La operación mediante la que IAG se ha hecho con Air Europa suscita dudas en las administraciones y las organizaciones empresariales canarias, que temen que se pueda traducir en una merma de la conectividad y un incremento de los precios. Para resolverlas, el Gobierno regional ha pedido una reunión con el grupo angloespañol -nacido de la fusión de Iberia y British Airways- en la que pretende recibir información sobre la compra y obtener garantías de que se mantienen las rutas y los empleos en las Islas.

El portavoz del Ejecutivo de Canarias, Julio Pérez, detalló ayer, tras la reunión semanal del gabinete, los aspectos que más preocupan al Gobierno, que son, precisamente, que no se pierda conectividad ni puestos de trabajo y que se asegure que la libre competencia impere en el sector aeronáutico del Archipiélago.

Hasta el momento, IAG ha trasladado al Gobierno que no prevé reducir la operativa de Air Europa en Canarias, si bien desde la propia Administración autonómica se da por hecho que se pedirá a Iberia que libere parte de sus rutas con Madrid, dado que la suma de las que ya tiene y las que corresponden a Air Europa sobrepasaría el 80% en algunos aeropuertos.

Entre tanto, los vuelcos que sufre la conectividad aérea mantienen a la expectativa a las islas no capitalinas. El presidente del Cabildo de Fuerteventura, Blas Acosta, advierte que la compra de Air Europa por IAG supone, de hecho, "un monopolio". "Las patronales y las fuerzas políticas han puesto la lupa sobre este asunto. Le comenté a la ministra de Turismo en Londres -durante la celebración de la World Travel Market- que Competencia tiene que actuar".

A juicio de la corporación majorera, la operación eleva el riesgo de que suban los precios de los billetes aéreos y, en el caso de la isla, se agrave una situación que ya se está produciendo. "Venir a Fuerteventura es mucho más caro que a cualquier otra isla. Y no es porque no exista demanda del mercado peninsular, todo lo contrario", sostiene. Las diferencias se dan no solo con Tenerife y Gran Canaria, sino incluso con Lanzarote, apunta el presidente del Cabildo de Fuerteventura. Por esta razón, Acosta reclama que se establezca una tarifa regulada para los trayectos entre los territorios insulares y el resto del país. "Hay que intervenir sobre el precio de las rutas", señala.

El Cabildo también percibe que el aumento al 75% de la bonificación al transporte de los residentes ha restado cuota a los pasajeros nacionales, que pueden optar a menos asientos debido a la mayor demanda de los canarios. A ello se suman, recuerda Acosta, los problemas que experimentan los Boeing 737 y que han llevado a algunas compañías, como Ryanair, a retirarlos, con la consiguiente reducción de la operativa aérea.

La Palma no se ve afectada por la compra de Air Europa por IAG porque la compañía no opera en la isla. Los problemas en este caso son con Vueling, otra aerolínea de la multinacional angloespañola, que ha dejado el mercado palmero, en el que operaba con dos conexiones semanales a Barcelona, hasta abril, cuando recuperará la ruta con una frecuencia semanal, ampliada a dos en agosto. "Alegan problemas de ocupación, pero los aviones iban al 74%", afirma el consejero insular de Turismo, Raúl Camacho. Por otro lado, Iberia mantiene una frecuencia diaria con Madrid, ha incrementado la capacidad de los aparatos y ha ajustado los horarios a los vuelos de conexión con Europa. "Siempre han sido muy flexibles con La Palma", admite Camacho.