Hoteles que con la llegada de la temporada alta ?que en Canarias coincide con el invierno? tenían prevista una ocupación del 90% vieron ayer cómo sus cálculos se quedaban en papel mojado. De la noche a la mañana, el período más fructífero para el negocio hotelero se convirtió en pesadilla. Hay establecimientos que sin los paquetes turísticos de Thomas Cook se quedarán directamente vacíos. Ante este panorama, tanto la patronal de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, Ashotel, como su gemela de la provincia de Las Palmas, la FEHT, levantaron de inmediato la voz para reclamar a los Gobiernos autonómico y central que se ponga en marcha un plan de ayudas que mitigue las consecuencias de la debacle del turoperador británico. No en vano se trata de la situación más crítica que ha atravesado el sector de la hostelería en muchos años.

La principal reclamación de los hoteleros se dirige al Ministerio de Fomento, que es el Departamento que tiene la competencia en materia de tasas aeroportuarias. Su petición al ministro José Luis Ábalos es que los vuelos con destino u origen en las Islas queden exentos de las tasas. Este tributo lo pagan tanto las compañías aéreas como los pasajeros por el uso de las instalaciones, de ahí que una exención en favor de la Comunidad Autónoma actuaría a modo de reclamo y serviría para reequilibrar la caída de la conectividad por el parón de los aviones de la firma británica. Además, las patronales sectoriales de la región, que hoy mismo se reunirán con representantes de Fomento, pedirán a Ábalos que se reduzcan las cotizaciones a la Seguridad Social para aquellas empresas más duramente golpeadas por la bancarrota de Thomas Cook. Los empresarios consideran que sería imposible mantener las plantillas de los hoteles intactas si no media la ayuda institucional, y de hecho también los sindicatos se han sumado a la petición de las medidas necesarias para que no se pierdan puestos de trabajo.

Además, hay que tener en cuenta que al margen de las casi 750.000 plazas aéreas que se han esfumado y de la ingente pérdida de ingresos que se daban por seguros, Thomas Cook debe a los hoteleros del Archipiélago unos 40 millones de euros. Esa es la parte correspondiente al sector en Canarias de un total de unos 200 millones. Se trata de un importe que la multinacional de origen británico debía ingresar en las cuentas corrientes de los hoteles de las Islas el próximo 3 de octubre, una suma que las empresas ya no cobrarán, no al menos el día previsto.

En cuanto al Gobierno de Canarias, los hoteleros reclaman el diseño y la pronta puesta en práctica de una campaña de promoción en el mercado británico y que se abra cuanto antes una ronda de negociaciones con otras empresas para tapar el hueco que deja Thomas Cook. La idea es convencer a otros turoperadores y aerolíneas con intereses en las rutas y destinos que quedan ahora vacantes para que aprovechen la oportunidad. El objetivo primordial, casi una obsesión, es que la conectividad se reduzca lo menos posible. En otras palabras: que otros aviones sustituyan a los del gigante en bancarrota.

Los hoteleros de la región confían también en que el nuevo Gobierno de Canarias aparque definitivamente su idea de implantar una tasa turística. El presidente de Ashotel, Jorge Marichal, incluso calificó de "iluminados" a quienes desde fuera del sector han defendido la implantación de la tasa. En el Ejecutivo autonómico son Nueva Canarias y Podemos los principales defensores de la tasa turística, que tras lo ocurrido a Thomas Cook parece que quedará postergada sine die.