran competidor, Takeaway, generaron pérdidas?

Just Eat es una empresa muy rentable. En la guía que estamos entregando a los inversores, se detalla que el grupo va a generar unos beneficios brutos de explotación (ebitdas) de entre 185 y 205 millones de libras (216-239 millones de euros). Que en un semestre haya pérdidas puede explicarse por la existencia de extraordinarios, adquisiciones que hemos hecho este año. Apartadas estas, la rentabilidad no está en discusión.

La pregunta más que por Just Eat es global para todo el sector.

Estamos pasando por la inversión de grandes sumas en una parte del negocio, que es el delivery, la puesta a disposición de los restaurante de nuestros repartidores. Hasta 2016, Just Eat no se encargaba de este aspecto, corría por cuenta de ellos. Eso permitía que el crecimiento de ingresos estuviera totalmente relacionado con los beneficios. Sin embargo, llegaron otros jugadores como Uber Eats, Deliveroo y Glovo, en el caso de España, que se encargan del reparto. Eso tan atractivo para el restaurante significa que te estás metiendo en el ámbito logístico y tiene una repercusión muy grande en el capítulo de costes. El mercado crece y también nuestras cuentas de explotación, pero provoca que, por ejemplo, Uber haya perdido 1.000 millones de dólares en el tercer trimestre a pesar de que sus ingresos se incrementan a un ritmo del 20% anual. Las inversiones son muy fuertes en la parte operativa y la de marketing. El esquema se repite en España y las empresas lo hacen porque creen que a una cierta escala los ingresos van a ser tan grandes que les va a permitir amortizar las inversiones.

¿Llegará ese momento?

Esa es la duda. Los mercados financieros se lo preguntan y también si va a haber inversores pacientes dispuestos a aguantar las pérdidas. Ahí marcamos la diferencia, porque somos rentables y hemos podido garantizar crecimientos y tasas de retorno muy saludables.

Takeaway y Prosus quieren comprar Just Eat. ¿Sucederá?

Caben todos los matices, pero a priori hay consenso en la industria sobre que se van a unir empresas. Las conversaciones existen. Con Takeaway sería un fusión y es el acuerdo que nuestros consejo de administración ha recomendado a los accionistas. Lo de Prosus es una OPA. Está en manos de los accionistas.