El plan de repatriación para los alrededor de 35.000 turistas que han pagado sus paquetes de vacaciones a Thomas Cook estará en marcha al menos dos semanas. Es una parte de los 600.000 viajeros que la quiebra del turoperador ha atrapado por todo el mundo, 150.000 británicos. Para devolver estos últimos a sus hogares el Gobierno de Londres y la Autoridad de Aviación Civil (CAA, por sus siglas en inglés) han lanzado la operación Matterhorn, la mayor desde la II Guerra Mundial. El nombre rememora los bombardeos de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos a bases japonesas en China e India.

Downing Street ha alquilado 40 aviones -sacados de 53 aeropuertos en 18 países y de distintas aerolíneas, como EasyJet, British Airways o Virgin- que operarán alrededor de un millar de vuelos hasta el 6 de octubre. El coste alcanza los 100 millones de libras (113 millones de euros). La intención es que nadie vea arruinadas sus vacaciones y el regreso se produzca en una fecha lo más próxima posible a la que tenían prevista, bien en esos vuelos especiales bien en vuelos ya programados en otras compañías aéreas. El plan incluye también el despliegue de cientos de empleados públicos en call centers o en los aeropuertos para ayudar a estas personas. Ayer ya se los podía ver pertrechados con chalecos amarillos con la bandera de la Union Jack.

En el Archipiélago

En lo que respecta a Canarias el plan de contingencia coordinado por la empresa, el Gobierno británico y Aena está permitiendo que buena parte de los vuelos de Thomas Cook cancelados, después de que la empresa diera durante la madrugada la orden de cierre, se reubiquen. Ayer se cancelaron 22 vuelos de de ida y vuelta a las Islas -diez en Lanzarote, ocho en Gran Canaria, dos en Tenerife y Fuerteventura- pero los pasajeros pudieron ir saliendo sin muchos problemas. A lo largo de la semana serán 79 los vuelos de rescate que operen en el Archipiélago. En toda España las cancelaciones alcanzaron un total de 46 vuelos (24 en Baleares).

El grupo tenía previsto esta semana en Canarias 159 operaciones. En concreto, la compañía preveía operar 53 vuelos con más de 11.300 plazas con el aeropuerto Tenerife Sur, 58 con Lanzarote, donde había comercializado más de 6.500 plazas, y 30 vuelos con Fuerteventura, en los que iban a viajar más de 6.800 asientos. Otros 3.100 clientes habían comprado billetes para viajar en uno de los 16 vuelos que la empresa tenía previsto operar esta semana con el aeropuerto de La Palma, mientras que otros iban a volar a y desde Gran Canaria.

El doble que con Monarch

Se estima que el proceso de repatriación puesto en marcha por el gobierno británico costará el doble de esfuerzos que cuando en octubre de 2017 colapsó la aerolínea Monarch, que obligó a la CAA a poner en el aire 567 aviones para repatriar a unas 84.000 personas.

Junto con Canarias y Baleares otras localidades españolas en las que hay atrapados son: Alicante, Almería, Gerona y Reus. El mayor número de destinos de Thomas Cook corresponde a Grecia, con Corfú, Irakleion, Kalamata, Kavala, Kefalonia, Kos, Mykonos, Mytelene, Preveza, Rodas, Santorini, Skiathos y Zahkynthos.Los otros destinos son Bourgas y Varna (Bulgaria), Split y Dubrovnik (Croacia), Varadero, Holguín y Cayo Coco (Cuba), Larnaca y Paphos (Chipre), Punta Cana (República Dominicana), Hurghada y Marsa Alam (Egipto), Nápoles (Italia), Montego Bay (Jamaica), Malta, Cancún (México), Marrakech (Marruecos). También Faro (Portugal), Enfidha (Túnez), y las localidades turcas de Antalya, Bodrum, Dalaman e Izmir, y las estadounidenses de Las Vegas, Los Ángeles, Nueva York, Orlando y San Francisco.

Pero el proceso para el regreso a casa no es igual para todos. El plan Matterhorn sólo funciona para los que salieron del Reino Unidos y deben volver allí. Hay también otros 140.000 alemanes atrapados y varios miles de nórdicos y de otras nacionalidades que no tendrán la misma suerte. Estos ellos deberán volver con Condor -la aerolínea de Thomas Cook que todavía opera - o buscar vías alternativas a a través de las aseguradoras.

