Las compañías aéreas no tienen margen para cubrir de forma inmediata el enorme agujero que ha dejado la quiebra de Thomas Cook. Y la rebaja de las tasas aeroportuarias que reclaman los hoteleros y el propio Gobierno de Canarias no cambiaría esta situación. A corto plazo, las aerolíneas no cuentan con la capacidad suficiente para subir a sus aviones a todos los turistas que ha dejado en tierra la multinacional de origen británico. Es más, el enorme volumen de pasajeros que aún movía Thomas Cook no evitó su bancarrota, lo que evidencia que parte de ese tráfico no era rentable, o al menos no lo suficientemente rentable como para que las compañías se peleen por él.

Así lo avisan desde la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), donde hacen hincapié en que reordenar el tráfico de pasajeros en unas circunstancias tan anómalas como las que ha provocado la bancarrota de Thomas Cook es una tarea que llevará algo de tiempo. Entre los directivos de las compañías existe el convencimiento de que a medio plazo se habrá conseguido recuperar toda la capacidad que se ha perdido por la debacle del gigante de la turoperación, pero es igualmente cierto que también son conscientes de que la tarea es casi un imposible a corto plazo. Y el problema es que la temporada alta turística, que en Canarias coincide con el invierno, comienza no ya a corto plazo, sino a cortísimo plazo, tanto como el próximo día 1. Es decir, en apenas 72 horas.

"La capacidad de reacción a corto plazo es limitada", explica el presidente de la Asociación de Líneas Aéreas, Javier Gándara. El representante de ALA, que aglutina a empresas como, por ejemplo, Jet2.com, Vueling, Iberia, Air Europa, Air France, Aer Lingus, Aerolíneas Argentinas o la misma Condor Flugdienst -la filial alemana de Thomas Cook que ha conseguido huir de la quema gracias al apoyo institucional y un crédito de 380 millones de euros-, recuerda que las aerolíneas diseñan sus planes con bastante antelación. Y aunque estos pueden modificarse, es muy complicado que tengan el espacio suficiente para rescatar a todos los turistas que el Archipiélago puede perder por la caída de Thomas Cook. Hay que recordar, tomando como referencia los datos de 2018, que cuando el lunes se confirmó la quiebra del turoperador desaparecían de golpe 2,13 millones de turistas. La supervivencia de Condor y de Thomas Cook Airlines Scandinavia ha amortiguado el golpe, hasta el punto de que la filial alemana y la subsidiaria para el mercado nórdico -controlada por la firma Vinggruppen con independencia de la matriz británica- representan un 57% de todos los pasajeros que el entramado de la ya extinta multinacional traía hasta las Islas. Sin embargo, quedan en el aire alrededor de un millón de viajeros.

El presidente de ALA ejemplifica el problema con el caso de easyJet, de la que es director general en España. La británica, que no precisamente es una más en el mercado de la aviación comercial -es la segunda mayor low cost de Europa tras Ryanair-, tiene cerrada su programación de vuelos no solo para la temporada de invierno, sino también para la próxima temporada de verano. El margen, por tanto, es el que es, y "a corto plazo" no da como para que el sector turístico canario salga indemne de la situación. Una realidad que no cambiará por una eventual bajada de las tasas o tarifas aeroportuarias.

Al menos esa es la advertencia de las aerolíneas. "A corto plazo", insiste Gándara una vez más, "no va a ser la solución". Aunque la bonificación o exención de las tasas aeroportuarias -que básicamente es lo que cobra AENA a las compañías por el uso de sus aeropuertos e instalaciones y por la prestación de servicios como los de seguridad o de tránsito dentro de los aeródromos- no es la única medida que pide Canarias para paliar la situación, es también verdad que es en la que más se insiste. Pese a que ALA incluso ha recurrido ante la CNMC, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, la rebaja de tasas que prevé Aena para el próximo año, por considerar que la reducción en un 1,17% es menor de lo que debería ser, el representante de las casi 80 compañías aéreas integradas en la asociación cree que lo realmente importante en el caso de Canarias es que se revisen las tarifas de cara a la temporada veraniega. Gándara subraya que las empresas "siempre" quieren que las tasas sean "lo más competitivas posible", pero no por ello quiere aprovechar la difícil coyuntura que atraviesa la economía regional para vender la rebaja de las tarifas como una "solución mágica" con efectos inmediatos. Sí tendría efectos, puntualiza, a medio plazo. No en vano, las tasas aeroportuarias representan entre un 15 y un 25% de todos los costes que soportan las aerolíneas, de modo que su rebaja es un aliciente.

Además, el director general de easyJet en España pone énfasis también en la baja rentabilidad de parte del tráfico aéreo que acaparaba Thomas Cook, de modo que esa parte no se asumirá en ningún caso más allá de las medidas que se adopten.