La entrada en el mercado de nuevos dispositivos para el consumo de tabaco supone un reto a la hora de que el consumidor pueda entender las diferencias entre ellos. A pesar de que entre los expertos en salud pública crece el consenso acerca de que son una mejor alternativa al cigarrillo tradicional, en muchos casos se está generando cierta confusión que afecta en último término al propio consumidor.

En lugar de alejarse de la idea del cigarrillo convencional, las campañas gubernamentales antitabaco no hacen diferencia entre las opciones que existen actualmente y que conviven con el cigarro. Tal y como afirma el vicepresidente internacional de Comunicaciones de Philip Morris, Tommaso Di Giovanni, desde la sede de i+D+I de esta organización en Suiza, "sabemos que lleva un tiempo comprenderlo y frente a ello". "Estamos haciendo enormes esfuerzos por compartir los resultados de miles de estudios, tanto propios como externos, que aportan datos que evidencian que el dispositivo de tabaco calentado que hemos desarrollado, bajo el nombre comercial de Iqos, es una mejor alternativa a otras formas de consumir tabaco", matizó.

En este sentido, Di Giovanni añade que "la estrategia que hemos tomado ante este escenario de confusión gira en torno a compartir información de forma transparente. Somos cada vez más activos en el debate público y también en nuestra interlocución con los gobiernos. Nuestros científicos viajan a lo largo del mundo para explicar a los reguladores las evidencias de los resultados de nuestras investigaciones. Creemos en la transparencia como la mejor respuesta para contrarrestar la información confusa". Así, añade el directivo, "ha llegado el momento de tener esta conversación, de aportar nuevos datos que nos hagan pensar en el cambio y en otros productos innovadores en torno al tabaco. De argumentar en la discusión lo que se puede aportar gracias a los avances de la ciencia y de la tecnología".

Philip Morris asegura que intensificará las labores de información para intentar aclarar la confusión actual y ofrecer estos datos en beneficio del consumidor adulto para que pueda valorar otras opciones y responder a sus preocupaciones. "Este contexto confuso propicia que se difundan hechos con información incorrecta, como lo ocurrido recientemente en Estados Unidos. Justamente un país donde nos guiamos por lo que dictamina la FDA, que ha revisado las evidencias de cientos de miles de páginas de investigaciones científicas y donde se ha dado el visto bueno para comercializar el Iqos, considerándolo como un medio de protección de la salud pública", subraya.

En el caso del tabaco calentado, tras un escrutinio muy estricto y haberse sometido a evaluaciones de calidad muy exigentes, se ha comprobado que se reduce la presencia de compuestos tóxicos hasta en un 95%. Al eliminar la combustión desaparece el humo, la ceniza y el olor. "Nuestra intención es animar al fumador adulto a que cambie a un producto libre de humos. La tecnología nos ayuda a mejorar la salud pública, así que ¿por qué no aplicarla también al consumo de tabaco? La gente va a continuar fumando; entonces, debemos dar la alternativa a los fumadores adultos para que tengan más opciones. Por fin ha comenzado el debate y podemos ofrecer algo mejor". Tal y como afirmó el responsable de Philip Morris, "a lo largo del siglo XX existen numerosas evidencias de que enfermedades como la neumonía, tuberculosis, infecciones gastrointestinales, diabetes o accidentes cardiovasculares han desaparecido prácticamente o su incidencia es mucho menor", concluye Di Giovanni.