Los hoteleros piden al Gobierno regional que congele el cobro del Impuesto General Indirecto Canario (IGIC). Y que lo haga "con urgencia". Muchos establecimientos se han quedado sin liquidez por el dinero que les debe Thomas Cook -la multinacional de origen británico quebró el lunes de la semana pasada- y este mismo mes tienen que liquidar la cuota del IGIC correspondiente al trimestre de julio a septiembre. Para los más damnificados por la bancarrota del turoperador, es decir, para esas empresas que más dependían de Thomas Cook para llenar sus hoteles y apartamentos -y que en muchos casos no cuentan con seguros privados para una contingencia de esta magnitud-, el pago del IGIC es sencillamente un imposible. En la patronal entienden que ahora lo primero debe ser el mantenimiento de los puestos de trabajo, y siendo así, confían en que el Ejecutivo autonómico "se moje" y suspenda desde ya el cobro del impuesto.

Aplazar los pagos

Tanto la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo (FEHT) de la provincia de Las Palmas como la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel) coinciden en la reclamación a la Consejería de Hacienda del Gobierno canario, que dirige Román Rodríguez, para que suspenda inmediatamente la recaudación del IGIC. Aunque la Tesorería General de la Seguridad Social ya ha anunciado que permitirá a las empresas afectadas por la debacle de Thomas Cook que aplacen los pagos de las cotizaciones sociales, los hoteleros creen que sería "más eficaz" que se permita el aplazamiento de la liquidación del IGIC.

"Hace falta que el Gobierno de Canarias se moje y deje paralizado el cobro del IGIC", explicó el vicepresidente de la FEHT, Tom Smulders, que justamente ayer preparaba el argumentario que se expondrá al Ejecutivo para hacerle entender la necesidad de la medida. De hecho, Ashotel y su gemela de la provincia de Las Palmas ya incluyeron el tema del impuesto indirecto -la principal fuente de ingresos públicos del llamado bloque canario de financiación- entre las medidas solicitadas a la Administración ante el crac de Thomas Cook.

La cuota del IGIC a liquidar este octubre coincide con los meses -de julio a septiembre- que el otrora gigante de la turoperación ha dejado sin pagar, "por tanto, consideramos que no se debería liquidar el IGIC por unas facturas que constituyen, a día de hoy, unos créditos fallidos", argumentan las patronales sectoriales. No se trata de no pagar lo que les corresponda, sino de dar tiempo hasta que las empresas recuperen un mínimo de liquidez que les permita superar el trance. "El pago de las obligaciones tributarias es lo primero, pero consideramos que ahora debería ser de otra forma: primero, las nóminas y luego, todo lo demás", subrayó el vicepresidente de la FEHT.

Así pues, la bancarrota de Thomas Cook no solo parece haber desterrado de la hoja de ruta del Gobierno regional su intención de poner en práctica una tasa turística, sino que incluso puede afectar de lleno a la recaudación por el IGIC. Al margen de que el Ejecutivo acceda o no a la petición de la patronal, los ingresos por el impuesto están comprometidos por esa falta de liquidez que sufren muchos establecimientos. Y no precisamente es poco dinero. Más de 300 millones anuales recauda Canarias gracias a lo que gastan los turistas.

Coordinación con la Seguridad Social

El aplazamiento del cobro del IGIC solicitado por los empresarios afectados por la quiebra del turoperador británico Thomas Cook se coordinará con la Tesorería General de la Seguridad Social, organismo que ya ha anunciado que permitirá que se aplacen los pagos de las cotizaciones patronales.

Así lo ha asegurado el vicepresidente y consejero de Hacienda, Presupuestos y Asuntos Europeos del Gobierno de Canarias, Román Rodríguez, informa su Consejería en un comunicado.

Rodríguez, que establece como prioridad absoluta preservar el empleo en el sector, dice ser consciente de los problemas a los que se enfrentan no sólo los hoteleros, sino empresarios de actividades complementarias por esta situación sobrevenida.

De ahí que el Gobierno haya estado trabajando desde el primer momento de la mano de las organizaciones patronales para evaluar el impacto de la crisis y estudiar medidas que amortigüen sus efectos.

El vicepresidente insistió en que es plenamente consciente de las dificultades que la quiebra de Thomas Cook provocará a las empresas turísticas de Canarias, problemas entre las que destaca la liquidación de la cuota del IGIC correspondiente al tercer trimestre.

Por eso le parece razonable la solicitud de la FEHT y Ashotel de que se les dé tiempo hasta que vuelvan a disponer de liquidez una vez atendidas las obligaciones salariales.

Rodríguez sugirió que todos estos planteamientos se efectúen y estudien sin alarmismos para evitar que las consecuencias de la quiebra de Thomas Cook se agraven artificialmente más allá de lo que sería realista.