Un terremoto sacudió el 22 de septiembre los cimientos de la economía canaria. El epicentro estaba en Londres, a casi 3.700 kilómetros de distancia, pero la sacudida se sintió en las Islas con la misma fuerza que en la capital británica. Thomas Cook, el gigante de la turoperación, se iba a pique. El negocio familiar que llegó a convertirse en multinacional gracias a la venta de paquetes turísticos (ese producto que como mínimo incluye el vuelo, el transporte desde el aeropuerto y el hotel) no sobrevivía a la revolución digital. Internet hace posible que cualquiera pueda confeccionar su propio paquete turístico sin moverse del sofá. Thomas Cook dejó de ser imprescindible para ese ciudadano de Mánchester, Birmingham o Edimburgo ansioso por disfrutar del clima de Canarias. Tampoco estuvo afortunado el turoperador en sus incursiones en otros negocios, particularmente en el hotelero, que no le dio los resultados esperados. La situación de la empresa era tan mala que el Gobierno británico desoyó el SOS que Thomas Cook emitió cuando ya se oían sus últimos estertores. No hubo rescate y se ponía así punto final a 178 años de historia. En el Archipiélago se dispararon todas las alarmas. Estaba en riesgo nada menos que un 6% del Producto Interior Bruto (PIB). Pero cuarenta y nueve días después, las instituciones y el sector turístico respiran mucho más aliviados. Se han perdido 313.000 plazas aéreas que Thomas Cook tenía programadas para volar del Reino Unido a Canarias entre el pasado octubre y el próximo agosto, pero, a pesar de ello, las Islas no se resignan a perder turistas británicos. Aún hay tiempo para que otros turoperadores y aerolíneas ocupen ese hueco que queda por cubrir, pero con independencia de esto, Gobierno y empresarios coinciden en que los aviones "vienen más llenos".

Thomas Cook venía perdiendo cuota de mercado. En 2011 representaba un 15%, pero a comienzos de este año su peso en el turismo regional ya había caído por debajo del 12%. Con todo, seguía siendo un gigante. Un gigante con pies de barro (cuando se confirmó la bancarrota no contaba con liquidez ni para afrontar los pagos más inmediatos), pero gigante al fin y al cabo. Para hacerse una idea de su magnitud basta con recordar que el turoperador traía cada año a las Islas a más de dos millones de turistas. Exactamente a 2.133.411 a lo largo del año pasado. Durante 2018 pasaron sus vacaciones en Canarias un total de unos 13,5 millones de personas (excluidos los menores de 16 años), de los que casi 7,9 millones lo hicieron tras haber adquirido un paquete turístico en sus países de origen. Así pues, Thomas Cook trajo en sus aviones a un 27% de los visitantes que llegaron al Archipiélago gracias a los turoperadores, es decir, a prácticamente tres de cada diez. Los restantes aterrizaron en su gran mayoría en aeronaves de TUI y Jet2.com, los dos grandes competidores de la multinacional británica. En definitiva, los hoteles, apartamentos, restaurantes, cafeterías, tiendas de souvenirs, empresas de transporte y todos los demás negocios que viven directa o indirectamente del turismo perdían de golpe más de dos millones de potenciales clientes. Un mazazo que muestra su verdadera dimensión si se traduce a euros.

Cada turista que viajó el año pasado a la región con un paquete de TUI, Jet2 o Thomas Cook bajo el brazo gastó una media de 1.255 euros. Por lo tanto, los más de 2,1 millones de clientes de la multinacional británica desembolsaron para sus vacaciones en las Islas un montante de 2.677,4 millones de euros. El equivalente al 17,2% de los 15.590 millones que facturó el sector turístico en 2018. O lo que es lo mismo: el equivalente a prácticamente un 6% de los alrededor de 46.000 millones de euros que suma el PIB de la Comunidad Autónoma. Casi 2.700 millones en los que entra el precio del paquete turístico pero también el gasto en transportes (guaguas, taxis, tranvía...), en supermercados, en restaurantes y cafeterías, en tiendas, en ocio, etcétera. Cifras que las empresas isleñas tuvieron que borrar de sus previsiones de ingresos cuando el Gobierno británico corroboró la defunción de Thomas Cook.

Pero solo mes y medio después de que los hoteles canarios perdieran a uno de sus principales suministradores de inquilinos, la mayor parte de esos 2.700 millones ya se ha recuperado. En parte por las medidas que han puesto en marcha los Gobiernos, tanto el central como el regional, y en parte porque el terremoto, a pesar de su estruendo, no resultó tan devastador como se pensaba.

