Un soplo de aire fresco en medio de un ambiente de asfixia. Las empresas afectadas por la quiebra del gigante británico de la turoperación, Thomas Cook, están de enhorabuena. La Tesorería General de la Seguridad Social ha autorizado el aplazamiento de los pagos de las cuotas mensuales para las empresas afectadas en las Islas por la caída del turoperador durante un año o año y medio. El Estado confía que con esta medida se eviten, de un lado, posibles despidos y expedientes de regulación de empleo y que, de otro, se mejore la liquidez de las empresas.

El cese de actividad de Thomas Cook ha puesto en jaque a la actividad turística del Archipiélago, que aporta más de un tercio del producto interior bruto (PIB) de las Islas. El sector hostelero emplea a unas 150.000 personas y hay peligro de que unas 15.000 pierdan su puesto de trabajo si no se pone solución a esta crisis. La puñalada al motor de la economía canaria que supone la bancarrota del que hasta ahora era el segundo operador europeo más importante para Canarias hace temer lo peor a patronales y sindicatos, que desde el minuto uno han reclamado medidas para calmar las aguas y garantizar la sostenibilidad de los negocios.

Los hoteleros isleños afectados por el hundimiento de Thomas Cook recibieron hace días una carta del consorcio de seguros del turoperador en la que garantizaba el pago de la estancia de los turistas alojados en los hoteles en el momento de quiebra de la actividad de la compañía. También la Autoridad de Aviación Civil Británica -a través de una misiva enviada por su embajador en España, Hugh Elliott, al presidente del Ejecutivo regional, Ángel Víctor Torres-, se comprometía a pagar la estancia extra en destino de los turistas pendientes de ser repatriados a su lugar de origen. La caída del turoperador británico había provocado que unos 30.000 turistas británicos quedaran atrapados en las Islas, por lo que el Gobierno del Reino Unido tuvo que armar en tiempo récord un plan de rescate para repatriar a todos los afectados.

El Gobierno canario ha trasladado al Estado una serie de medidas que buscan amortiguar el impacto de la quiebra de Thomas Cook. El aplazamiento de las cuotas que las empresas deben pagar a la Seguridad es la primera medida adoptada, pero el sector turístico quiere más. La ruina del turoperador ha coincidido con el inicio de la temporada alta en el Archipiélago, que transcurre entre octubre y marzo. Con la llegada de este periodo, los hoteleros tenían previsto una ocupación media del 90%, pero ante este nuevo escenario las expectativas se han rebajado, en algunos casos, al 30%. La más que probable reducción de ingresos en el futuro por la pérdida de conectividad, unido a la deuda que Thomas Cook deja en las Islas, sitúa a numerosos establecimientos hoteleros de la región en una situación complicada. No en vano, la multinacional de viajes cuenta con 20 hoteles de marca propia en el Archipiélago y suministraba de turistas a un nutrido grupo de alojamientos. Solo el pasado año Thomas Cook trasladó a Canarias a 2,13 millones de turistas, una cifra que evidencia la magnitud que puede tener su caída para la salud económica de su región.

El Ejecutivo regional trabaja junto con las patronales y los sindicatos en el diseño de un listado con las posibles empresas beneficiadas por esos aplazamientos de los pagos de las cuotas mensuales a la Seguridad Social, de tal manera que las solicitudes se puedan producir mañana y se logre así evitar el abono de septiembre. Torres señaló que aún no se conoce con exactitud cuántas entidades podrán beneficiarse de la medida ni la cantidad total que se podrá aplazar. Destacó, en cualquier caso, que se trata de una “muy buena noticia” que contribuirá a que las empresas más dañadas por la caída de Thomas Cook cuenten con mayor liquidez.

Las patronales hoteleras de las dos provincias aplauden esta medida porque da oxígeno a los hoteles al aminorar su carga de pagos. Ahora bien, recuerdan que la recuperación de la conectividad es la verdadera clave para evitar la destrucción de empleo. Si todos los turistas que quieran pasar sus vacaciones en Canarias pueden hacerlo, gastarán en sus establecimientos, pero también en taxis, en la restauración y en el empleo. Tanto el presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas, José María Mañaricua, como su homólogo en Ashotel, Jorge Marichal, animan al Estado a poner en marcha medidas que incentiven a las compañías aéreas a volar con Canarias. Mañaricua añade, a su vez, que la reducción de las cuotas de la Seguridad Social sí puede tener un mayor efecto en el empleo.

Dieciocho vuelos cancelados

La quiebra de Thomas Cook provocó ayer la cancelación de dieciocho vuelos en Canarias: catorce en Fuerteventura y cuatro en Tenerife Sur. A estas suspensiones se sumaron la cancelación de dieciocho vuelos en Mallorca, seis en Menorca, cuatro en Ibiza, cuatro en Girona-Costa Brava y dos en Reus y en Almería. Para repatriar a los afectados se programaron 23 operaciones, entre las que destacó el vuelo de Wamos Air. Un gigante de la aviación, un Boeing 747 con capacidad para transportar a 529 pasajeros, aterrizó en Fuerteventura para desplazar a los turistas hasta Londres-Gatwick.

El Patronato de Turismo de Fuerteventura informó que las repatriaciones previstas ayer con destino a Glasgow, Manchester, East Midlands y Birmingham, además de a Londres-Gatwick, transcurrieron con “absoluta normalidad y sin incidencias”. Por otra parte, una nueva víctima se ha sumado a la bancarrota del gigante británico. El turoperador alemán Tour Vital se declaró en quiebra arrastrado por “las condiciones actuales en el mercado de viajes”, según informó la propia compañía. Tour Vital sigue así la estela de Thomas Cook, a la que pertenecía hasta hace un año. La empresa, con sede en Colonia, ofrecía viajes en cruceros y desplazamientos de ida y vuelta a destinos lejanos como Australia, Tailandia y China.