Al menos tengo trabajo. Eso es lo que deben pensar los ocupados canarios a la hora de contestar la encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE) que mide la satisfacción con el empleo, en la que las Islas ocupan el primer lugar de todo el país pese a que en los índices sobre calidad del trabajo -temporalidad, parcialidad no deseada, salarios o jornadas largas- se encuentran claramente a la cola.

El organismo estadístico ha publicado recientemente una nueva edición, la correspondiente a 2018, de sus indicadores de calidad de vida, que tratan de aproximarse al nivel de progreso y bienestar de la sociedad española, y de sus comunidades autónomas, a través de diferentes dimensiones que van más allá de las puramente económicas: vivienda, ocio, educación, salud, seguridad física y personal... El trabajo es una de ellas. En este aspecto, Canarias destaca como la cuarta región con mayor proporción de asalariados temporales -el 31,7% del total-, la primera en trabajadores con salarios bajos -el 26,7%-, también la primera, al margen de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, en empleo involuntario a tiempo parcial -el 66,1% de estos ocupados quiere trabajar más horas- y la tercera que registra más trabajadores cuyas jornadas semanales superan las 40 horas -el 56,2% del total-. En cambio, cuando a los ocupados del Archipiélago se les pregunta por la satisfacción con el puesto de trabajo que desempeñan, la nota media asciende a un ocho, la puntuación más alta del mapa autonómico, siete décimas por encima de la media nacional (7,3).

Con la única excepción de la Región de Murcia, los trabajadores de todas las comunidades se encuentran más satisfechos con su empleo de lo que lo estaban en 2013, cuando el INE también planteó esta pregunta. En ese momento la recuperación de la economía y el mercado laboral tras la crisis solo estaba apuntándose. El progreso en el nivel de satisfacción de los trabajadores canarios ha sido muy notable, nueve décimas más que hace cinco años, cuando se situaba en 7,1 puntos. Solo Galicia ha experimentado un avance más significativo en este periodo (de 6,4 puntos a 7,4).

La mejora de la satisfacción media que los asalariados isleños manifiestan respecto a su ocupación es producto del incremento de la proporción de ellos que la califican con entre un nueve y un diez. En 2013 solo un 17% de la población trabajadora se encontraba en esta franja, en tanto que un lustro después son casi un 45% del total. En el otro extremo, solo un 2,2% le otorga una puntuación de entre cero y cuatro (un 5,5% en 2013).

En cuanto a los otros datos vinculados a la calidad del empleo, la evolución de la temporalidad en Canarias corre en paralelo a la del conjunto del país. Los niveles actuales están muy por debajo de los que se contabilizaban antes de la gran recesión, tanto en el Archipiélago (del 38,9% de 2006 al 31,7% de 2018) como en todo el territorio nacional (del 34% al 26,7%), aunque en ambos casos se detecta un repunte desde los mínimos que se registraban en los años finales de la crisis.

En el caso de la proporción de trabajadores con salarios bajos, la serie arranca en 2008. Desde entonces en las Islas no se han producido variaciones importantes (del 27,9% al 26,7%), si bien la cifra llegó a rozar el 33% en 2010.

Los ocupados con largas jornadas semanales -más de cuarenta horas- han experimentado un leve descenso desde los momentos inmediatamente anteriores a la crisis, cuando llegaron a sobrepasar el 60%. En 2018 este colectivo supuso el 56,2% de los trabajadores.

El mercado laboral canario ha sufrido durante la última década una auténtica explosión del trabajo a tiempo parcial involuntario, que ha pasado de representar el 37% en los momentos previos a la crisis al actual 66,1%. Por el camino -año 2012- se llegó a estar muy cerca del 80%: ocho de cada diez ocupados con jornada parcial querían trabajar más horas y no podían hacerlo. El alza de estas situaciones en el conjunto del país también ha sido considerable -del 33% al 54%-, pero sin aproximarse a los niveles de las Islas.

La estadística oficial también recoge los datos de tasa de paro y desempleo de larga duración, que en Canarias se encontraban en 2018 -y siguen haciéndolo ahora- entre los más elevados de España. Entonces el desempleo general ascendía al 20,1%, en tanto que el superior a un año era del 9,6%.

Las cifras

  • 8 Es la puntuación media que asignan los asalariados canarios a su satisfacción con el trabajo que desempeñan, siete décimas más que en el conjunto del país, según los Indicadores de Calidad de Vida del INE.
  • 31,7% Es la proporción de trabajadores de las Islas que tienen un empleo temporal, por debajo de los niveles que se registraban antes de la crisis, cercanos al 40%
  • 66,1% Es el porcentaje de los ocupados canarios a tiempo parcial a los que les gustaría trabajar más horas y no pueden hacerlo, treinta puntos por encima del que se registraba en 2006.

Aumentan los problemas para pagar la vivienda

La proporción de familias con un gasto elevado en vivienda -hipoteca, alquiler, comunidad, tasa de recogida de basura, impuestos...- ha caído en España hasta el nivel más bajo de los últimos once años, pero no todas las comunidades autónomas viven la misma situación. Es el caso de Canarias, donde un 12,5% de la población pasa apuros para pagar su casa, el segundo incremento anual consecutivo. La cifra es superior a la que se registraba en 2008, en los primeros momentos de la crisis, y sobrepasa en casi cuatro puntos la media nacional (8,9%), según los Indicadores de Calidad de Vida, elaborados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Solo en la Comunidad de Madrid se contabiliza un mayor porcentaje de residentes que tienen que soportar un gasto alto en vivienda (13,5%), mientras que Navarra es la región donde se producen menos problemas (4,3%).

El estudio del INE cataloga como gasto elevado en vivienda aquel que supone más del 40% de los ingresos netos del hogar.