La quiebra de Thomas Cook tendrá también consecuencias en las arcas de la Comunidad Autónoma. La previsible caída de la recaudación por el IGIC a raíz de la rebaja del tipo general -del 7 al 6,5%- que aprobó el anterior Gobierno de Canarias, y que el actual viene criticando con dureza, será mayor de lo previsto. Y, por si fuera poco, en el Ejecutivo ya se han convencido de que no es el momento de implantar una tasa turística. Ángel Víctor Torres recogió ayer el guante de los hoteleros y anunció que buscan una fórmula para aplazar el cobro del IGIC correspondiente al tercer trimestre del año, un pago que las empresas deben hacer este mismo mes.

El presidente del Gobierno regional es consciente de que la tesorería de muchos hoteles ha quedado muy tocada por la bancarrota del turoperador, que les ha dejado facturas sin pagar que en algunos casos llegan al medio millón de euros. La falta de liquidez es tan alarmante que si no se permite el aplazamiento de la cuota trimestral del impuesto, muchas empresas del sector no tendrán más alternativa que dejar de pagarlo. Además, se da la paradoja de que tendrían que tributar por cantidades facturadas pero no cobradas. De uno u otro modo, es decir, ya sea porque finalmente se concede a los hoteleros la posibilidad de aplazar el pago o porque haya entidades que sencillamente no puedan cumplir su obligación fiscal, lo cierto es que la recaudación se verá mermada. Y no precisamente se trata de un impuesto menor.

El grito en el cielo

De hecho, el Impuesto General Indirecto Canario es la principal fuente de ingresos del llamado Bloque de Financiación Canario. El Ejecutivo autonómico ya puso el grito en el cielo tras conocerse que la recaudación por el IGIC experimentó en la primera mitad de 2019 la mayor caída en diez años. Hasta el punto de acusar al anterior Gobierno, el que presidió Fernando Clavijo, de haber incurrido en una decisión irresponsable al acceder a bajar medio punto el tipo general, que era una exigencia del PP para apoyar los presupuestos. Sea como sea, el actual Gabinete tiene decidido que el IGIC volverá en 2020 al 7%, pero el margen de acción en este ejercicio es limitado, más si cabe tras la caída de Thomas Cook, "un varapalo importante", subrayó el propio Torres.

Y todo ello sin olvidar que más allá de los problemas que tienen los hoteles y apartamentos para hacer frente a la liquidación trimestral del impuesto -tienen de plazo hasta el día 20 para ingresar la diferencia entre el IGIC devengado y el soportado en los meses de julio, agosto y septiembre-, la recaudación sufrirá también por la caída del número de turistas que la región experimenta desde el año pasado. Máxime si esta reducción se agrava, como se da por descontado, por la debacle de Thomas Cook. No en vano, quienes pasan sus vacaciones en las Islas también pagan el IGIC cuando compran en supermercados, tiendas y centros comerciales o cuando usan el transporte público, por ejemplo. El año pasado desembolsaron unos 4.600 millones de euros, de modo que alrededor de 300 millones -si se hace una proyección tomando como referencia el tipo general del 6,5%- acabaron en las arcas públicas autonómicas. En total, el IGIC reportó ingresos a lo largo de 2018 por un montante de 1.861,5 millones.

El varapalo de la multinacional

Tras el anuncio de Torres, su consejero de Hacienda, Román Rodríguez, adelantó que desde el departamento tratarán de coordinarse con la Tesorería General de la Seguridad Social para el aplazamiento del cobro del impuesto indirecto. Hay que recordar que el organismo dependiente del Ministerio de Hacienda permitirá a su vez que las empresas afectadas por el crac de la multinacional puedan aplazar los pagos de las cotizaciones sociales.

Así pues, la intención de los gobiernos central y regional es que los hoteles, apartamentos e incluso otras empresas directamente golpeadas por la crisis de Thomas Cook puedan ganar algo de tiempo, recuperar liquidez y ya luego abonar el IGIC y las cotizaciones sociales. Eso sí, no será a cambio de nada. El esfuerzo que hará la Administración demorando el cobro de impuestos y cotizaciones tendrán que hacerlo las empresas para conservar el empleo. "No se debe terminar esta crisis con despidos", avisó el presidente.

Además de acceder a la petición de la patronal para suspender el cobro del IGIC de inmediato, Torres también confirmó lo que ya se daba por descontado visto el problema que tiene encima la primera industria del Archipiélago, esto es, que la tasa turística queda aparcada sine die. La puesta en práctica de este impuesto es particularmente demandada desde Podemos y Nueva Canarias, este último el partido que lidera el consejero de Hacienda. Se trata de una cantidad prefijada que el turista pagaría en función de las noches que pase en un hotel o apartamento. La idea era que la recaudación se destinara a la modernización y renovación de las infraestructuras turísticas, pero el jefe del Ejecutivo se encargó ayer de cerrar cualquier discusión en el seno de su gabinete. "Tendrá que esperar a mejores momentos", sentenció.

Torres se reúne hoy con su consejo asesor y mañana se verá en Madrid con representantes de los ministerios de Hacienda, Fomento y Turismo para trasladarles las demandas de Canarias. Tanto la Confederación Canaria de Empresarios como CEOE-Tenerife creen que debe hacerse valer el estatus de Región Ultraperiférica (RUP) para exigir las medidas extraordinarias que sean necesarias.