El frenazo que ha experimentado la economía ya se hace notar en el mercado de la vivienda. Tanto que ha provocado la primera caída de los precios en prácticamente dos años y medio. Un nuevo escenario que, además, no será puntual. Por el contrario, todo indica que la bajada del valor de las casas en el tercer trimestre del año solo ha sido la primera etapa de una senda descendente a la que los expertos no se atreven a poner final. Comprar una casa en la región sale hoy un 31% más barato que en 2008, y está por ver hasta qué punto se abarata el mercado en el ciclo económico recesivo que ya ha comenzado.

Quienes compraron una vivienda en Canarias entre julio y septiembre pagaron una media de 1.321 euros por metro cuadrado, según las tasaciones oficiales de los inmuebles que se vendieron en ese período. Son 19 euros menos de lo que tuvieron que desembolsar por cada metro cuadrado quienes adquirieron una casa en el segundo trimestre del año. Así pues, el mismo piso, ático o chalé de cien metros cuadrados que entre abril y junio costaba 134.000 euros ahora cuesta algo menos, exactamente 132.100 euros. Una diferencia de 1.900 euros que a simple vista puede parecer pequeña pero que entraña mucho más de lo que muestran las cifras. De hecho supone un cambio de tendencia que corrobora la ya de por sí evidente desaceleración económica.

No en vano, el precio de la vivienda en el Archipiélago no había dejado de subir desde el segundo trimestre de 2017, tal como descubre la estadística de Tinsa, la multinacional especializada en valoración inmobiliaria. Han tenido que transcurrir 27 meses, nueve trimestres y más de dos años para que las casas vuelvan a abaratarse en la Comunidad Autónoma. Sin embargo, esto no quiere decir que el mercado de la vivienda esté saliendo de una burbuja como la que estalló a finales de 2007 con aquel primer capítulo de la gran crisis: el de las hipotecas subprime o basura en los Estados Unidos. Se trata ni más ni menos del final de una tendencia alcista que coincide con un momento de gran incertidumbre económica. Tanto en España y Canarias como en los países del entorno. Dentro de las fronteras nacionales y regionales viene experimentándose una sensible caída del consumo de las familias y las empresas, y el número de turistas cae mes tras mes, con lo que ello supone en términos de empleo para una economía tan extremadamente dependiente de los servicios como la canaria. Y a ello se suman las consecuencias del brexit en el Reino Unido, de la desaceleración de la locomotora alemana y de las guerras comerciales de Donald Trump con medio mundo, especialmente con China. Una inestabilidad que afecta más si cabe al mercado inmobiliario de las Islas por el alto número de extranjeros que compran casas en la región. En otras palabras: cada vez son más los británicos, alemanes o italianos que posponen la compra de esa segunda residencia veraniega o de esa vivienda soñada para disfrutar de un retiro bajo el sol de Canarias. Para calibrar la importancia de la demanda extranjera basta con apuntar que de las 6.234 compraventas que se cerraron en el segundo trimestre del año, que es hasta donde abarca la estadística del Ministerio de Fomento, un total de 1.928, esto es, tres de cada diez, las protagonizaron foráneos.

Pero las mismas cifras que evidencian el cambio de ciclo económico evidencian también lo lejos que está el mercado inmobiliario de los años de la burbuja. Justo tras producirse el desastre financiero de octubre de 2007, el precio de la vivienda llegó en las Islas a su máximo histórico. En el primer trimestre de 2008, el coste medio de los inmuebles tocaba techo en la región. La friolera de 1.912 euros cada metro cuadrado. Nunca antes ni nunca después se llegó a esas cifras. Ese inmueble de cien metros que hoy cuesta 132.100 euros costaba en aquel momento 191.200, un 31% más. Por lo tanto, la lenta pero sostenida subida de precios que comenzó en el segundo trimestre de 2015, cuando la fortísima recesión que había sacudido las economías occidentales ya había reducido el precio de la vivienda de aquellos 1.912 a apenas 1.145 euros por metro cuadrado ?un 40% menos?, fue más una estabilización que una subida propiamente dicha.

La bajada de precios se produce también en las dos provincias, aunque con matices. En la provincia de Las Palmas, el valor medio de la vivienda es de 1.352 euros por metro cuadrado, un 1,17% menos que en el segundo trimestre del año. Mientras, en la demarcación de Santa Cruz de Tenerife se produce una mayor disminución de los precios, exactamente de un 1,77%, más de medio punto superior a la experimentada por el mercado inmobiliario en la otra provincia. Y, además, el coste medio de las casas es también menor, en concreto de 1.276 euros.

La escasez de nueva oferta residencial juega a favor de los vendedores en el Archipiélago

El delegado en Canarias de la Asociación Profesional de Expertos Inmobiliarios (APEI), Isidro Martín, explica que no es fácil aventurar el comportamiento del precio de la vivienda a corto y medio plazo por las muchas incertidumbres económicas que hay en el horizonte, pero sí parece que en los próximos trimestres pueden sucederse nuevas rebajas. En todo caso, lo que era evidente es que "no podíamos seguir en la senda de crecimiento en que estábamos". Martín hace hincapié en ese cóctel de factores que amenazan la economía europea, con el brexit y la desaceleración de Alemania de especial preocupación en las Islas, y apunta también el "factor psicológico" que se ha generado por la inestabilidad política que sufre el país, con nuevas elecciones a la vuelta de la esquina. "El dinero es miedoso", recuerda el delegado de la APEI. El experto ahonda en que la caída trimestral de los precios ya la habían anticipado los profesionales del sector, que en los últimos meses han visto cada vez con más frecuencia cómo los vendedores se ven obligados a bajarlos.

No obstante, Martín puntualiza que hay un condicionante que podría contener la bajada de los precios: la escasa oferta, casi nula, de vivienda de nueva construcción, lo que encarece la compra de pisos o casas de promociones que vayan terminándose y también la adquisición de las alternativas de segunda mano. Con todo, el experto también vaticina que el alquiler vacacional, que ha influido en los precios porque muchos propietarios han preferido aprovechar el negocio de arrendar a los turistas a poner en venta el piso o chalé en cuestión ?lo que a su vez ha reducido la oferta?, empezará a desinflarse poco a poco, con lo que muchos inmuebles volverán a los mercados del alquiler convencional o de la venta. Se trata así de dos factores que podrían influir en el coste de las casas, uno al alza, la falta de vivienda nueva, y otro a la baja, el incremento de la oferta por la incorporación al mercado de inmuebles hasta ahora destinados para el alquiler turístico.