Y es que Thomas Cook estaba en quiebra, pero no todo el entramado de Thomas Cook estaba en quiebra. Apenas un par de días después de que se anunciara la ruina de la matriz británica, las aerolíneas Condor Flugdienst y Thomas Cook Airlines Scandinavia comunicaban que seguirían operando con total independencia de la multinacional. Con la misma rapidez con que el 22 de septiembre se esfumaron los más de dos millones de personas que el turoperador traía anualmente a Canarias, la supervivencia de las dos compañías aéreas recuperaba de golpe a más de la mitad, alrededor de 1,23 millones. Condor era filial de Thomas Cook en Alemania, y en sus aviones viajan al Archipiélago alrededor de 795.000 turistas cada año. Por su parte, Airlines Scandinavia está bajo control de Vinggruppen, y la empresa noruega se apresuró en aclarar que continuaría en solitario con el negocio en el mercado nórdico, en el que venía operando como división de Thomas Cook pero con plena independencia. La aerolínea de Vinggruppen trae a las Islas a unos 435.000 visitantes cada año. La pérdida potencial de esos 2.700 millones se reducía así a solamente 1.134 millones.

Salvado el grueso de los mércados alemán y nórdico, el problema de cara al futuro inmediato, esto es, a la temporada de invierno (que arrancó el 1 de octubre y que en Canarias es la temporada alta), era recuperar las 745.150 plazas que Thomas Cook tenía programadas para vuelos desde el Reino Unido. Una importante reducción de asientos ofertados que se han ido recuperando poco a poco gracias a las empresas que antes competían con la firma británica. Wizz Air, Eurowings, la misma Condor y sobre todo TUI y Jet2.com han rescatado hasta el momento un 58% de esas plazas, según los datos suministrados a este diario por la Consejería de Turismo, es decir, 432.187 asientos. Un número considerable si se tiene en cuenta que apenas han pasado seis semanas desde la quiebra de Thomas Cook pero que deja 312.963 plazas aéreas en busca de dueño. Que se oferte una plaza más no necesariamente significa que venga un turista más (un avión de cien plazas o asientos puede venir vacío) pero sí supone mayores posibilidades de volar a las Islas, con lo que en última instancia más plazas equivale a más visitantes.

Los hoteleros canarios han aplaudido la celeridad con que actuaron los Gobiernos (se les han concedido aplazamientos en los pagos del IGIC y en las cuotas de la Seguridad Social, entre otras medidas que se desgranan a la izquierda) pero echan en falta mayor ayuda de AENA en la búsqueda de aerolíneas y conexiones que cubran las plazas perdidas para esta temporada invernal y, sobre todo, de cara al futuro. "Estamos un poco nerviosos con eso", resume el hotelero Jorge Marichal, presidente de la patronal Ashotel, que dice no entender cómo el Ministerio de Fomento no se ha "mojado" en la demanda al gestor aeroportuario para que baje las tasas que cobra a las aerolíneas por operar en sus instalaciones. El sector ve insuficiente la rebaja de la tasa al pasajero y duda de que por sí sola sirva para atraer el volumen necesario para compensar el cierre de Thomas Cook. La clave para los hoteleros, y lo que reclaman tanto Ashotel como la FEHT, es que AENA libere a las compañías aéreas del pago de tasas por las plazas extras que añadan a su programación inicial para el invierno.

Las medidas

Gobierno central

El Gobierno central aprobó una batería de medidas para ayudar al sector turístico canario a superar la crisis abierta tras la quiebra de Thomas Cook. La primera medida es una línea de préstamos a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO) de 200 millones de euros. Serán créditos blandos, es decir, con bajos tipos de interés y plazos flexibles de devolución.

La segunda medida consiste en otros 500 millones en préstamos con cargo al Fondo Financiero del Estado para la Competitividad Turística (Focit). Estos préstamos están dirigidos a proyectos de I+D+i.

Canarias recibe una subvención de 15 millones para promover la conectividad.

1,48 millones de euros para reforzar la estrategia de destinos turísticos inteligentes con el fin de mejorar la competitividad del destino.

Prolongación del periodo de actividad de los trabajadores con contratos fijos discontinuos en los sectores vinculados al turismo.

La ampliación de las bonificaciones del 50% en las cotizaciones a la Seguridad Social durante dos meses más.

Reducción de los costes de escala en la red de aeropuertos gestionados por la empresa público-privada AENA.

Disminución de las tarifas de ruta de Enaire, empresa pública dependiente del Ministerio de Fomento.

Campañas de promoción en el extranjero.

Gobierno canario

Una de las principales medidas impulsadas por el Gobierno de Canarias es el aplazamiento de la cuota trimestral del IGIC en favor de las empresas afectadas por la quiebra de Thomas Cook, algo especialmente relevante en el caso de los hoteleros, a los que la multinacional les dejó a deber unos 40 millones de euros.

Los trabajadores de las empresas que entren en proceso concursal y se vean abocadas a un ERE extintivo podrán acogerse a ayudas de 500 euros durante tres meses.

Dos millones de euros para reforzar la promoción del destino.

Planes de formación y capacitación específicos para trabajadores afectados por la quiebra de la multinacional británica.