El Gobierno de Canarias recordó ayer que octubre es un mes "tradicionalmente malo". Y lo es, aunque no tanto como el de este año. El frenazo en la creación de empleo se intensificó aún más y se registró la mayor subida del paro en casi ocho años. Un octubre negro al que resulta difícil encontrarle algo positivo más allá de que siguen creándose nuevos puestos de trabajo pese a esa evidente ralentización del mercado laboral.

El Archipiélago despidió el mes pasado con 5.602 desempleados más que en septiembre. Un considerable incremento que el Ejecutivo regional achaca a la "estacionalidad" de las contrataciones, que suelen disminuir en octubre con el fin de la temporada veraniega. Así ocurrió en los cuatro años anteriores y así ha vuelto a ocurrir en 2019, solo que con una intensidad mucho mayor. Dos datos sirven para hacerse una idea de hasta qué punto se trata de una subida del paro de carácter extraordinario. Por un lado, el pasado fue el peor octubre desde 2011, cuando la economía canaria sufría los embates de la crisis mundial y el décimo mes del año terminaba con casi 6.300 desempleados más. En ninguno de los siguientes siete octubres (2012-2018) se produjo un aumento de la cifra de parados superior al experimentado el mes pasado; es más, en 2012 y 2014 incluso se redujo el desempleo. Con todo, y por otro lado, hay un hecho aún más esclarecedor si cabe. Si se pone la lupa sobre toda la serie histórica, y no únicamente sobre los datos de octubre, hay que remontarse a 2012 para dar con el último mes en que el paro se incrementó en más de 5.602 personas. En concreto a enero de 2012, hace exactamente siete años y diez meses, cuando el colectivo de desempleados engordó en más de 8.000 personas y las Islas se preparaban para lo peor de la crisis.

Hoy hay en la comunidad autónoma un total de 210.131 parados. Son un 1% más que hace un año. De hecho, Canarias es una de las dos únicas autonomías, junto con el otro archipiélago del país, Baleares, en que el desempleo aumentó entre octubre de 2018 y octubre de este año. Un hecho que puede resultar sorprendente si se tiene en cuenta que nunca antes hubo en las Islas tantas personas trabajando. Cada día de octubre hubo en la región una media de 820.509 afiliados a la Seguridad Social, es decir, 5.210 más que en septiembre, cuando ya se había alcanzado el máximo histórico. Son todos trabajadores por cuenta propia o ajena dados de alta y que contribuyen así con sus cotizaciones sociales al mantenimiento del sistema público, de ahí que sean menos que los ocupados que contabiliza la encuesta de población activa (EPA), que precisamente por ser una encuesta no distingue si la persona está o no desempeñándose en los cauces legales. Sea como sea, ambas fuentes coinciden en que Canarias tiene el mayor número de trabajadores de su historia. Y siendo así, ¿cómo es posible que al mismo tiempo suba el paro?

Población activa

La explicación está en el incremento de la población activa, y en concreto en el cada vez mayor número de personas que buscan una ocupación. Si en un territorio hay cien desempleados y las empresas e instituciones los contratan, no despiden a nadie y a nadie se le termina el contrato laboral, el paro se habrá reducido un cien por cien; habrá, por tanto, pleno empleo. Pero si en esas mismas circunstancias 300 personas se incorporan al colectivo de ciudadanos que buscan trabajo -por ejemplo, cien jóvenes que han terminado la carrera, otros cien que se registran en el Inem tras un período de inactividad y cien más que son inmigrantes que buscan un mejor futuro-, el paro se habrá triplicado por más que se hayan creado cien nuevos empleos. Esto es, grosso modo, lo que ocurre en Canarias, donde se crean puestos de trabajo y se ocupan muchos de esos puestos de trabajo -por eso hay más afiliados a la Seguridad Social-, pero donde el desempleo no solo no baja en igual medida, sino que incluso se dispara, como ocurrió el mes pasado. En última instancia la causa primera es que la población de las Islas no ha dejado de aumentar ni en los momentos económicos más duros.

No obstante, el problema ahora es que se está ralentizando sobremanera el ritmo de creación de nuevos puestos de trabajo, lo que está en consonancia con el enfriamiento económico internacional. Los 5.210 afiliados que se ganaron en octubre son el dato más positivo del mes, pero igualmente son la menor subida desde octubre de 2015, cuatro años atrás. Es más, si se considera el último año -de octubre de 2018 a octubre de 2019, el incremento de las afiliaciones a la Seguridad Social es de 13.044, el menor en el período desde 2013, hace ya siete años, cuando se destruyeron 450 empleos en relación con octubre de 2012.

Ya en términos nacionales, los 3.177.659 parados con que cerró octubre son 97.948 más que en septiembre, pero 77.044 menos que hace un año. Los afiliados se incrementaron en 106.541 personas, el segundo mejor dato en este mes de la historia, según los datos del Gobierno central.