las cifras

500 Es la cifra de trabajadores que ha perdido la construcción en el último año en Canarias. La mejora de Las Palmas (5.600 más) no compensa el descenso de Santa Cruz de Tenerife (6.100 menos).

5% Es el incremento experimentado por el empleo en el sector de la construcción en el conjunto del país desde mediados de 2018.

El moderado pero constante ascenso que ha experimentado la construcción en Canarias desde que empezó la recuperación económica da síntomas de agotamiento. El sector ha interrumpido el ciclo de crecimiento del empleo iniciado en 2014, de forma que el Archipiélago se convierte en una de las seis comunidades en la que la cifra de trabajadores en las actividades constructivas ha retrocedido durante el último año, si bien la situación no afecta de igual manera a las dos provincias.

Así, mientras que en Santa Cruz de Tenerife la ocupación ha bajado casi un 20% (6.100 trabajadores menos), Las Palmas ha experimentado un incremento cercano al 29% (5.600 más). Pese a este desigual comportamiento, la percepción de ambas patronales provinciales es la de que una serie de factores, encabezados por la "parálisis institucional" y los obstáculos administrativos, impiden a los empresarios "despegar" en lo que se refiere a la generación de puestos de trabajo.

Los datos proceden de la Encuesta de Población Activa (EPA) y han sido utilizados por la empresa de trabajo temporal Randstad para trazar la evolución del empleo en la construcción desde los primeros momentos de la crisis hasta mediados de 2019, con una parada en los primeros seis meses del año pasado, cuando el sector registraba 500 ocupados más que en el actual (50.200 frente a 49.700). La caída es modesta -un 1%-, aunque llama la atención en un contexto, el del conjunto del país, en el que las cifras han crecido un 5% entre el segundo trimestre de 2018 y el mismo periodo de 2019.

Los datos apuntan a un desequilibrio entre provincias, pese a que la presidenta de la Asociación de Empresarios Constructores y Promotores de Las Palmas (AECP), María de la Salud Gil, advierte de que "las estadísticas no son, en este momento, la forma de medir la salud del sector". A su homólogo en Santa Cruz de Tenerife, Óscar Izquierdo, en cambio, le parece que las cifras revelan una tendencia de la que la organización que preside ya había alertado y que, a su juicio, "se ha profundizado" durante los meses de verano, que quedan fuera de los registros del Instituto Nacional de Estadística recogidos por Randstad. "Entre julio y agosto se han perdido unos 600 puestos de trabajo en la provincia", asegura el máximo dirigente de Fepeco.

"El sector está en disposición de crear empleo, pero la inversión privada se ha ralentizado por la inestabilidad política y, por otro lado, hay una parálisis institucional como consecuencia de las elecciones. Son dos elementos que no nos permiten despegar", argumenta Salud Gil. La presidenta de la patronal grancanaria coincide con el de la tinerfeña en señalar también las trabas administrativas como una de las causas que lastran el desarrollo de las actividades constructivas. Según Izquierdo, "las oficinas técnicas municipales no funcionan" y actúan como "un verdadero obstáculo burocrático imposible de salvar". Gil asegura, en este sentido, que los ayuntamientos "tardan un año y medio en conceder una licencia".

El presidente de Fepeco pone el acento sobre una de sus reivindicaciones más frecuentes: la falta de proyectos de obra pública, que retrasa su ejecución cuando finalmente se adjudican. Por ello, Izquierdo cree necesaria una "biblioteca" de proyectos que permita poner en marcha las actuaciones en cuanto hay vía libre para ello.

Los constructores afirman que están preparados para construir "miles de viviendas" y, además, protegidas. "No estamos hablando de chalés ni de vivienda vacacional", aclara la presidenta de AECP. Sin embargo, la ausencia de planes públicos en la materia bloquea una actuación para las que las empresas tienen suficiente "músculo". Estas carencias han provocado, advierte el presidente de Fepeco, la "alarma residencial" en algunas zonas de Tenerife, sobre todo el área metropolitana y el municipio sureño de Arona.

El "último jarro de agua fría" para la construcción lo ha vertido el retroceso del sector turístico tras las cifras récord de los últimos años, que amenaza con "una paralización drástica" de la rehabilitación en el sector, avisa Óscar Izquierdo.