La Comisión Europea se alinea con el mensaje lanzado por el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, después de anunciar el jueves más estímulos económicos y reclama a aquellos países de la eurozona con espacio fiscal, como Alemania o Países Bajos, que eleven el gasto público para impulsar el crecimiento económico de la eurozona. A la claras advierten que la política monetaria no basta para hacer frente a la desaceleración económica que ya asoma en el horizonte de la unión.

En una rueda de prensa en Helsinki (Finlandia) después de la reunión de ministros de Finanzas de la zona euro (Eurogrupo), el vicepresidente para el Euro y el Diálogo Social, Valdis Dombrovskis, avisó también que el resto de socios de la moneda única que no dispongan de espacio fiscal deberían centrarse en mejorar sus finanzas públicas y adoptar reformas estructurales.

Las palabras del letón se producen un día después de que Draghi anunciara un nuevo paquete de medidas por parte del BCE para estimular la economía en plena desaceleración y una revisión a la baja de las precisiones de crecimiento del PIB e inflación para los próximos dos años.

El miembro del Consejo Ejecutivo del BCE, Benoit Coeuré, explicó ayer que para aprovechar "todos los beneficios" de la política monetaria es "necesaria" la contribución de otras políticas como la fiscal. "Los gobiernos con espacio fiscal deben actuar de una manera eficiente y a tiempo", aseguró, apuntalando el mensaje lanzado un día antes por el instituto emisor.

El presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, explicó que el debate entre los ministros sobre esta cuestión ha sido bastante "rico", aunque se ha unido a esta petición en calidad personal.

"Mi mensaje es bastante claro. Los países con espacio fiscal lo deberían utilizar para combatir la desaceleración de la economía. Debe hacerse no por solidaridad, sino en primer lugar por su propio interés", afirmó el portugués, para después añadir que a esto deben añadirse "un buen acuerdo" sobre la reforma de la moneda única. El Eurogrupo, sin embargo, se mantiene dividido sobre esta cuestión. El francés Bruno Le Maire, por ejemplo, se pronuncio a su llegada a favor de la Comisión Europea y el BCE e instó a países con superávit fiscal a elevar sus inversiones.

Sin embargo, la socialdemócrata sueca Magdalena Andersson, preguntada directamente por si Berlín debe gastar más, contestó que las capitales que lo piden "deberían haber dedicado más tiempo en los últimos años a saldar su deuda pública". "A menudo hay mucha presión sobre Alemania", apostilló. El titular de Finanzas alemán, Martin Scholz, prefirió no pronunciarse sobre los mensajes lanzados ayer por el BCE apelando a la independencia de la autoridad presidida todavía por Draghi.