Berlín remitió ayer a los posibles afectados en ese país por la quiebra del grupo británico Thomas Cook al seguro obligatorio que cubre a los turoperadores en caso de insolvencia.

En una rueda de prensa, el portavoz del ministerio de Exteriores dejó claras las diferencias en la situación legal entre ambos países y precisó que, mientras en Reino Unido el Gobierno es el "responsable directo", en Alemania son en primer lugar los respectivos turoperadores los que tiene que organizar el viaje de regreso. Eso se debe a que en Alemania existe un seguro especial obligatorio para turoperadores recogido en el artículo 651 del Código Civil que cubre posibles casos de insolvencia y cuyo mínimo legal asciende a 110 millones de euros. Según los medios, 21.000 residentes en Alemania tenían ayer previsto volar.

En Grecia y Portugal

En Grecia, otro de los destinos turísticos donde operaba Thomas Cook, son cerca de 50.000 clientes los que se han quedado varados, mientras que los gobiernos belga y holandés confirmaban que sus nacionales afectados superan los 20.000. En Portugal, son Madeira y la región del Algarve, con alrededor de 500 turistas afectados, los destinos que más sentirán el impacto de la quiebra.

Igualmente se han visto afectados hoteleros de Italia, que han pedido al Gobierno que interceda para resolver la situación, así como de Marruecos, que ha puesto en marcha una "célula de crisis" para los viajeros varados, Egipto, donde se estima que 25.000 reservas hechas hasta abril de 2020 han sido canceladas o en Cuba, en donde más de 2.000 turistas esperan a ser repatriados.

"Ahora, para llegar a casa, tengo que hacer 336 kilómetros en guagua"

"Keep calm". Esas fueron, quizás, las dos palabras que más se repitieron ayer en las colas que se vertebraban frente a los mostradores de facturación apostados entre los números 323 y 335. Pero una calma aderezada con mucha incertidumbre era el ambiente que se respiraba en el aeropuerto de Gran?Canaria horas antes de que despegasen los vuelos de rescate para que ningún pasajero británico se quedase en tierra. La quiebra de Thomas Cook y la consiguiente cancelación de las cuatro operaciones que estaban programadas hacia Londres, Birmingham, Manchester y Bristol llevó a numerosos turistas de Reino Unido a adelantar su hora de llegada al aeródromo para solicitar información.?La mayoría de ellos lo hacía sin tener la garantía de poder regresar a casa anoche, tal y como tenían previsto, pero con la esperanza de encontrar una respuesta positiva. Y así fue, aunque para algunos, como?Karen Gorst y Gary Turner, fue algo agridulce. No se quedarían tirados en el aeropuerto ni tendrían que alargar su estancia en la Isla, pero el regreso a su casa sería más largo de lo esperado.

Aunque fuesen cuatro los vuelos de salidas cancelados -y otros cuatro de llegada-, los británicos afectados por la bancarrota del gigante de la turoperación fueron repatriados en tres aviones -uno de ellos de mayores dimensiones-, lo que provocó que algunos de ellos tuviesen que hacer kilómetros de más para llegar a su punto de partida. Gorst y Turner, de Londres, volaron anoche hasta Manchester.?Desde allí, contaron con resignación, tendrían que subirse a una guagua para salvar los 336 kilómetros que separan a esa ciudad de la capital inglesa.

Los pasajeros intercambiaban mensajes de ánimo y calma para hacer más apacible la espera. O al menos para que no fuese tan tediosa pese al tiempo en cola. Los turistas contaron con la información que dispensaba un mostrador de la autoridad británica de aviación entre las puertas 7 y 8 del aeropuerto. Desde allí los redirigían a la sala de facturación, donde también contaban con el apoyo del personal del?Gobierno de Reino Unido y de la propia vicecónsul británica de Las Palmas, Jackie Stevenson.

De pie, en el suelo, en las butacas, jugando a las muñecas o a las cartas, los afectados mataban el tiempo a la espera de que les llegase el turno de facturación. Fue el caso de las amigas Florence Sharmar y Beth y Katy Cunningham, que compartían con alegría poder regresar a Londres. No esperaban que sus vacaciones de una semana en Gran Canaria terminase de esa manera, pero preferían ser positivas y quedarse con el recuerdo de su experiencia en Gran?Canaria. Quien lo pasó algo peor fue el matrimonio formado por Jodie y Ami Cutler. Cuando llegaron al aeropuerto les comunicaron que no podrían volar, pero finalmente el error se subsanó y pudieron subir a un avión.