La Comisión Europea revisó ayer cuatro décimas a la baja su previsión de crecimiento de la economía española tanto para 2019, hasta el 1,9%, como para 2020, al 1,5%, anticipando una ralentización económica mayor de la que espera el Gobierno. Los motivos de esta rebaja son la indefinición política del país, la falta de presupuesto, el frenazo del consumo privado y la subida del déficit.

Las Previsiones Macroeconómicas de Otoño publicadas por el Ejecutivo comunitario proyectan además un déficit público del 2,3% del PIB este año, el mismo que preveía en mayo, y del 2,2% el próximo (dos décimas más), en ambos casos por encima del 2% y 1,7% que espera el Gobierno, respectivamente. Por su parte, la ministra en funciones de Economía y Empresa, Nadia Calviño, ha defendido que la economía española cuenta con unas bases "más sólidas" y "más equilibradas" que antes. "Sobre la base de los datos y la información que tenemos en este momento, para que la economía española cerrase 2019 con un crecimiento inferior al 2%, tendríamos que estar viviendo una realidad en nuestro país que no se corresponde en absoluto con los indicadores que estamos recibiendo".

Bruselas prevé que se ralenticen la reducción de la deuda pública y el paro, dibujando un panorama más pesimista sobre la economía española que el esbozado por el Gobierno en el cuadro macroeconómico presentado en octubre, y advierte de que existen riesgos en un entorno de "mayor incertidumbre".

Ralentización europea

Pero la Comisión insiste en que España, pese a ser partícipe de la ralentización que vive toda la eurozona, seguirá creciendo por encima de la media (1,1% en 2019) y está en una "posición más resistente para afrontar una desaceleración que en el pasado", según el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici,

La rebaja en la previsión de crecimiento para este año hasta el 1,9% responde por una parte a la revisión de las cifras hecha por el Instituto Nacional de Estadística y, por otra, a un consumo privado menos boyante de lo que se pensaba en el segundo semestre. Para 2020 la CE prevé que el avance se ralentice al 1,5% y en 2021 al 1,4%.

La Comisión advierte además de que existen riesgos a la baja en un contexto de "elevada incertidumbre", tanto de corte externo, como las tensiones comerciales globales, como internos, por la tendencia a un mayor ahorro de los hogares que no favorece al consumo. Bruselas prevé que este consumo privado se recupere solo ligeramente y que se ralentice la inversión en el horizonte de las previsiones.

En cuanto al déficit, la Comisión cree que las dos décimas de recorte en 2019, hasta el 2,3%, se apoyarán en el aumento de ingresos por las contribuciones a la Seguridad Social y los impuestos a la renta, que deberían compensar el "importante aumento del gasto", sobre todo en pensiones. Ahora bien, para 2020 espera que lo lleve solo al 2,2% -frente al 2% que esperaba en mayo- debido a la ausencia de Presupuestos Generales del Estado, que obligó al Gobierno a presentar a Bruselas esencialmente una segunda prórroga de las cuentas de 2018.

Para hacer su estimación, Bruselas ha tenido en cuenta el aumento del sueldo de los funcionarios y el incremento de las pensiones conforme a la inflación, que aumentarán el gasto, pero no ha contemplado algunas medidas de ahorro identificadas por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, a falta de saber si se aplicarán o no.