Canarias no ve salidas. El Gobierno regional admite ya que la aerolínea irlandesa Ryanair se mantiene "inflexible" en su voluntad de cerrar sus bases en Gran Canaria, Tenerife Sur y Lanzarote y que además todos sus intentos para tratar de retenerla en las Islas y salvar los 350 empleos que están en el aire caen en saco roto toda vez que se trata de una compañía privada.

El portavoz del Ejecutivo regional Julio Pérez subrayó ayer durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno que se está hablando con otras compañías para ver si están interesadas en cubrir el hueco que podría dejar Ryanair, cuyo consejero delegado, Michael O'Leary, para más inri, no ha respondido al correo electrónico que la semana pasada le envió la consejera de Turismo del Ejecutivo canario, Yaiza Castilla, para conocer al detalle los planes de la aerolínea.

El portavoz gubernamental ha señalado que, no obstante, ha habido contactos con la aerolínea a otros niveles, en concreto, con los responsables de Ryanair en España y Canarias. Pero no hay marchas atrás. Eso sí, el cierre de la bases no conllevaría la pérdida de rutas ni de vuelos, que la compañía al parece trataría de reubicar bien operadas directamente por ella o a través de algunas de sus filiales de reciente creación, la polaca Buzz Air o la maltesa Air Malta o Laudamotion, para los que la aerolínea ha abierto recientemente una bolsa de trabajo con coste laborales más baratos que la irlandesa porque en muchos casos funcionan como autónomos, según denuncia la Unión Sindical Obrera (USO). O'Leary tilda la bases canarias de deficitarias en invierno debido al exceso de oferta aérea, la guerra de tarifas y la subida del precio del petróleo. Y sostiene que puede mantener rutas de radio corto y medio sin necesidad de mantener las bases canarias, así como la de Girona. Los sindicatos lo dudan y advierte que la conectividad con las Islas se verá afectada y tarde o temprano el irlandés se verá obligado a reducir su oferta. Precisamente Julio Pérez mostró ayer su preocupación al respecto y abogó por evaluar la pérdida de la conectividad si finalmente la compañía cierra sus bases en Tenerife y Gran Canaria.